CEREMONIA
Paso de la Luz y Entrega de Diplomas a Pasantes de la Quinta Generación
de
Licenciatura en Enfermería y Obstetricia
Escuela de Medicina del IPN
DR. ARMANDO AHUED ORTEGA
SUBSECRETARIO DE SERVICIOS MÉDICOS E INSUMOS
SECRETARÍA DE SALUD DEL DISTRITO FEDERAL
Aprecio mucho la invitación para compartir con ustedes esta solemne
ceremonia de Paso de la Luz y entrega de diplomas a los pasantes de la Quinta
Generación de Licenciatura en Enfermería y Obstetricia, integrada
por 63 jóvenes que hoy se gradúan. El doctor Manuel
Mondragón, Secretario de Salud del Distrito Federal, me
pidió que en su nombre les diera la mas calida
felicitación y sus mejores deseos para la nueva etapa que inician.
Sinceramente, ¡muchas felicidades!
¡Enhorabuena a ustedes, jóvenes profesionales, por haber culminado con éxito sus estudios en
Enfermería y Obstetricia!
Al ver sus rostros radiantes, pletóricos de felicidad, me recordaron
cuando me gradué como médico. Como ustedes ahora,
sentía un gran orgullo y también una
enorme responsabilidad.
Soñaba con aliviar el dolor, con salvar muchas vidas y convertirme en un profesional exitoso al servicio de mi gente. No me
equivoqué. Y todavía sueño en seguir
servir.
Se vale soñar. El mundo es
deustedes. Tómenlo con el entusiasmo y el ideal de entrega y
servicio propios de la juventud.
Nada se compara a la sonrisa de un niño
agradecido cuando le damos alivio, o la de una madre que ve salvo a su
pequeño
Nuestra profesión es de servicio. Al elegir la carrera de Enfermería y Obstetricia tomamos,
igual que en el caso de los médicos, el compromiso moral de servir a
nuestros semejantes.
Es un compromiso que implica una entrega absoluta,
cuasi de misionero, a nuestros pacientes. Es una
profesión exigente, de retos y desafíos, pero igualmente colmada
de satisfacciones.
Muchas veces en las manos de médicos y enfermeras esta
literalmente la vida de un ser humano, igual que
nosotros. Y qué orgullo nos da nuestra
preparación, que nos capacita para ayudar.
Hoy inician una nueva etapa, y de una vez les advierto que no podran
olvidarse de los libros ni de capacitarse
continuamente. Para siempre, mientras vivamos, debemos continuar estudiando.
La medicina avanza a pasos agigantados y nuestra obligación es estar al
día. Por amor propio el rezago no nos es permisible, y
por deber y compromiso la ignorancia es inadmisible.
Tratar con vidas como
la nuestra implica, de igual manera, tener a la ética como valor supremo, comonuestra guía
maxima.
El emblema de la lampara que ustedes reciben al graduarse hace
alusión a Diógenes, que en plena luz del día buscaba
al hombre virtuoso, guiado por los mas nobles valores humanos.
Inspirado por los mas altos y caros principios éticos, el hombre
virtuoso es aquel que esta en camino de ser sabio, porque logra sus
metas sin pisotear las de los otros, y así pone a los demas de su
lado para guiarlos hacia el objetivo del bien común. Por
paradójico que parezca en estos tiempos que se busca la fama
efímera a cualquier precio, la ética es la llave para lograr el
éxito perdurable sin lastimar a nadie ni mancillar
a la naturaleza.
¡Guiémonos por estos valores y principios toda la vida!
Hay una razón mas para pedirles esto: honrar a la insigne
institución a la que pertenecen, que los preparó para la vida.
Las instituciones son el maximo edificio social que idearon los hombres para perpetuarse y, sobre todo, el medio para forjar
hombres, guiarlos y protegerlos de las contingencias de la vida.
Sé que esta institución, la Escuela de Enfermería, nace en
1946 como
centro de enseñanza de nivel técnico.
Años después, en 1999, por el esfuerzo de las
generaciones de profesores y alumnos que les precedieron, alcanza elnivel de
licenciatura. Ahora les toca preguntarse,
¿qué es lo que sigue?
Las instituciones, como
toda obra humana, también perecen. En sus manos
esta el engrandecimiento de su señorial escuela.
Por ello pido honrar a esta institución con su
trabajo y esfuerzo; con su ejemplo ético de servicio, superación
y entrega. Y algo muy importante: traten con amor y calidez al paciente.
De verdad les digo que sabe a gloria cuando se escucha que se
reconoce nuestro trabajo y profesionalismo. Ustedes también
lleven muy en alto el nombre de la institución que les abrió las
alas para volar tan alto como deseen.
Quienes nos educamos en instituciones públicas, tenemos mas
obligación de portar muy en alto a nuestras escuelas, porque sólo
con un ejercicio profesional de primer nivel pagamos a
la sociedad, que con tanto esfuerzo financió nuestros estudios.
El derecho a estudiar los pone hoy a ustedes ante la responsabilidad
ética de cumplir con su deber a cabalidad.
Sé que ustedes sabran cumplir y estar a la altura de su institución
y de la sociedad que con generosidad y amor los apoyó para que
estudiaran, porque así se honran a ustedes mismos.
Jóvenes graduados: les deseo el mas rotundo éxito en la
nueva vida profesional.
¡Felicidades!