PUBLICIDAD POLITICA
A la publicidad política generalmente se la define despectivamente como propaganda con la
intención de degradarla y separarla de la publicidad comercial de bienes y
servicios.
También se dice que es propaganda la información comercial que llega a los
buzones de forma indiscriminada y, en cambio, llamamos publicidad a los
anuncios que, de forma más indiscriminada todavía, entran en los hogares por el
buzón de la televisión. En cualquier caso, propaganda y publicidad quieren
decir lo mismo: 'Acción o efecto de dar a conocer algo con elfin de atraer
adeptos o compradores', en el primer caso, o: 'Divulgación de
noticias o anuncios de carácter comercial para atraer a posibles compradores,
espectadores, usuarios, etcétera, en el caso de la publicidad', o sea, lo
mismo.
Normalmente prestamos atención a la publicidad cuando el producto o servicio
que nos anuncia es relevante para nosotros y se presenta de una forma original.
Así, por ejemplo, prestaremos mayor o menor atención a un anuncio de
automóviles o de televisores en función a que pensemos comprar uno a corto o
medio plazo pero, aún en este último caso, el poso que nos pueda dejar la marca
es importante, ya que, si queda archivada en nuestra memoria, es probable que
recurramos a esa marca cuando decidamos comprarlo.
Desde que tenemos instaurada la democracia en nuestro país, los ciudadanos
venimos recibiendo una lluvia de mensajes, información, campañas, etcétera, de
los distintos partidos políticos que han ido configurando su posicionamiento en
una línea imaginaria que va de izquierda a derecha. Es decir, en un extremo
podríamos situar, por ejemplo, al Partido Comunista de Dolores Ibarruri y
Santiago Carrillo, y en el otro a Fuerza Nueva de Blas Piñar.Los demás, a lo
largo de dicha línea, donde ustedes quieran.
Cada mensaje, cada promesa, cada acción hecha por cualquier partido nos habrá
ido dejando un poso, estableciendo un vínculo emocional, de simpatía, sintonía
o cercanía entre él y cada uno de nosotros en función a nuestra forma de ser y
pensar; por lo tanto, la mayoría ya tendremos decidido a quién vamos a votar y
por qué le vamos a votar el próximo día 1 de noviembre.Pero sólo la mayoría. No
todos. Y la diferencia entre mayoría y todos se llama indecisos, que son
precisamente uno de los grupos a quienes se dirigen las campañas de publicidad
que en estos momentos tenemos en la calle y que muy pronto entrarán en nuestras
casas a través de los buzones y la televisión, queramos o no.
La publicidad de cualquier partido debe ante todo ser fiel a su posicionamiento
(para reafirmar a los suyos) y presentar a su candidato como garante de un
programa, o de un plan de acción, con una personalidad capaz de confirmar a sus
adeptos y atraer tanto a los indecisos como a los jóvenes e inmigrantes que
votarán por primera vez.
Otra de las premisas que deben tenerse en cuenta es que las campañas de
publicidad política no pueden errar el tiro ni a nivel estratégico (la
propuesta al ciudadano) ni en el enfoque (cómo se lo vas a decir), ya que no
tendrán otra oportunidad si el electorado no responde a las expectativas
previstas. Se la juegan un día concreto a unas horas concretas, lo cual no
ocurre con la publicidad de productos convencionales. Por todo ello, es más
importante no equivocarse que acertar de lleno. Aunque si se acierta, mucho
mejor.
Así que no es de extrañar que me haya llamado la atención el eslogan de la
campaña del Partido Popular: 'Sentido común', cuando el
posicionamiento de este partido y sus actuaciones recientes diciendo no a todo
sin entrar en el diálogo constructivo desde la oposición ponen por lo menos en
cuestión su coherencia con esta frase y, en cambio, sí hay que reconocer el
sentido común del señor Piqué, que ha dado muestras suficientes de
contemporización alo largo de estos últimos tres años con sus argumentos,
intentando abrir un diálogo desde la oposición. Pero esta divergencia percibida
entre el partido y su líder puede sembrar dudas, y ante la duda
La campaña de ICV: 'Hi ha una manera intel·ligent de ser d’esquerres, hi
ha una manera decent de fer política', es coherente con el posicionamiento
del partido y la personalidad de su líder, a pesar de que la oscura imagen que
lo representa no ayuda a transmitir los valores del partido. A ICV le hubiese
encajado perfectamente el eslogan del
PP 'Sentido común'. sO no? Juzguen ustedes.
Esquerra Republicana parece que se justifique con su 'Som com som'.
Es como si dijera: lo siento, esto es lo que
hay, y pierde una oportunidad de explicar en lugar de justificar y, por lo
tanto, de crecer como
partido político.
Y he dejado para el final mi impresión sobre las campañas de los dos partidos
que, en teoría, se disputarán el mayor número de votos y escaños, aunque no
esté tan clara la posibilidad de gobernar. 'Més tripartit no,
gràcies' de CiU presupone que la gente no quiere coaliciones, cuando en el
caso de ganar las elecciones es muy probable que deban hacerlo. Su segundo
eslogan: 'És hora de governar bé', tiene más intención y se desmarca
de su oponente principal con una promesa de hacerlo mejor que él.
Finalmente, el PSC no acierta en su primera parte de la pre-campaña. 'És
l’hora dels catalans' sirve en bandeja a los demás partidos lo que ellos
consideran que es una debilidad (que no debe serlo) sobre la catalanidad, fuera
de toda duda, de José Montilla. En cambio, su segundo eslogan: 'Fets,
noparaules', acierta al potenciar la personalidad del
candidato como
un hombre hecho a sí mismo que ha llegado hasta aquí a base de trabajo y sólo
trabajo. Los publicitarios que han diseñado esta campaña han tenido en cuenta
que José Montilla es el único candidato de los que concurren a las elecciones
que se presenta por primera vez, y han sabido transmitir con las fotos casuales
del candidato del PSC los valores y la personalidad de
éste sin escribir una sola frase.
Dentro de pocos días se encenderán los focos del escenario político y veremos a todos los
candidatos en vivo, o por televisión, presentando su programa y sus compromisos
con los ciudadanos. Si en las campañas publicitarias habla el publicitario, en
el escenario, en la televisión, en la prensa, en la radio, habla el candidato.
Si es creíble, si traspasa, si convence, tiene más opciones de ganar la
confianza de los nuevos votantes y de los indecisos, que son los que pueden
inclinar la balanza hacia un lado u otro, ya que, a priori, nada está decidido.
La publicidad cederá el protagonismo a los medios de comunicación, que actuarán
de altavoz y analizarán las propuestas y capacidades de cada candidato y
llegarán de modo mucho más convincente a los votantes, más fáciles de influir
por la opinión de un medio de comunicación que por la publicidad de pago que
puede llevar insertada éste. Es el valor de una opinión libre contra el de un
encargo.
Somos espectadores y lectores de una publicidad en la que cada partido habla de
sí mismo. Veremos si nos convencen. JUAN CAMPMANY, presidente del grupo DDB España y creador de la marca
ZP