El mundo capitalista se jacta de su “democracia”, sostiene que con
el solo hecho de ejercer el derecho al sufragio, una vez cada 4 ó 5
años, se garantia el cumplimiento de los anhelos del conjunto de la
población.
La mayoría de los electores legitiman al nuevo gobierno; pero
éste, una vez en el cargo, deja a un lado las voluntades mayoritarias y
se pone a trabajar a favor de los intereses de los grupos económicos de
poder que, tras bastidores, manejaron su exitosa campaña electoral.
Para ello tuvieron primero que recurrir a los mismos electores; escudriñar
mediante un estudio de mercado sus reivindicaciones, sus temores, sus deseos;
con esa información, expertos publicistas preparan el perfil del
candidato, el programa de gobierno y la campaña en generalque asegure el
irrefutable triunfo del elegido.
Por supuesto que no seleccionan al mas honesto, intachable y
responsable, escogen a un servil, a un títere, de agradable sonrisa, de
gran simpatía y buena presencia; porque con estas características
sera difícil detectar la felonía.
Con las primeras acciones del nuevo gobierno, el pueblo siente la
traición, se enfurece, reniega; pero, debera esperar 4 ó 5
años para volver a tener la oportunidad de esta vez no volver a
equivocarse.
Esta practica contradice el concepto de democracia,
porque lejos de permitir que el pueblo gobierne en su beneficio, éste
elige a sus propios verdugos.
La democracia no se mide con procesos electorales, se mide con la
satisfacción de los anhelos de las mayorías que
basicamente son: alimentación, trabajo, salud, educación y
vivienda.