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urbana
El movimiento arquitectónico que estudiamos se desarrolló dur=
ante
el siglo XIX, cuando nuestra cultura puede considerarse como
casi totalmente urbana.
Esta caracterización comenzó luego del derrumbe del Imperio Romano en
Occidente, en una Europa devastada y empobrecida, donde imperaba el feudali=
smo.
A principios del siglo XII los habitante=
s de
las ciudades comenzaron a reconocerse como
integrantes de un grupo social particular, diferente de la nobleza y del campesinado.=
Por su
lugar de residencia, tomaron el nombre de 'burgueses', habitantes=
de
los burgos.
L. Mumford ha descripto en 'La cultura de las ciudades' el desarr=
ollo
de este fenómeno, que terminó por predominar en todo el
ambito de la Europa Occidental. A partir del<=
/st1:State>
siglo XVIII el proceso de urbanización se acelera y en el siglo XIX =
la
culturaciudadana podía exhibir como=
su
exponente mas fastuoso al París del Barón de Haussman =
y como ejemplo m&aa=
cute;s
inhumano a la 'Ciudad Carbón' de Carlos Dickens.
Allí, en las ciudades europeas se gestaron los rasgos y las pautas
culturales que habrían de imponerse en todo el mundo:
'El trabajo en la época industrial tuvo lugar en el entorno sin
precedentes de la gran ciudad; y esto a pesar del hecho de que la
mayoría de las revoluciones en la industria se desarrollaron en vill=
as
industrializadas, de mineros, tejedores, fabricantes de cadenas y clavos y
otros trabajadores especializados. En 1750 sólo había dos
ciudades en Gran Bretaña con mas de 50.000 h. -Londres y
Edimburgo- en 1801 ya había ocho y en 1851 veinte y nueve, que
incluían a nueve con mas de 100.000 h.' (Hobsbawn, 86)[1=
].
Las características múltiples y cambiantes de esta cultura
dificultan su estudio. La dinamicidad -el cambio y los contrastes- fueron
abrumadores, fomentados por la contigüidad espacial que favorecí=
;a
todo intercambio: de cosas y de ideas. No se trata de una cultura
homogénea, con largos períodos de estabilidad, nucleada alred=
edor
de instituciones y valores de prolongada vigencia; sino de una sociedad don=
de
todo es cuestionado y donde el cambio en sí mismo es positivo y
sinónimo de progreso. La cultura perdió la homogeneidad de las
culturas conservadoras y adquirió el caracter que aún =
hoy
mantiene: los cambios se acaecen en rapida sucesión y casi to=
dos
los valores culturales se relativizan.
Todos los elementos de la cultura aparecen desdibujados,
'desconcertados'. Sólo unaspecto de la totalidad aparece f=
irme
y estructurado: la organización económica.
La circulación monetaria y los adelantos técnicos permiten,
conformar un sistema productivo de fuerte coherencia: el capitalismo.
El encuadre económico
La integración de un sistema económico mundial.
La creciente producción industrial del siglo XVIII necesitó de los
comerciantes, cuya actividad crecía de la Edad Media y quienes se
habían convertido ya en verdaderos capitalistas comerciales. El aume=
nto
de la producción industrial y la dificultad de colocación de =
esa
producción en los mercados cercanos hizo del capitalista comercial una pieza
fundamental en el nuevo sistema económico. En Francia, bajo Luis XIV=
, el
estado actuó como capitalista manteniendo la producción
industrial y comercializando sus productos, acción que resultó
exitosa corto plazo, pero los capitalistas privados la superaron al invertir
simultaneamente en la producción y en la comercializaci&oacut=
e;n
de bienes de consumo. Por último, el sistema alcanzó una esca=
la
mundial dentro de un sistema cada vez mas integrado. El Imperio ingl=
és
fue un excelente ejemplo.
'Gran Bretaña, como una de las
potencias victoriosas, que habían derrotado al gran Napoleón,
tuvo un lugar predominante en los concilios posteriores a Waterloo. Su fuerza descansaba menos en=
la
cantidad de potencial humano disponible y mas en su superioridad
técnica industrial y económica y en su alto grado de unidad
nacional Después de la derrota de Francia, Gran Bretaña
resultó la mayor potencia de Europa occidental y del
Mediterraneo, y a pesarde la pérdida de América, la
primera potencia en el mundo colonial Los mercados del
mundo quedaron abiertos a sus productos manufacturados, y las areas
subdesarrolladas del
mundo a sus inversiones. Pronto la City de Londres se convirtió en la
capital económica del<=
/st1:place>
mundo'. (Thomson, 26).
“Lo que es muy importante es la peculiar, ciertamente única,
situación de Gran Bretaña en la economía mundial, que =
fue
parcialmente la causa de nuestro temprano éxito y que fue reforzada =
por
él. Fuimos los agentes del
intercambio económico entre los avanzados y los rezagados, entre las
regiones industriales y las productoras de materias primas, entre las zonas
metropolitanas y las coloniales o casi coloniales. Quiza debido a qu=
e se
construyó fundamentalmente alrededor de Gran Bretaña, la
economía mundial del capitalismo =
de
siglo XIX se desarrolló como
un sistema simple de tres flujos, en el cual las transferencias de capital =
y de
productos estaban ampliamente en manos de instituciones britanicas, =
eran
transportadas en barcos britanicos y calculadas en libras
esterlinas'. (Hobsbawn, 14).
La estructuración de este sistema económico fijó roles=
a
todas las zonas productivas d=
el
mundo de acuerdo con los intereses europeos. Europa fue el centro del capital y de la producción manufacturera=
, el
resto del
mundo proporcionó materia prima y se convirtió en mercado
consumidor de los productos metropolitanos.
El motor fue el lucro, la ganancia. Mantoux hace un resumen esclarecedor:
'La gran industria concentra y multiplica los medios de producci&oacut=
e;n
con el objeto deacelerar y aumentar su rendimiento. Emplea las maqui=
nas,
que ejecutan con una precisión infalible y una prodigiosa rapidez las
labores mas complicadas o mas rudas. Para ponerlas en movimie=
nto,
reemplaza la fuerza muscular, de recursos limitados y desiguales, por, fuer=
zas
motrices inanimadas: fuerzas naturales, como las
del viento y del<=
/st1:State>
agua; fuerzas artificiales, como las del vapor y la electricidad; unas y otras, dó=
;ciles
como la=
materia
inerte, regulares e infatigables, pueden acrecentarse a voluntad y sin
límite”. (Mantoux, 3).
Esta regularidad elimina imprevistos, permite calcular, planificar la
producción mediante un proceso cada vez mas abstracto y menos
sensible a los cambios coyunturales. La gran industria se desarraiga, por su
propia naturaleza, de los eventos accidentales. Es cada vez mas un
fenómeno independiente de los hechos naturales, sean estos humanos o=
no.
'Para dirigir el funcionamiento de las maquinas reúne un
gran número de obreros, hombres, mujeres y niños, quienes,
aplicados a tareas especiales, llegan a convertirse en otros tantos engrana=
jes
de las maquinas mismas y como resorte de esta actividad formidabl=
e,
como una causa y como un fin, detras del despliegue del trabajo huma=
no y
de las fuerzas mecanicas se mueve el capital, arrastrado por su prop=
ia
ley, que es la de la ganancia y que lo impulsa a producir sin
interrupción, para acrecentarse sin cesar” (Mantoux, 4).
El crecimiento en la producción lleva al cambio de escala. De la esc=
ala
regional del
reducido comercio medieval se pasó a la escala nacional e internacio=
nal
delprimer mercantilismo. Pero la Revolución Industrial implica un
aumento en la producción que sólo puede absorberse en escala
mundial.
'Esta gran cantidad de mercancías fabricadas es preciso venderl=
a;
la venta, que realiza la ganancia, es la meta final de toda producció=
;n
industrial. El fuerte impulso dado por la gran industria a la producci&oacu=
te;n
se comunica enseguida a la circulación de los productos La
competencia se exagera, y con los progresos de la industria de los transpor=
tes,
se extiende de los individuos a las regiones, a las naciones, mas
avidas que nunca de perseguir sus intereses materiales. Se desencade=
nan
los conflictos económicos. El mundo entero no es ya sino un inmenso
mercado que las grandes industrias de todos los países se disputan <=
st1:City
w:st=3D"on">como un campo de =
batalla…'
(Mantoux, 4).
Todo el sistema pivota alrededor de las ganancias, esto produce hechos
positivos y negativos,
'A la producción desbordante corresponde un modo particular de =
la
distribución de las riquezas. Si se considera al consumidor es evide=
nte
que, por lo que a él se refiere, se ha efectuado un gran progreso; la
rareza y carestía de las mercancías ha disminuido. Pero el
optimismo se modifica radicalmente si examina la condición de los
productores. En la base de todo el sistema de la gran industria encontramos
junto con la energía proporcionada por las maquinas una inmen=
sa
acumulación de trabajo humano, mientras que en la cima se eleva,
estrechamente concentrado, el amontonamiento creciente y formidable de los
capitales. Y los productores se dividen en dos clases: una que da sutrabajo=
y
no posee nada, que vende la fuerza de sus brazos y el tiempo de su vida por=
un
salario; otra que detenta el capital a la que pertenecen las fabrica=
s,
las materias primas, las maquinas y a la que van a parar las gananci=
as y
beneficios.” (Mantoux, 5).
Este conjunto de hechos se estructuró en un sistema de una extrema
coherencia interna que influyó sobre el todo cultural
'De ahí ha salido el régimen social propio de nuestra
civilización contemporanea y que forma un todo tan completo, =
tan
coherente como pudo serlo en el siglo X el régimen feudal. Pero mien=
tras
que éste era la consecuencia de las necesidades militares y de los
peligros que amenazaban a la vida humana en una Europa entregada a la anarq=
uía
barbara, aquél deriva de un conjunto de causas puramente
económica agrupadas en torno al hecho central de la gran
industria'. (Mantoux, 5).
El arte como mercancía
Dentro de este sistema, el arte fue considerado como algo frívolo y sospechoso. =
Sin
embargo, su necesidad seguía presente y si
'El capitalismo no es, por esencia, una fuerza social bien dispuesta h=
acia
el arte o fomentadora de éste; y si el capitalismo medio tiene neces=
idad
de arte es para embellecer su vida privada o para hacer una buena
inversión. Por otro lado, es indudable que el capitalismo liber&oacu=
te;
fuerzas tremendas para la producción artística y
económica. Dio vida a nuevos sentimientos e ideas y puso al alcance =
del artista nuev=
os
medios para expresarlos. Para éste
resultó imposible seguir rígidamente aferrado a un estilo fij=
o o
sujeto a lenta evolución; laslimitaciones locales que sirven de marc=
o a
la formación de estos estilos fueron superadas y el arte se
desarrolló en un espacio mas extenso y en un tiempo acelerado=
. Y
así, aunque el capitalismo fuese basicamente extraño a=
las
artes, favoreció su desarrollo e impulsó la producción=
de
una enorme cantidad de obras expresivas y originales'. (Fischer, 59).<=
br>
'En aquel mundo, el arte se convirtió también en una
mercancía y el artista en un productor de mercancías, el
mecenazgo personal fue sustituido por un mercado libre cuyo funcionamiento =
era
difícil o imposible de comprender, por un conglomerado de consumidor=
es
innominados, el llamado 'público'. La obra de arte se
sometió cada vez mas a las leyes concurrencia'. (Fischer,
57).
Dentro de este sistema la arquitectura fue facilmente considerada como una mercancía, como algo que se puede comprar y vender=
. Y si
bien esto no se cumple en todos los casos, pues la arquitectura mas
'artística” se siguió considerando como
un bien de uso; la tendencia fue cobrando fuerza hasta nuestros días,
donde toda la vivienda y gran parte del =
resto
de la arquitectura no pueden dejar de considerarse como mercancías.
Refiriéndose a la literatura, Hauser describe un proceso similar,
cuando, ante el éxito comercial de novelas publicadas en los diarios=
,
'surgen fabricas literarias completas, y las novelas son produc=
idas
casi mecanicamente. En una vista judicial se demuestra que Dumas pub=
lica
a su nombre mas lo que hubiera podido escribir si hubiera estado
trabajando día y noche sin interrupción La literaria se
convierte en mercancía,en el sentido absoluto de la palabra'.
(Hauser, 990).
La arquitectura también se produjo como
una mercancía, pero mas importante es que se consumió =
como una mercanc&=
iacute;a;
el valor de reventa y la rentabilidad fueron temas que ningún cliente
dejó de considerar y se transformaron en datos fundamentales para fi=
jar
las condiciones a las que había de ajustarse el proyecto. Junto con =
el
notable aumento de casas para alquiler, arquitectura-mercancía por
excelencia; el concepto de propiedad inmueble es confirmado y ratificado por
los Códigos Civiles, empezando por el de Napoleón. A fines de
siglo se escriben tratados sobre las casas de renta donde el rendimiento
monetario es el principal objetivo de esta arquitectura capitalista.
Al mismo tiempo, la arquitectura inmediata a la gran industria: la de servi=
cios
tales como fabricas, estaciones de
ferrocarril, barracas, exposiciones, mantuvo y acrecentó el
caracter utilitario que siempre tuvo; pero su instrumentalizaci&oacu=
te;n
la alejó de su naturaleza expresiva o simbólica y la llev&oac=
ute;
hasta los límites del<=
/st1:place>
mas estrecho utilitarismo. La arquitectura fue considerada un
instrumento mas -como=
st1:place>
las maquinas- y evaluada en términos de su capacidad para red=
ucir
los costos y aumentar la producción. Se evidencia una tajante
división entre Arte y Utilidad, entre lo Bello y lo Practico, que llev&oa=
cute;
a una división entre el ejercicio profesional de los arquitectos y e=
l de
los ingenieros. La “Functional Tradition' =
como
la han llamado los escritores anglosajones comprende un sinnúmero de
obras cuya calidad han apreciado y destacado lostratadistas como Pevsner, Giedion y Eric de Mar&eac=
ute;.
Por afín que esta arquitectura resulte a la teoría
arquitectónica predominante hoy, no podemos olvidar que las
fabricas, los depósitos y las estaciones se construyeron busc=
ando
eficiencia en términos de rendimiento y economía, subordinado=
s al
objetivo de lucro final; en estos edificios ni la habitabilidad -estimada en
términos de bienestar humano- ni la significación -estimada en
términos de creatividad artística- contaban.
Junto a los éxitos arquitectónicos como el del Crystal Palace=
(J.
Paxton, 1851) se produjeron innumerables fabricas, viviendas y talle=
res
donde las condiciones de existencia eran infrahumanas; esta
'tradición funcional' sólo atendía a la
función instrumental mas inmediata y excluía entre sus
objetivos la plenitud de las posibilidades de la existencia humana: el aire
puro, la luz natural, el silencio, el goce estético. Como instrumento de producción
industrial para ella una mejor calidad de vida no tenía existencia
económica.
El desarrollo del maquinismo
En resumen, los factores tecnológicos que alentaron el desarrollo de=
la
gran industria fueron los siguientes:
1) el reemplazo de la energía proveniente de la fuerza animal, por la
acumulada en el carbón y en las corrientes de agua;
2) La producción de hierro en grandes cantidades y a buen precio;
3) La invención de nuevas maquinas: motrices y de utilaje
herramental;
4) el desarrollo de nuevos métodos y modos de organización del
trabajo, los que terminaron por transformar a la gran industria, en un
principio de producción en masa -como enel caso de los telares y las
acerías, en la industria de producción seriada tal como la
conocemos hoy;
5) la creciente extensión de las aplicaciones técnicas de los
descubrimientos científicos.
Gran Bretaña fue el país donde el proceso se desarrolló
mas temprano y aceleradamente lo que le permitió duplicar su
producción en el lapso que media entre 1811 y 1850.
El efecto que esta acumulación de adelantos tecnológicos tuvo
sobre la vida cotidiana ha sido estudiado por Giedion y Mumford. Baste
señalar que en 1750 el trayecto Londres-Edimburgo insumía 10-=
12
días y que cien años después, ya en la era del ferrocarril =
a vapor,
el mismo trayecto se hacía en sólo 17 horas.
La arquitectura pudo contar con un enorme caudal técnico que
ofrecía: nuevos conocimientos sobre la constitución y la resistencia de los
materiales; nuevos instrumentos para el calculo estructural; nuevos
materiales -el hierro y el acero primero, los metales no ferrosos y el
hormigón armado después-. Al mismo tiempo los sistemas
constructivos ofrecieron nuevas posibilidades de las cuales el Palacio de C=
ristal
(1851), la Galería de las Maquinas y la Torre Eiffel (1889)
fueron los exponentes mas sensacionales.
Durante el siglo, la filosofía arquitectónica imperante, frut=
o de
las reflexiones esteticistas del Renacimiento, no consideró a las
posibilidades técnicas =
como
un componente activo y principal en el proceso de diseño y las
subordinó a los objetivos simbólicos y estéticos. La
arquitectura utilitaria, la de los ingenieros, preferenció a la
tecnología subordinandola sólo a lautilidad y a la
economía. A fin de siglo, en Nueva York y en Chicago, la arquitectur=
a de
los rascacielos marca el momento del reencuentro del 'arte
arquitectónico' con el 'arte constructivo', tal como =
se
diera en la Edad Media de Pierre de Montercau y Villard d'Honnencourt.
El predominio de la clase media
En el siglo XIX culminó un proceso iniciado en la Edad Media, de
desarrollo, afianzamiento y predominio de la burguesía.
'No es facil definir al burgués, ser complejo y
múltiple y no basta en buena sociología confundirlo, como
Teófilo Gautier con el filisteo; decir con León Bloy, que se
llama burgués a cualquiera que piensa con bajeza, o todavía c=
omo
Karl Marx, reducir al burgués al empresario capitalista”.
En el fondo, la característica mas propia y mas genera=
l de
la burguesía es la independencia fundada sobre reservas. La
burguesía, es un medio social, uno apenas se atreve a decir una clas=
e,
formada por hombres a quienes su función económica confiere u=
na
cierta independencia, sea que no dependan sino de sí mismos, sea que
ellos dirijan, y por otra parte, su sistema de valores acuerda una importan=
cia
primordial a las nociones de libertad individual, de intimidad, de iniciati=
va y
de interés personales.' (Folliet).
Esta clase también puede ser identificada por exclusión; no
esta compuesta por campesinos ni por nobles. Desde su origen
histórico se caracterizó por agrupar hombres libres que viven=
de
su trabajo: artesanos, comerciantes. A través de los siglos sus
actividades se diversifican hasta incluir la administración tanto del estado como
delos negocios y a un gran número de trabajos asalariados.
De este individualismo que tiende al egoísmo surgieron sus intereses=
y
su cohesión como
clase. Así, unidas las fuerzas de la monarquía y de la
burguesía, se liquidó al mundo medieval, feudal y al mundo de=
la
aristocracia nobiliaria y cortesana; en Inglaterra el proceso se realiz&oac=
ute;
mediante movimientos graduales que implicaron la incorporación de pa=
rte
de la aristocracia, al cambiar ésta de intereses y unirse a la creci=
ente
clase media como lo señala Hobsbawn:
“La aristocracia inglesa y la nobleza rural, fueron muy poco afectadas
por la industrialización, excepto para lo mejor. Las rentas subieron=
por
la demanda de productos de granja, la expansión de las ciudades (cuyo
suelo poseían) y de las minas, forjas y ferrocarriles (que estaban
situados en sus dominios). Y aún cuando los tiempos fueron malos par=
a la
agricultura, como en 1915 y la déca=
da del 30, no fueron
reducidos a la penuria. Su predominio social permaneció intocado, su
poder político en las zonas rurales, completo a pesar que desde 1=
830
tuvieron que considerar las susceptibilidades de una fuerte y militante cla=
se
media provincial de hombres de negocios
Sus casas de campo paladianas y neoclasicas se multiplicaron, m&aacu=
te;s
que en ningún otro tiempo desde la época isabelina. Puesto qu=
e su
economía, al contrario de su estilo social, ya se había adapt=
ado
a los métodos de negocios de la clase media, la era del vapor no provocó problemas =
de
ajuste espiritual
No tuvieron que dejar de ser feudales, porque desde mucho
tiempoatras habían dejado de serlo ” (81).
En Francia el proceso de predominio burgués fue mas estruendo=
so y
comenzó con el control de la administración del estado en tie=
mpos
de Luis XIV, para terminar en 1793 con la decapitación de Luis XVI,
cuando con el apoyo del proletariado, la burguesía tomó el po=
der
político.
En América, esta clase, compuesta también por terratenientes y
comerciantes, ganó el poder y la Independencia a la vez, en 1764 en =
el
Norte y luego, en las primeras décadas del siglo XIX en el Sur, en el
territorio de los dominios del arruinado imperio español.
A la vez que alcanzó el poder la clase media creció en
número y se diversificó. En 1750 se calcula que en Inglaterra
sólo el 2% de la población pertenecía a la nobleza, el=
8%
a la clase media y el resto al incipiente proletariado urbano y a la masiva
población campesina. Para 1870 la
situación había cambiado tanto que es difícil reconocer
trazas de la existencia de la nobleza, la clase media ha aumentado al 25% y=
la
clase obrera al 57%. Pero la detentadora del
poder y de la dirección de los asuntos de todos es la porción
superior de la clase media 'burguesa' que tan bien describiera
Dickens.
Los grandes capitanes de la industria del
siglo XVIII son burgueses y ya en el siglo XIX también lo son los
grandes gobernantes, ya sin trazas de ascendencia nobiliaria, como Peel o Napoleón. Gran parte=
de
los nuevos dirigentes, políticos o industriales, proceden de familias
campesinas con una generación intermedia de 'burgueses'
pequeños talleristas, artesanos o comerciantes.
'Unatransformación semejante no se realiza sin dificultad no se
puede cumplirse sino por una selección muy rigurosa que sólo =
deja
sobrevivir a los mas aptos. Estos cultivadores, esos herreros, esos
tejedores, esos barberos de pueblo que han formado la primera generaci&oacu=
te;n
de los grandes industriales ingleses, para triunfar han tenido que poseer e=
n el
mas alto grado ciertas cualidades apropiadas para su nueva tarea. No=
era
por el talento inventivo por lo que se distinguían. Trataban de expl=
otar
sobre todo los inventos ajenos Donde se manifiesta la inteligencia
particular del
industrial es en la organización de las empresas” (Mantoux,
365).
Esta clase no disponía de una axiología precisa, puede decirse
que
'La pequeña burguesía era la encarnación misma de=
la
contradicción social: espera participar en el enriquecimiento general
pero temía ser aplastada en el curso del proceso, soñaba con
nuevas posibilidades pero se aferraba a la seguridad del viejo orden
jerarquico, volvía la vista hacia los nuevos tiempos, pero
también miraba con nostalgia los 'buenos' tiempos de antes=
al principio el romanticismo fue una rebelión pequeño burguesa
contra el clasicismo, de la nobleza, contra las reglas y las normas, contra=
las
formas aristocraticas y contra un contenido del que estaban excluidos
los temas 'comunes y ordinario”. Para
aquellos rebeldes romanticos no había temas privilegiados: to=
do
podía ser un tema artístico' (Fischer, 62).
La contradicción se evidenció en la simultaneidad de la prefe=
rencia
por los temas comunes, cotidianos y ordinarios, que adquirieronestado de
sujetos artísticos y por lo tanto explicitaban el acceso de una nueva
clase a un campo antes vedado, y la admiración por el arte de los si=
glos
inmediatos anteriores, producto de la nobleza; sobre todo por su monumental=
ismo
y refinamiento. La arquitectura no escapó a esta confusión
resultante de impulsos contradictorios.
La clase media, la burguesía en todos sus estratos, fue la impulsora=
de
la arquitectura que estudiamos. Ella le fijó las condiciones de
existencia: su función social, sus recursos tecnológicos y sus
modos de uso (función practica inmediata). La clase obrera, c=
ada
vez mas numerosa, no pudo, desde su subordinación, fijar paut=
as
que alteraran el orden espacial de las ciudades o la conformación de=
los
edificios, aún de aquellos que ocupó.
'La revolución industrial llevó al tope a una nueva clas=
e de
clientes, hombres cuyo dinero venía de la industria y del comercio;
hombres autodidactas sin la posibilidad de educación del caballero
georgiano y sin el tiempo libre para adquirirla de adultos. Ciertamente, en
Gran Bretaña, la nobleza siguió siendo un cliente en gran esc=
ala,
y evidentemente, los mercaderes habían sido clientes desde los siglos
XIV y XV, y los manufactureros habían sido clientes (buenos clientes=
) en
tiempos de Jorge III. Sin embargo, el cambio de clase y de capacidad para
apreciar es un hecho. Lo que esta nueva clase quería eran efectos
espectaculares, en parte porque sólo podía apreciar diferenci=
as
groseras y en parte porque la prosperidad tenía que ser expresada
estruendosamente en su casa' (Pevsner, 1963, 35).Fundamentalmente lo q=
ue
la clase media esperó de la arquitectura fue un mayor confort (el
aumento de las instalaciones de confort dentro de la vivienda fue vertigino=
so:
instalaciones sanitarias, de provisión de agua corriente, sistemas de
calefacción, sistemas de cocinado y sistemas de seguridad), y en seg=
undo
lugar una nueva significación.
Los objetos del=
st1:State>
hogar, desde una mejor vajilla y cuchillería hasta mejores y m&aacut=
e;s
muebles, proliferaron. El toilet con palangana y bacha de hierro enlozado f=
ue
reemplazado a lo largo del
siglo por el lavabo de gres o de hierro enlozado integrado ya en un sistema
general de agua corriente. La iluminación a vela fue sustituida por
lamparas de aceite, mas tarde por luz de gas y finalmente por=
la
iluminación eléctrica. Gran parte de las tareas domést=
icas
que en siglos anteriores significaban un gran esfuerzo, ahora aparecí=
;an como operaciones
sencillas y rapidas (el fósforo se utilizó
comúnmente en 1829).
Las formas políticas
Las fuerzas sociales que promovieron el cambio aspiraron a una forma de
gobierno que efectivizara su dominio sobre la sociedad. El poder fue compar=
tido
por una clase mas extensa, lo que produjo, sino una igualdad social
total, un mayor igualitarismo de los derechos cívicos, una mayor
permeabilidad social y mayor repartición de la riqueza. El modelo
político predominante fue la democracia parlamentaria, organizada como Repúb=
lica y
basada en los modelos de la Grecia clasica y de la Roma republicana.=
La Revolución estadounidense, la Revolución Francesa y las
revoluciones latinoamericanas promovieronrepúblicas parlamentarias,
mientras que Inglaterra se había ya convertido, desde principios del siglo XVII e=
n una
democracia parlamentaria conservando las formas de la monarquía.
La democracia se idealizó buscando la igualdad y la libertad
individuales y en los gobiernos parlamentarios la representación se
efectuaba por la suma de individuos aislados sin ninguna relación co=
n su
función social.
“La política democratica se desarrolló en respue=
sta
a la necesidad de abolir los privilegios de castas. En la historia de la Eu=
ropa
moderna su causa fue la liberación de una clase media comercial del dominio de la
aristocracia terrateniente. Con el objeto de liberarse esta clase media
formuló un cuerpo de generalizaciones liberales que culminaron en la
mas amplia garantía del
sufragio universal Desde el momento en que dentro de la democracia
política, cada hombre cuenta por uno y no por mas de uno; y d=
esde
el momento en que cada uno es, dentro del todo, el mejor cuidador de sus
propios intereses, el sufragio universal permitira la traslaci&oacut=
e;n
de la voluntad de la mayoría para que se incorpore a la sustancia de=
la
legislación La democracia representativa sobre la base del sufragio igual y universal implicaría la
creación de una sociedad en la cual la igualdad de intereses de los
hombres, en los resultados de=
l
progreso social, sería rapidamente reconocida. El dominio de =
la
democracia debía ser el dominio de la razón. El partido que m=
ejor
representara los propósitos del
electorado obtendría una mayoría en la legislatura. Y, una vez
allí, emplearía los procedimientosconstitucionales para lleva=
r a
cabo sus propósitos.…' (41).
Este sistema logró, principalmente en Inglaterra y los Estados Unido=
s de
Norteamérica, que la aveniencia sustituyera a la violencia abierta. =
Pero
los métodos parlamentarios: conquista de sufragios por la promesa o =
la
concesión y las innegables virtudes que el sistema tuvo para la
población de los países metropolitanos, no hacen olvidar que<=
br>
'cada régimen económico crea a su vez un orden
político que representa los intereses de aquellos que dominan el
régimen, que poseen los instrumentos esenciales del poder económico'. (Las=
ki,
42).
Gran parte de las expectativas que desataron las promesas originales por las
que la burguesía obtuvo el apoyo del
proletariado y de sus propias filas mas bajas, no pudieron cumplirse=
por
la condición que señala Laski, dado que los intereses de la c=
lase
dominante eran en definitiva, intereses de un solo sector de la sociedad.
'Hablando en términos generales, la característica
fundamental de aquel período fue su preocupación por buscar l=
as
condiciones apropiadas para la libertad individual. Finalmente arrojó
lejos el yugo de los privilegios aristocraticos para reemplazarlos p=
or
una fe absoluta en el derecho del
hombre ordinario para alcanzar, por su propio esfuerzo, cualquier
posición cómoda en la sociedad. Esta posición estaba
condicionada por la cantidad de riqueza que podía o había pod=
ido
amasar. Y para dejar amplio campo a la actividad individual, las funciones =
del estado se
restringían así a límites sumamente estrechos'.
(Laski, 26).
El artista, enun principio siguió a esta tendencia con entusiasmo:
“volvió a expresar nuevamente, con su orgullosa subjetividad, =
las
ideas de la época, porque la bandera de ésta, el programa
ideológico de la burguesía ascendente, era, precisamente, esta
subjetividad del hombre libre que defendía la causa de la humanidad =
y de
la unificación de su propio país y de todos los hombres en el
espíritu de libertad, igualdad y fraternidad'. (Fischer, 66).
La concepción atómica de la vida social en la que la democrac=
ia
liberal fundó sus formas políticas no permitió ligar la
libertad política con la igualdad social, en realidad sustituy&oacut=
e;
una clase privilegiada minoritaria por otra mas extensa y abierta, p=
ero
no cumplió con las promesas de igualdad social contenidas en las con=
stituciones.
Sir Henry Maine decía: 'el beneficio de la competencia privada =
hace
que un hombre pueda saltar sobre las espaldas de uno de sus semejantes y
permanecer allí en virtud de las leyes de la supervivencia del mas
fuerte'. Aunque nadie lo hubiera imaginado la teoría de Darwin se cumpli&=
oacute;
estrictamente en el campo político y económico.
Las críticas al sistema liberal son numerosas y múltiples sus
fundamentaciones. F. Tannebaum resume así el fracaso de los ideales
democraticos de la Ilustración:
'La destrucción de la comunidad, la aldea, el feudo y el gremio
proporcionaron una sociedad y una forma de vida que fueron poco afectadas p=
or
los actos de reyes y nobles. Podían pasar los siglos y desaparecer l=
as
dinastías, pero los modos de la comunidad continuaban muy semejantes=
a
los que siemprehabían sido. Sin embargo, los cambios que dieron
existencia a la industria moderna, destruyeron los habitos que
habían mantenido una comunidad ordenada. Anteriormente la costumbre =
era
el escudo del
pobre. Las nuevas fabricas, con su insistencia en la negociaci&oacut=
e;n
de un salario individual, lanzaron al viento este precioso patrimonio y el
hombre se encontró en un mundo sin una definición del derecho que =
fuera
respetada por toda la comunidad. Lo que la Revolución Industrial hizo
con el individuo en general y con el obrero en particular, fue desarticular=
su
sociedad y socavar la ley de la tradición conforme a la cual
vivía. Lo dejó a merced
de sus propios recursos, el hombre era ahora libre en una forma en que
jamas lo había sido anteriormente. Había habido afortu=
nados
hombres 'sin amos' anteriormente y caldereros ambulantes y
estudiosos, pero aquí, por primera vez, el hombre en general fue hec=
ho
independiente. Si podía obtener un empleo podía vivir solo sin
familia, amigos, gremio u oficio. Las complejas fuerzas que forzaron estos
cambios son bien conocidas, pero las consecuencias que vendrían a la
larga de este aflojamiento de las amarras fueron imprevistas. El debilitami=
ento
de la comunidad no sólo afectó a los hombres sino tambi&eacut=
e;n
a mujeres y niños, a viejos y jóvenes, a especializados y no
especializados. Sus efectos alcanzaron a todos los grupos en la comunidad, =
de
modo que una sociedad regida por la tradición se desvaneció, =
en
forma creciente, llegó a estar compuesta por individuos aislados,
iguales e independientes. Por primera vez los hombres llegaron a ser
responsablesante sí mismos solamente, e irresponsables en cuanto al
bienestar de cualquier otra persona incluyendo sus parientes mas
cercanos La igualdad para el trabajador tomó una forma nueva y
extraña: la ganancia de un salario en dinero. Llegó a signifi=
car
igualdad para la lucha de competencia. El lograr un empleo y conservarlo
resultó ser una prueba de todo lo demas y el medio mismo de
supervivencia. Una especie de lucha libre de todos contra todos se transfor=
mó
en la regla que prevalecía entre los hombres, y el medio social fue
suficientemente fluido como para permitir que quedara sitio en la cima para
muchos que tenían la energía, la capacidad o la astucia para
nadar con la marea y aventajar a sus adversarios. Pero eso fue para los
afortunados, los fuertes y los implacables. La masa encontró dura la
lucha, solitaria la vida, y la alardeada libertad, algo semejante a una
carga'.
En la primera mitad del siglo XIX, Tocqu=
eville
hizo esta aguda observación, que corrobora la pérdida del sentido comunitario:
'El rico no sólo esta unido férreamente a los de =
su
clase, sino que esta totalmente alejado del pobre El fabricante no pide al =
obrero
otra cosa que trabajo; el obrero no espera, a su vez, del fabricante otra cosa que un salari=
o. El
primero no contrae obligación alguna para proteger al segundo, ni
éste para defender a aquél. Y ninguno de los dos esta
unido al otro permanentemente por costumbre o por deber. Entre los obreros y
los patrones se establecen siempre relaciones, pero no
compañerismo'.
En 1850, Carlyle corroboraba la observación:
'El fincapital del
hombre, en estos tiempos adelantados, es hacer dinero y gastarlo y por ello=
su
interés en el universo se ha simplificado asombrosamente de poco tie=
mpo aca
¿Y si el universo no quisiese soportar en su divino seno una
república de mortales que no tienen otro fin mas elevado? =
En
tal caso sería mejor prevenirse ¡Y las democracias y los sufra=
gios
universales habrían de modificarse mucho!'
Estas democracias, a pesar de sus primeras reticencias, a expandir la
acción del gobierno -'el mej=
or
gobierno es el que menos gobierna'- terminaron por reemplazar a la ant=
igua
aristocracia como<=
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comitentes de arquitectura. Al hacerse cargo el estado de muchas de las act=
ividades
sociales se transformó en un poderoso realizador de obras, encargada=
s y
programadas por la creciente burocracia. Se precisaron edificios que
satisfacieran nuevas necesidades, como
aquellas de la administración de la cosa pública: parlamentos,
ayuntamientos, palacios de justicia, correos, escuelas, hospitales y un
sinnúmero de servicios de los cuales el estado se hizo cargo.
'No es arriesgado decir que la mayoría de los edificios
públicos en Gran Bretaña datan de la era Victoriana, a pesar =
de
que muchos de ellos se han construido desde entonces. El número de l=
os
construidos antes es pequeño, aunque la calidad es excelente. Del siglo XVII datan algunas sedes gremiales y merc=
ados, del siglo XVIII algunos ayuntamientos que se aproxi=
man
modestamente a las funciones del London
Mansion House, y de los últimos días d=
el
georgianismo algunas obras de=
l
mismo tipo, junto con algunos pocosedificios públicos importantes y
muchas prisiones y talleres de trabajos forzados. Pero las oficinas
municipales, las bolsas de granos, los correos, las estaciones de bomberos,=
las
bibliotecas, los baños públicos, datan de entonces; como es obvio que tuvo que haber sido, dado que
anteriormente sus funciones, no eran consideradas como atendibles por el poder
público'. (Goodhart-Rendel, 87).
Estos programas, como veremos mas adelante, se originaron en las
necesidades propias de la clase media -la clase obrera no contó en e=
ste
proceso- muchas de las cuales en el campo artístico eran remanentes =
de
la época anterior barroca. La programación y la
administración del proceso de producción de estas obras estuv=
o en
manos de la administración pública y esta
despersonalización del comitente se sumó al desconcierto
estético y artístico que hemos de analizar en seguida, para
producir una arquitectura que desde entonces se caracterizó por su
insipidez, su falta de compromiso y el transitar por caminos
'probados' ya obsoletos cuando la burocracia los hacía suy=
os.
Funcionarios, comisiones, comités creados al efecto fueron los
principales comitentes de los edificios públicos, de acuerdo con lo =
que
reclamaban los principios de la democracia representativa. El resultado fue=
una
arquitectura no comprometida, realizada por arquitectos que terminaron por =
ser
empleados del Estado. El mejor ejemplo de la burocratización de la
profesión fue la acción del Barón de Haussman al remod=
elar
París.
'En la clase mas alta de los edificios públicos” -=
en
la Inglaterra victoriana- 'aquellosconstruidos por el gobierno con
propósitos nacionales, los sentimientos populares pedían una
arquitectura a la altura de la ocasión sin tener ninguna noció=
;n
muy clara de lo que esa arquitectura debía ser'. (Goodhart-Rend=
el,
88).
Al mismo tiempo el estado comienza a establecer las condiciones de existenc=
ia
de la arquitectura mediante normas y reglamentaciones; algunas de las cuale=
s,
como el Código de Napoleón de 1805, en aras de asegurar el
derecho de uso y propiedad de los bienes inmuebles -para el derecho liberal=
las
obras de arquitectura se definían como bienes- establecen condicione=
s constructivas
a cumplir por los edificios. Pero el encuadre jurídico, que má=
;s
tarde sera seguido por reglamentaciones municipales, atendió
mas a los derechos y obligaciones individuales que al bien com&uacut=
e;n,
así cada propietario fue el dueño y señor de su lote y
pudo hacer en él lo que quiso. Cuando las circunstancias demostraron=
que
también en este campo el 'laissez faire' desembocaba en la
anarquía, aparecieron los primeros códigos de la
construcción -en Nueva York los rascacielos sólo se reglament=
aron
en 1913; en la ciudad de Buenos Aires la reglamentación de los espac=
ios
sociales sólo se concretó en 1977.