BARROCO ESPAÑOL
El Barroco se caracteriza por lo siguiente:
Pesimismo: El Renacimiento no consiguió su propósito de
imponer la armonía y la perfección en el mundo, tal y como
pretendían los humanistas, ni había hecho mas feliz
al hombre; las guerras y las desigualdades sociales seguían estando
presentes; el dolor y las calamidades eran comunes en toda Europa. Se
instala un pesimismo intelectual, cada vez mas
acentuado, unido al caracter desenfadado de que dan testimonio las
comedias de aquella época y las truhanerías en que se basan
las novelas picarescas.
Desengaño: Como los ideales renacentistas fracasaron y, en el caso
de España, el poder político estaba desvaneciéndose,
el desengaño continúa y surge en la literatura, que en muchos
casos recuerda a la de dos siglos antes, con la Danza de la Muerte o
las Coplas a la muerte de su padre de Manrique. Quevedo dice que
la vida esta formada por «sucesiones de difunto»: en ellas se van convirtiendo los nacidos, desde los
pañales hasta la mortaja con la que se cubren los cuerpos
exanimes. En conclusión, nada tiene
importancia, sólo hay que conseguir la salvación eterna.
Preocupación por el paso del
tiempo
Pérdida de confianza en los ideales renacentistas
Se manifiestan tanto en prosa como
en verso: Góngora es el mas eminente escritor culterano y Quevedo
el maestro de los conceptistas. Ambos se aborrecieron.
El culteranismo y el conceptismo rompen el equilibrio
clasico entre forma y contenido. Pero lo hacen
de forma diferente.
Culteranismo o Gongorismo: Altera aquel equilibriohaciendo que la
expresión se desarrolle a expensas del contenido. Este
suele ser mínimo, pero se expone con un estilo
suntuoso, abundante en metaforas, latinismos, voces sonoras, retorcimientos
gramaticales (hipérbatos) y alardes de saber mitológico. El resultado, en los aciertos, es de gran belleza formal.
El conceptismo, al contrario, hace que el contenido sea muy
denso, complicado, y que la forma resulte condensada. Procura
que las palabras signifiquen dos o mas cosas a la vez. El resultado suele admirar por su ingenio. Preocupa sobretodo el contenido, y el ideal es decir mucho en pocas
palabras. De ahí, los dobles sentidos, las paradojas La
ornamentación es mínima: el léxico llano, pero sometido a
asociaciones inesperadas ; en sintaxis, se prefiere la
frase cortada, con tendencia al laconismo. En suma, densidad expresiva
Las primeras ovejas llegaron cuatro o cinco años después de la
Conquista, pero su lana sólo se usó al establecerse los obrajes.
Al principio se trabajó en éstos a la manera indígena, en
telares primitivos, fabricando telas bastas como sayales, jergas y bayetas,
luego en 1559, llegaron especialmente contratados algunos maestros tejedores
españoles, quienes introdujeron tornos y telares europeos, y peines y
lizos que adaptaron a los telares nativos, mejorando la calidad y aumentando la
variedad de tejidos. El utillaje empleado consistía fundamentalmente de
tornos con sus respectivos husos, cardas, urdideras, devanadoras, telares con
sus correspondientes peines y lizos, planchas de metal para las prensas,
hierros, cuchillos, ejes, romanas, etc. para la tintorería utilizaban
pailas y peroles, puestos sobre bases de piedras, debajo de las que se colocaba
la leña que alimentaría el fuego. Los chorrillos
eran pequeños obrajes, generalmente de indios y en realidad centros de
industria doméstica, puesto que sus integrantes eran habitualmente los del núcleo
familiar. Las telas allí fabricadas eran inferiores a las de los
obrajes.
La variedad en el tipo de tejidos estaba relacionada con la selección de
lana, según las diferentes partes del
cuerpo delanimal utilizado. El cordellate era un tejido basto usado para
pantalones y mantas. El sayal era tela muy basta de lana burda, empleada
generalmente para hacer alforjas. La bayeta, tela de tejido flojo era de mejor
calidad. El paño berbí se hacía con trama y urdimbre sin peinar.
El buriel, poco usual, era un tejido llano de lana sin teñir, de color
pardo.
Pardillo era el paño pardo mas tosco que se fabricaba. La tela
mas rústica y de menor precio era la jerga, tejida con lana
ordinaria negra y grisacea, usada en la manufactura de costales y aperos
para las cabalgaduras. Los paños fueron los mas finos y mejor
acabado de esta producción, y su calidad y denominación se
relacionaba con la urdimbre: catorcenos, dieciochenos, veinticuatrinos, etc.
los pañetes eran de textura regular y los mas usados en la
confección de los vestidos de los indios y españoles, por lo que
su manufactura tuvo mayor volumen. Su trama no era tan ajustada ni tenía
el cuerpo de los paños. El tocuyo era un tejido de algodón suave
y flexible. Es con estas bayetas y telas burdas hechas en los obrajes que el
indígena pobre de las areas rurales confeccionó sus
vestidos, al obligarsele a abandonar su indumentaria autóctona.
Para la preparación de los tejidos en los obrajes primeramente separaban
la lana y la lavaban, y una vez seca la cardaban y alistaban para el hilado,
que se hacía en tornos al principio de madera, pero desde mediados del
siglo XVII con cigüeñales y husos de hierro, algunos de pie y otros
de manubrio. Se usaron también aunque no mucho,pequeños tornos
hidraulicos. A veces, cuando no había suficientes tornos para el
número de obreros, se encargaba esta labor a mujeres ajenas al obraje.
El teñido se hacía hirviendo las madejas o las piezas con la
materia colorante en grandes peroles. Se empleaba diferentes sustancias
tintóreas, los principios por lo general vegetales y mas tarde, a
fines del
siglo XVIII, tintes a base de tanino y colorantes minerales. Uno muy usual de
origen animal, fue la cochinilla, insecto que vive en los cactus, cuyo
conocimiento en la época prehispanica es discutido y que una vez
muerto y secado al sol reducían a polvo. En los tejidos de lana da un
rojo carnesí muy vivo.
Los colorantes vegetales mas usuales fueron: el acharan, la jagua
y la tara para el negro; el aliso, el palo de Brasil, que importaban, el
chapichapi y el magno para el color rojo; el añil, mullaca y papas
negras para el azul; chillca, molle y tiri para el amarillo; maíz negro,
paguau y quisca-quisca para el morado; la chillca y el molle para el verde; los
frutos del algarrobo, las hojas y nueces verdes del nogal y el palo de tara
para el pardo y el marrón. Otros tintes vegetales los obtenían del achiote el airampo y el campeche. Llamaban “enjebar” a
la fijación de los colores con mordiente, utilizando para ello juarda de
lanas, colpa, cachina, alumbre y otras sustancias, incluso orines.
A fines
Las representaciones teatrales de esta época se efectuaban en sitios
abiertos, plazas o corrales fijos: los corrales de comedias. Las damas de la
nobleza asistían al espectaculo con la cara
cubierta con mascaras o turbantes. La función comenzaba con la
ejecución en guitarra de una pieza popular; en seguida se cantaban
canciones acompañadas con diversos instrumentos. Venía
luego, la loa, especie de explicación de los méritos de la obra y
síntesis de su argumento. Daba comienzo la
comedia u obra principal, y en los entreactos se ejecutaban bailes o se
representaban entremeses.
El escenario era un simple tablado y la
decoración una cortina. Los cambios de escena eran
anunciados por uno de los actores.