Sus
intereses fueron muy amplios, abarcando sus primeros estudios la bioquímica de
la sangre y la fisiología de la audición, así como las causas del sueño y los
rasgos de los estados hipnóticos. Pero es por sus dos
trabajos sobre el desarrollo -sobre la embriología conductual y sobre el
desarrollo temprano de los niños- por lo que se le reconoce en la actualidad.
En “Mind of the Child”, Preyer perfeccionó un método
de estudio infantil que todavía se está utilizando hoy día.
Preyer observó atentamente a su propio hijo, Axel, para trazar el desarrollo durante los tres primeros años de su vida. Describió la
risa, la sonrisa, la actividad, la actividad motriz, la autoconciencia y el
desarrollo cognitivo del niño, en un lenguaje claro y
sencillo.
La metodología era simple y directa. El padre (u observador) únicamente tenía
que mantener un minucioso registro diario de las
actividades del
niño y de cómo éstas se iban modificando, elaborando o extinguiendo. Preyer no
inventó esta técnica, pero laperfeccionó, y demostró cómo podía utilizarse en un programa científico de estudio infantil.
La normatividad (naturaleza secuencial, predictibilidad) de la conducta del
niño pequeño fue comparada por Preyer con la de los animales no humanos. Para
Preyer, la ' mente del niño recién nacido
no se parece a una tabula rasa sino a una pizarra
ya escrita antes del
nacimiento'. Más aún: ' Ningún hombre es, en este
sentido, un mero advenedizo, que ha de alcanzar el desarrollo de su mente
(psique) únicamente a través de su experiencia individual; más bien cada uno
debe, mediante su experiencia, completar y animar nuevamente sus dotaciones
hereditarias, los restos de las experiencias y actividades de sus antepasados'.
Fue un hombre de su tiempo, evolucionista en sus
perspectivas y comprometido con el establecimiento de nuevos dominios de la
ciencia psicológica. En conjunto, su obra y orientación demostraron que el
estudio de los niños podía constituir tanto un área científica
como un
movimiento social y humanista.