CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
MIGUEL DÍAZ CUEVA Federico Proaño Síntesis
biografica Comisión Nacional Permanente de Conmemoraciones
Cívicas
Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”
QUITO - ECUADOR 2002
FEDERICO PROAÑO
CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
Debo expresar mi agradecimiento a la Comisión de Conmemoraciones
Cívicas, en la persona de su Presidente, el señor Ministro doctor
Juan Leoro Almeida, por el honor que me ha conferido al pedirme que presente
una biografía del sobresaliente escritor don Federico Proaño cuyo
nombre conocí y admiré, desde mis primeros años de
estudiante, porque encontré que la verdad, la justicia y el deber fueron
las normas que guiaron su vida. El inexorable transcurrir del tiempo hace que,
en muchas ocasiones, se pierda el recuerdo de las personas o de los
acontecimientos de un país, no obstante de la importancia que ellos
entrañan, y que las nuevas generaciones los ignoren o no tengan el conceptocabal
de lo que ellos representaron en el acontecer histórico de los pueblos.
Esto ha ocurrido con la memoria de este ilustre ecuatoriano que, luego de los
pocos años que vivió en la Patria, los que le restaron de su
existencia -que fue corta- los pasó fuera de ella en varios
países de Centro América, hasta concluir sus días en la
ciudad de Quezaltenango, en la República de Guatemala. Para cumplir con
el cometido que se me ha confiado, he pensado que lo mejor que se puede hacer
es realizar una síntesis de la completa y magnífica
biografía de don Federico Proaño, escrita, hace muchos
años, por el destacado historiador don
FEDERICO PROAÑO
Víctor Manuel Albornoz y que mereció un justiciero premio; por lo
tanto, nada de nuevo puedo agregar a tan brillante trabajo, y sólo
incorporaré algunos de los valiosos conceptos que acerca de la
personalidad de Proaño emitieron otros destacados intelectuales del
país y del exterior, así sobre su valiosa obra literaria, como
también luego de su fallecimiento y, ademas, algunas breves
líneas de mi parte que las considero necesarias. Su vida
transcurrió rodeada de situaciones que estuvieron lejos de la felicidad,
y días de penalidades y de lucha fueron los que le acompañaron
desde su niñez, pero siempre protegidos por las nobles virtudes
alentadas por su elevado espíritu, para situarlo en el lugar que, con
justicia, le ha asignado la historia. Miguel Díaz Cueva
CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
FedericoProaño Nació el Ecuador como República en 1830, al
separarse de la Gran Colombia el Departamento del Sur y el gobierno del nuevo
país estuvo en manos del General venezolano don Juan José Flores
quien rigió sus destinos por varios años, hasta que en marzo de
1845, una revolución puso fin a su última administración;
pero, quienes fueron sus partidarios, no cejaron en intentar volverlo al mando
de la República, por lo que las fuerzas juveniles de la Patria se
unieron para enfrentar a los floreanos, y, así, en Quito se formó
la División del Norte, comandada por el Coronel José María
Guerrero, de la que formó parte el doctor José Camilo
Proaño, joven profesional en la Medicina, por lo que es designado
Cirujano Mayor de la División. No obstante de que se había
instaurado ya un nuevo Gobierno, amigos y partidarios del General Flores en la
ciudad de Cuenca, amenazaban con una reacción a su favor, por lo que el
Presidente don Vicente Ramón Roca situó en esta ciudad tropas
adictas a su gobierno y, así, en enero de 1847, llega a Cuenca un
escuadrón en el que presta sus servicios profesionales el doctor
José Camilo Proaño, quien es visto con simpatía por la
sociedad. Aquí establece, en unión de los médicos doctores
Agustín Cueva Vallejo y Domingo Ramírez, la Sociedad de Comi-
FEDERICO PROAÑO
sión Médica, de la que es nombrado su Presidente. A poco tiempo
de llegado a Cuenca, conoce a la señorita Teresa Marquez que
vive, en unión de sus hermanos, en el barriode El Vado, en una casa
situada a la orilla izquierda del río Tomebamba, en la parte alta. Del
amor que el doctor Proaño le da y del que recibe de ella, nace su hijo
el 14 de marzo de 1848, el que sera bautizado días
después, el 16, por el Presbítero Manuel Palacios, siendo Cura
Rector el Sacerdote doctor Lucas Iglesias, quien suscribe la respectiva
partida, y se le impone los nombres de Federico Raymundo, apadrinado por la
señora Carmen Marquez. En el sitio en el que estuvo la casa de su
nacimiento, en la calle hoy denominada La Condamine, esta un edificio en
el que se trató de instalar los talleres del
Diario 'El Mercurio', pero que luego pertenece a otro dueño y
en cuyo frontis existe una lapida que recuerda el sitio del nacimiento de
Federico Proaño. Los primeros años de la vida de Proaño,
desde marzo de 1848, que es la fecha de su nacimiento, transcurren en Cuenca,
su ciudad nativa, con la cariñosa abnegación de su madre y la
generosa ayuda de los tíos de ella, los doctores Pío y
José Antonio Marquez, sacerdote el primero y abogado el segundo.
En una escuela particular adquiere sus primeros conocimientos, para, luego,
ingresar al Colegio Seminario y continuar sus estudios secundarios que los
concluye con especial lucimiento en 1865. Posteriormente, al iniciar la
enseñanza superior, resuelve seguir los estudios que le llevarían
al sacerdocio, destacandose siempre entre sus compañeros, por lo
que recibe las efusivas felicitaciones de sus maestros, todosellos valiosos
miembros
CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
del clero cuencano de esa época; y, en mas de una ocasión,
es el designado para representar a la juventud estudiosa de Cuenca en actos
solemnes como fue el de la inauguración de la Universidad de la ciudad,
en 1868, o, en 1870, cuando, con motivo de la muerte de Benigno Malo, es una de
las personas que, joven aún, ocupa la tribuna fúnebre para el
elogio de quien fue uno de los ilustres cuencanos del siglo XIX. Cursaba
aún sus estudios eclesiasticos en el Seminario y era
clérigo de órdenes menores, cuando en 1869 se le designa para
Director de la Segunda Escuela Auxiliar de Niñas existente en la ciudad,
cargo que lo desempeña con abnegación y entusiasmo; poniendo
todas sus dotes de educador que las tiene por atavismo, pues su abuelo, don
Buenaventura Proaño, es uno de los propulsores de la cultura nacional
como educador de varias generaciones. La labor educativa de Proaño en
este centro cultural merece las mas expresiva felicitación del Gobernador
Accidental de Cuenca, en el Informe que éste eleva al Ministerio de
Instrucción Pública, en agosto de 1870. La actividad
política de Proaño se inicia cuando debía elegirse al
Presidente de la República que sustituiría a don Jerónimo
Carrión, pues han surgido varias candidaturas, pero las que tienen
mayores posibilidades son las de Francisco Xavier Aguirre y Gabriel
García Moreno; para sostener la primera se funda la Sociedad Popular del
Azuay, conBenigno Malo, José Rafael Arízaga, Antonio y
Ramón Borrero, Agustín y Mariano Cueva y otros distinguidos
políticos cuencanos. A favor de García Moreno se funda la Sociedad Conservadora del
Azuay con Antonio Mansilla, Rafael Villagómez Borja, Carlos
Ordóñez, Justo y Miguel León
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y otros mas entre los cuales figura Federico Proaño. Poseedor ya
de singulares aptitudes literarias, en 1869 establece la Sociedad de la
Esperanza, de la que es elegido su Presidente, cuyos miembros, siempre guiados
por Proaño, redactan sus periódicos 'La Esperanza' y
'El Crisol'; y, luego, de 1871 a 1873, aparece 'La Aurora'
como órgano oficial de la Sociedad; en todas estas publicaciones se
encuentran sus colaboraciones y en ellas revela su propensión al humorismo,
en algunas veces hiriente, y que sera perenne en la mayor parte de su
producción literaria posterior. Entre quienes acompañaron a
Proaño en la conducción de la Escuela Auxiliar de Niñas se
encuentra como Profesora la señorita Antonia Arteaga Carrión, persona
dotada de muchas prendas personales, por lo que Proaño piense en ella
para el matrimonio; pero tiene que afrontar una situación
difícil, pues, por criterios que prevalecen en esa época,
¿cómo puede una persona que no tiene legitimidad en su origen y
que aún lleva sotana, pretender a una persona distinguida? y su
propuesta no merece aceptación y no le queda otro pensamiento que salir
de Cuenca., y así lo hace, luego de una triste y amorosadespedida de su
madre En los inicios de 1873, abandona su ciudad natal con rumbo a la de
Guayaquil, lugar en el que, solamente al amparo de su talento, buscara
los medios para su subsistencia, y sus cualidades literarias le serviran
para encontrar un escenario mas amplio para el desenvolvimiento de sus
aptitudes en el campo de las letras y, con su pluma, transitara por el
camino de la verdad y lo hara siempre airoso y triunfante, y no
tardaran
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en brindarle su amistad Pedro Carbo, Juan Montalvo y otras personas de igual
prestigio. En una de las paginas de su libro, al hablar de la pluma que
esta en manos de los literatos, se expresa: 'Pocas cosas tienen tanta importancia histórica como la pluma. Su destino es tan grandioso,
quiza, como el de la palabra; porque si
ésta es la expresión de la idea, la pluma es el órgano de
su inmortalidad; si la palabra ilumina lo presente, la pluma aspira a la
supervivencia, y esclarece aun los limbos del porvenir. Una pluma ¡qué
pequeña y efímera es! sin embargo ¡cuantas veces
constituye, por sí sola un poder armado, y un poder armado invencible,
porque su fuerza esta en la convicción! Los cañones de
todos los tiranos de la tierra pueden quedar vencidos por la pluma de un
pensador libre; uno solo de sus rasgos es capaz de conmover los tronos cimentados
sobre la base de los siglos'. En Guayaquil inicia, pues, su camino que le
llevara a adquirir el bien ganado prestigio como escritor yperiodista de
renombre, labor en la que, por la altivez y valentía con que supo
conducirse, en mas de una ocasión sufrió duras e injustas
persecuciones pero que hicieron que su espíritu se fortalezca en la
noble tarea que se había impuesto, ya que siempre supo alzarse en
integridad vertical sin curvaturas. A la Sociedad Literaria de Instrucción
Mutua existente en la ciudad de Guayaquil, y que la integran Miguel Valverde,
Rafael Caamaño, José Antonio y Fernando Gómez y algunos
otros jó-
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venes, ingresa Proaño a su arribo a esa ciudad y en ella encuentra
amistades que las cultiva y que tendran especial repercusión en
su vida, una de ellas es la de Miguel Valverde; y ese grupo literario, por lo
destacado de su proceder, construye el cimiento para su bien ganada
reputación. Si bien con temperamentos distintos, a Proaño y
Valverde les une las dotes de una innegable inteligencia y los fervientes
anhelos de libertad, y, llevados por este deseo, resuelven fundar un
periódico, y, con el apoyo valioso de Juan Bautista Rolando y
Tomas Gagliardo, el 9 de octubre de 1873, aparece como semanario La Nueva
Era, aunque de reducido tamaño, al que aportara con sus
producciones literarias e incluira algunas ajenas. La dirección
principal la ejerce Proaño, y, ante la ausencia de Valverde, quien
después de pocos meses de labores, se traslada a Chile, asume la
absoluta responsabilidad del semanario del que obtiene una mayor
difusión, ya que el materialque en él se publica es ameno y
útil para los lectores; pues, ademas, se incluyen
artículos escogidos de escritores de ya renombrada fama, tanto del
exterior como de la Patria. Con el regreso de Valverde, que ocurre en julio de
1874 y quien desde años anteriores había demostrado su acre
oposición a García Moreno, el semanario va hacia el campo
político y, consecuentemente, admite las colaboraciones de destacados
escritores que se esmeran en tratar asuntos relacionados con el tema y
también Proaño entra a la oposición, ya que ha cambiado de
concepto sobre la persona de García Moreno, al ver que la democracia ha
desaparecido en el Ecuador y que impera solamente la voluntad del Jefe del
Estado, pues ello esta en
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CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
contra de sus principios políticos y su espíritu noble y rebelde
le impide aceptar una situación de esa naturaleza. Los ecuatorianos
debían elegir a su mandatario, ya que finalizaba el período
presidencial, pero se anuncia el deseo del Presidente García Moreno de
ser reelecto, por lo que muchos de los ecuatorianos y especialmente sus
opositores, se manifiesten totalmente contrarios al propósito del
mandatario y lo demuestran mediante las colaboraciones aparecidas en la prensa
del país, actitud a la que también se suma La Nueva Era. En este
momento Proaño desea reanudar sus estudios universitarios y seguir sus
interrumpidos cursos de jurisprudencia y se separa de la redacción del
semanario lo que hace saber aValverde, quien no logra disuadirle de su
propósito y, en la edición correspondiente al 22 de septiembre de
1874, comunica al público su resolución; pero, por haberse
separado de la redacción del semanario, no se encuentra libre de la
persecución política que hubo de soportarla en unión de su
amigo Valverde; pues, en el mismo número de La Nueva Era, en el que se
anuncia la separación de Proaño, se publica una
colaboración titulada Correspondencia importante en la que, con altivez,
valentía y fundamentos valederos, se contradice el propósito de
la reelección de García Moreno. Como era de esperarse, dado el
temperamento del gobernante, a esa colaboración la califica de sediciosa
y, trata, por todo medio, que los redactores del semanario indiquen el nombre
de su autor; y, por disposición del Presidente, su Ministro de Gobierno
ordena que el Gobernador del Guayas proceda a la captura de Valverde, el
único redactor en ese entonces de La
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Nueva Era, pero el Gobernador Accidental, que responde nada menos que al nombre
de Antonio José de Sucre, ordena la aprehensión de Proaño,
y al comunicar su resolución al Ministro lo hace en estos
términos: 'Aunque en el número de La Nueva Era que US. H. me
ha enviado adjunto al oficio marcado con el Nº 179, no figura el nombre
del señor Proaño como editor responsable, el suscrito ha tenido a
bien ordenar la prisión de éste por tener el mas
íntimo convencimiento de que es uno de los que cooperan, deuna manera
muy eficaz, como se deja ver en los números anteriores de este
periódico, en los cuales figura el referido Proaño como
editor”. Por lo tanto, Proaño y Valverde son conducidos al cuartel
de la Policía, mientras que en la imprenta en la que se editaba el
semanario se busca el original del artículo en referencia, para
descubrir a su autor Aunque los partidarios de García Moreno
creían que con la prisión de Proaño y Valverde y la
desaparición de su periódico La Nueva Era, la oposición
estaría anulada, se sorprenden al ver que, con la ayuda de los hermanos
José Antonio y Fernando Gómez, logran editar, en la
clandestinidad, siete números de su periódico, aunque en limitado
número de ejemplares. En vista de que los prisioneros tenían
cierta facilidad para no permanecer todo el tiempo en la prisión que la
cumplían en el local de la Policía, las autoridades resolvieron
trasladarlos a la carcel pública, en diciembre de 1874. El
proceso penal iniciado en contra de ellos, no da el resultado que el Gobierno y
la autoridades de Guayaquil desean: el juez que conoce de la causa, el abogado
cuencano doctor
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CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
Antonio Tamariz García, luego la Corte Superior de Guayaquil y,
finalmente, la Corte Suprema, mantienen el recto criterio de que el
artículo acusado no es sedicioso y que, por lo tanto, no hay lugar a la
causa penal. Esta resolución del Poder Judicial exaspera al Gobernador
Sucre quien solicita al Agente Fiscal doctorEsteban Febres Cordero que acuse
las publicaciones hechas por Proaño y Valverde, pero éste opina
en el sentido de que ellas no tienen mérito legal para constituir un
delito, como era el deseo del Gobernador. Ante esta situación
García Moreno, resuelve ejercer su justicia, en la forma como él
la concibe y acostumbra hacerlo, aunque sabe que el autor de la Correspondencia
es el doctor Antonio Borrero Cortazar, su antiguo amigo tan estimado,
quienes, en un momento determinado, rompieron con sus relaciones cordiales para
constituirse en enemigos y contra quien García Moreno no quiere proceder
sino con pruebas terminantes. Por ciertas cartas que García Moreno
recibe de las ciudades de Cuenca y Guayaquil juzga que se trata de alterar el
orden en la República, acusación que recae sobre don Antonio
Borrero, considerandoles como azuzadores, por medio de la prensa, a
Proaño y Valverde, por lo que solicita al Consejo de Estado la
autorización para declarar a Cuenca y Guayaquil en estado de emergencia;
y, obtenida ella, los periodistas son conducidos presos a la ciudad de Quito,
en enero de 1875, con la entusiasta despedida que les tributa el pueblo de
Guayaquil que supo aquilatar el valiente comportamiento de ellos. Luego de
varias jornadas, los presos llegan a la ciudad de Quito el 12 de febrero de
1875 y son recluidos en el cuartel de
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la Policía; por repetidas ocasiones son conminados, a nombre del
Presidente de la República, a queindiquen quién es el autor de
aquella Correspondencia publicada en La Nueva Era; pero Proaño y
Valverde, consideran que es un rasgo de altivez el negarse a delatar el nombre,
no obstante de que reconocen que el autor no debió dejar que ellos se
sacrifiquen por él al no presentarse a responder por el artículo
cuestionado. Se les ofrece la libertad a condición de que suscriban una
comunicación en la que se comprometan a no intervenir en
política, ya que se desea que su voz no sea escuchada, petición
que no es aceptada, pues consideran que no se les puede privar del derecho a
expresar libremente sus ideas y a opinar sobre los problemas de la Patria.
García Moreno resuelve conceder la libertad a los prisioneros y la
comunicación la lleva el señor Jorge Villavicencio, amigo leal y
persona de confianza del Presidente, pero existe una condición: que
Proaño y Valverde suscriban una petición al Presidente
solicitando su libertad, la misma que, ya escrita, les es presentada por el
intermediario señor Villavicencio, condición a la que dan su
negativa los prisioneros. Al enterarse García Moreno de la altiva
negativa de Proaño y Valverde, ordena que sean expatriados hacia el
Perú, y la noticia les llega por intermedio del mismo señor
Villavicencio; pero el viaje deben hacerlo por la vía del Napo, en la
que recorreran regiones selvaticas y lugares inhóspitos, y
que es la de su preferencia para que transiten por ella las personas a las que,
en su gobierno, les aplicó la pena deldestierro, entre las que se
cuentan muchos civiles y eclesiasticos. Varias personas contri-
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buyen con recursos económicos para la ayuda a los prisioneros que deben
viajar por esos lugares. Los periodistas salieron de Quito el 15 de febrero de
1875 acompañados de los guardias que los custodiaban y de
indígenas nativos del Napo, conocedores del camino. Todo el grupo, luego
de descansar en varios tambos, llega a Archidona, lugar en el que, con el
consentimiento del Capitan Rivadeneira que los conduce, permanecen por
algunos días y allí conocen y son recibidos cariñosamente
por el extranjero que reside en ese lugar desde hace muchos años y es
Mr. Jorge Edwards. Tras los días de reposo en Archidona llegan al Napo y
admiran la imponente belleza de su río, cuyo curso alcanza mil
cuatrocientos ochenta kilómetros y, embarcados en canoas, conducidas por
los indígenas expertos, navegan por sus aguas, gozando del magnífico
espectaculo que brinda la naturaleza a las orillas del río, hasta
cuando un día las embarcaciones se detienen y los indios anuncian haber
llegado al sitio denominado Callaposa, último lugar, hacia el Oriente,
límite de la jurisdicción ecuatoriana en 1875, y allí,
fueron desembarcados por orden del Capitan Rivadeneira y abandonados por
sus conductores. quienes emprendieron su regreso. En medio de la soledad y
angustia en la que se encuentran, inesperadamente reciben la ayuda de una
persona que aparece en unacanoa y que salta de su embarcación para poner
a salvo a los desterrados, esta persona es don Manuel Jara, quien, desde
años atras, reside en un pueblo llamado Mazan. Luego de
recorrer las millas que existen desde la desembocadura del Napo, llegan a Iquitos
en abril de 1875 merced al
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auxilio generoso que les fue proporcionado por el señor Jara quien les
brindó un bote y los remeros para que los conduzcan. En Iquitos reciben
la cordial atención de sus habitantes, se alojan en la casa de don Luis
Lara un guayaquileño que llegó a ese lugar por el destierro que
sufrió en el gobierno del General José María Urbina.
Después de permanecer casi dos semanas en Iquitos, y en
compañía de algunos ciudadanos peruanos e irlandeses, se embarcan
Proaño y Valverde en el vapor 'Huallaga', con pasajes
costeados por el gobierno peruano hasta Yurimaguas para, luego, seguir en
canoas por los ríos Paranapuras y Cachiyacu y desembarcar en
Balsapuerto, lugar desamparado en el cual pasan una noche y al día
siguiente seguir su penoso viaje, pasando por los lugares de Moyobamba, Rioja,
Chachapoyas, A la orilla izquierda del Utcubamba, en una eminencia a
considerable distancia del río, encuentran la imponente fortaleza de
Cuélap, de la que Proaño copia en varios dibujos sus aspectos
principales y que sirve para que Valverde escriba posteriormente una
descripción en la que repite la leyenda de que una raza de gigantes
construyó esa fortaleza. En Cajamarcaadmiran los sitios que
recorrió Atahuallpa y desde allí, emprenden el descenso hacia el
mar y en Chilete toman el ferrocarril y en julio de 1875 llegan al puerto de
Pacamayo; y se embarcan en uno de tantos vapores que pasan por la costa del
Pacífico y arriban al Callao para, de inmediato, pasar a Lima, ciudad en
la que recorren todos los lugares históricos que en ella se encuentran.
Proaño cuenta con la amistad y afecto de un grupo de intelectuales que
tienen la oportunidad de conocer al periodista
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CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
ecuatoriano y saber de sus luchas en La Nueva Era, y es aceptado en la
redacción de El Peruano, al que aportara con su variada
producción literaria. que es apreciada por los méritos literarios
y artísticos, especialmente por su artículo Las Calles de Lima,
en el trata sobre los nombres extravagantes que ellas tienen. Veamos
cómo el mismo Proaño relata las vicisitudes de su viaje de
desterrado, en una carta que envía a don Luis Cordero, a la ciudad de
Cuenca, documento que se conserva en la biblioteca de Miguel Díaz Cueva:
“Lima, julio 12 de 1875 Sor. Dr. Luis Cordero Cuenca Mui apreciado amigo
mío: Después de un silencio de mas de cinco meses me es
mui satisfactorio saludarle afectuosamente, i comunicarle que me encuentro en
esta ciudad donde llegué antier, i desde donde me pongo, como siempre, a su
órdenes. Largo sería contarle a Ud. las mil y mil vicisitudes por
las que he pasado durante mi famoso viaje por el Napo, elAmazonas, i varios
pueblos del Norte del Perú, baste por ahora, decirle que he usado de
todos los medios que para trasladarme de un punto a otro se han inventado hasta
el día y sólo me ha faltado viajar en un globo
aerostatico, de resto he andado a pié, cargado por indios i a
caballo y he navegado por algunos ríos en canoa, en balsa y en vapor; y
por último he tomado el tren
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que conduce desde Cajamarca hasta Pacayacu, puerto donde por primera vez tuve a
mi vista las aguas del océano, i donde me embarqué en el vapor
'Trujillo', i que por fin, para que nada falte, al llegar a esta
ciudad me he hecho conducir a mi alojamiento en un coche un tanto por gusto,
cuanto porque sin haberme mareado durante la navegación, vine a sentir
algunos de los efectos de esta terrible enfermedad, cuando me encontraba en
tierra. Pronto vera Ud. en algunos de los diarios de esta ciudad la relación
de mi viaje en una serie de cartas que van dirigidas a Ud., i que si no llevan
al principio su nombre, es porque talves le comprometería, desde que en
ellas, como es natural i justo, echaré mis bravatas contra el tirano
que, por un acto de arbitrariedad, me ha obligado ha hacer un viaje
penosísimo y a saborear las amarguras de la proscripción. No deje U.
de escribirme, dandome cuenta de lo que ocurra por esos mundos i de si
acaso hai alguna esperanza de que G. Moreno sufra un tercer ataque cerebral i
de las dos piruetas en el aire, de que nos habla Montalvo, ensu folleto de la
Dictadura perpetua. Dígnese saludar a Gregorio y a los DD. Borrero y
Salcedo, si acaso los ve. Quedo de U. mui atento y S.S. Federico
Proaño” No fue muy larga su permanencia en Lima, apenas se cuenta
poco mas de un mes, cuando en un momento, el menos pensado, Valverde le
comunica, lleno de entusiasmo, el tragico
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CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
fin de García Moreno. El pensamiento de la Patria vuelve cariñoso
a sus corazones y preparan el retorno; y, en octubre de 1875, llegan a
Guayaquil, y son recibidos con esplendoroso entusiasmo y elogios a su labor, en
momentos en que estaban próximas las elecciones para determinar el
sucesor de García Moreno, y el nombre que había recibido la mayor
aceptación era el de Antonio Borrero Cortazar, por cuya
candidatura trabajan entusiasmados, pues lo admiran y por cuya causa han
sufrido tanto. Triunfante Borrero en la contienda cívica, era de
esperarse que las relaciones entre él y los redactores de La Nueva Era,
serían cordiales y podrían contar con su valiosa ayuda; pero,
nada de ello ocurre, pues, cuando Proaño se traslada a Cuenca, por
comisión de los liberales de Guayaquil, para pedir al Presidente electo
que antes de asumir el poder vaya a esa ciudad, recibe el rechazo de Borrero;
pues el concepto que se había formado de Proaño y Valverde, no
era favorable, y así lo manifiesta en una carta que escribe a Mariano
Cueva el 21 de junio de 1876, en la que se expresa: 'Como hemos
estadoacostumbrados, durante muchos años, a la dominación de
García Moreno, todo nos alarma y nos inquieta; y hombres insignificantes
por su posición política y social, como Proaño, Valverde,
etc. causan inquietud y malestar en Guayaquil”. Una vez en el Ecuador
Proaño va a Cuenca
y es recibido con especial afecto por sus amigos, tras años de ausencia.
De modo especial lo hacen los círculos literarios: el Liceo de la
Juventud lo recibe en una sesión solemne y le nombra su Socio Honorario,
acto en el que pronuncia su discurso que es una
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apología de la libertad. De regreso a Guayaquil, en busca de trabajo, consigue ser
designado Secretario del Concejo Municipal de la ciudad. Al declararse la
Jefatura Suprema de Veintimilla, en septiembre de 1876, entre los que le otorgan
su apoyo se cuenta Proaño; pero, en vista del rumbo que toma el
Dictador, se aparta de su lado y en 1877 funda el The Times en el que, con el
humorismo que él acostumbra, hara la oposición a la
dictadura; pero, como el pequeño periódico se lo imprimía
en los talleres de 'El Comercio' que también era opositor al
Gobierno, Veintimilla resuelve adquirirlos para que ese periódico sea
redactado por personas adictas al nuevo régimen, y Proaño
suspende, por consiguiente, la edición de su pequeño
periódico. Don Juan Montalvo había entrado a la oposición
a Veintimilla y luego de entablar cordial amistad con Proaño, y tomar
parte ambos en la manifestación realizada en Guayaquil el 19 deabril de
1877, en recordación de los caídos en los combates de Galte y Los
Molinos, da a conocer a Proaño el texto de un artículo suyo
titulado Las Catacumbas en el que ridiculiza al dictador, pero que no pudo ser
publicado por el recelo que los propietarios de talleres graficos o de
periódicos tenían a las represalias consiguientes; pero
Proaño, con la anuencia del autor, obtiene una copia del
artículo, autorizado a publicarlo cuando le sea posible hacerlo y con
ella acude a los talleres de 'Los Andes' y solicita que sea
publicado; ante la indicación del propietario de que no puede hacerlo si
no existe una firma de responsabilidad, Proaño indica que esta
listo a estampar la suya, y así lo hace y circula el artículo de
Montalvo. Naturalmente esta pu-
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CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
blicación causó disgusto a los partidarios del gobierno
dictatorial, por lo que, el General en Jefe del Ejército José
María Urbina, por medio del Juez de Letras de Guayaquil, consigue que el
escrito sea acusado como sedicioso, debiendo el impresor presentar el original,
circunstancia que hace que se conozca que la firma de responsabilidad
corresponde a Federico Proaño y no a Montalvo, su autor; y es
éste el motivo para que, de inmediato, se ordene su salida del
país, y tenga que buscar refugio, por segunda vez, en el Perú en
donde cuenta con amigos y adquiere nuevas amistadas, destacandose las
que entabla con jóvenes centroamericanos que residen en Lima y que, a
igualque él, sufren el destierro por sus anhelos de libertad, quienes le
incitan a trasladarse a Centro América, ya que ven en Proaño un
aliado para el logro de sus patrióticos fines; por otra parte, recibe
cartas de don Eloy Alfaro, quien le pide ir a Panama, ciudad en la que
su lucha por la libertad, sería mas eficiente. Opta por este
camino y, llegado a Panama, vuelve a editar su periódico The
Times. Va a Costa Rica donde encuentra el decidido apoyo de don Joaquín
Fernandez y allí permanece hasta cuando, ambos, resuelven
trasladarse a El Salvador, a donde llega en 1879 y que, a merced a la
influencia de su amigo, conoce al Presidente Rafael Zaldívar, hombre de
elevada cultura que da impulso a todas las manifestaciones del saber y de quien
recibe su amistad y ayuda, pues, reconoce los méritos del ecuatoriano y
lo designa como su secretario privado. En su constante afan de pregonar
la verdad y preocupado siempre del acontecer de su Patria, vuelve a publicar su
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Times que nuevamente recogera su valiosa producción literaria y
contendra también, en la forma irónica que él
acostumbra, los golpes que lanza contra quien ejerce el poder dictatorial en su
Patria, el General Ignacio de Veintimilla. Los artículos de
Proaño son admirados y aplaudidos por distinguidas personalidades; una
de ellas, don Adriano Paez, quien los elogia públicamente y
asegura que ellos pertenecen a don Juan Montalvo, pero éste al verse
encomiado por publicacionesque no le corresponden, aclara la verdad e indica
que el único redactor de The Times es Federico Proaño y hace una
apología de la valiente actitud de él y de Valverde cuando fueron
desterrados por García Moreno al Perú por la vía del Napo;
estos conceptos consigna Montalvo al final de su Cuarta Catilinaria, editada en
Panama en 1880. La labor periodística de Proaño se
extiende a la fundación en El Salvador de un nuevo periódico,
así, en 1883 aparece el Diario del Comercio, editado en
compañía de don Francisco Castañeda y de don Ramón
Mayorga Rivas, en el que vuelve a utilizar como seudónimo el anagrama de
su nombre: Rico de Fe. Su labor periodística e intelectual es admirada y
justamente reconocida. La Sociedad La Juventud, brillante agrupación
literaria, le designa su Presidente y de la Universidad Nacional de El Salvador
recibe el título de Doctor In Honoris Causa. En enero de 1884
había concluido en el Ecuador la dictadura de Veintimilla, luego de la
Campaña de la Restauración en la que tuvo parte activa e
importante el General Alfaro, quien, proclamado Jefe Supremo de Manabí y
Esmeraldas, designa a Proaño como su Ministro de Hacienda; y, al llamado
de su ami-
24
CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
go, resuelve regresar al Ecuador. No desempeña el Ministerio, ya que,
ante la urgencia de que estuviese servido el cargo y por su demora en su
llegada a la Patria, se había designado a otra persona. Su permanencia
en el Ecuador fue corta, por breves díasllega a Cuenca a visitar a su
madre, para, luego, regresar a El Salvador, y, desde Panama, escribe a
su amigo don Luis Cordero la siguiente carta: “Panama, Enero 24 de
1884 Sor Dr. Dn. Luis Cordero Cuenca Muy estimado amigo mío: Hoy salgo
para Centro-América, y antes de mi partida, cumplo con una exigencia de
mi corazón, enviandole a U. mis mas afectuosos recuerdos y
saludos. Como le ofrecí, le remito hoy un paquete que contiene once
Catilinarias de Montalvo, inclusive el Heraldo; no he podido conseguir la colección
completa, pero Eloy Alfaro queda encargado de buscar las primeras y enviarlas a
U. Mis ocupaciones propias del viaje no me dan tiempo para escribirle
mas largo, y termino, pues, las presentes líneas
suscribiéndome su amigo afmo. y S. S. F. Proaño” Instalado
ya en El Salvador
publica, en mayo de 1884, impreso en la Imprenta Nacional del Dr. F. Sagrini,
su libro Ar-
FEDERICO PROAÑO
25
tículos Literarios por Federico Proaño. Colección que no
vale un pito, pero que se vende en cuatro reales y que merecera
elogiosos comentarios de distinguidas personalidades del
mundo de las letras, conozcamos algunos de ellos: Artículos literarios
de Federico Proaño “Ingenioso y picaresco, como siempre , dices que tu
'Colección de Artículos', no vale un pito; pero que se
vende a cuatro reales. Yo deseara, humanista como tú, y elogiado por nuestro
inmortal amigo Juan Montalvo y por otros célebres literatos, escribir
artículos, a estilo tuyo, aunque novalieren un pito, ni se vendieran a
cuatro reales. ¡Son tan buenos, tan castizos, tan instructivos y tan
ingeniosos! Como soy aficionado a los clasicos, que tú has
estudiado y recuerdas muchos, te digo, al partir, imitando a Cervantes:
'Puesto ya el pié en el estribo 'Sin las ansias de la muerte,
'Mi buen Proaño, ésta te escribo: Te escribo para expresarte
que tus artículos seran solaz de entendidos lectores, por lo
ingeniosos y castizos, honra y pres de las letras hispano-americanas; te digo
que tus artículos pasaran, de mano en mano, como se afirma de
cosas tradicionales, entre las gentes que hablan nuestra castellana lengua, y
gozan con las invenciones y donaires del ingenio. Grande es tener genio, como Homero, como Virgilio,
co-
26
CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
mo Dante, como Shakespeare, como
Calderón y como
Víctor Hugo. Pero los genios son para pocos. Lindísimo es tener
ingenio como
tú, Lesagre, Larra, Juan Martínez Villegas, Leopoldo Alas y
Joaquín Pablo Posada. Sin que aventajes en muchas de sus dotes a los
últimos escritores citados, tienes el privilegio de los ingenios que
avasallan a las mayorías. Prueba de esto tu preciosa
'Colección de Artículos literarios'. Me deleito
leyéndote, y espero que de igual manera se deleitaran todos los
lectores. Ya que eres tan correcto escritor, ya que tienes ingenio tan agudo y
fecundo, busca, como te he manifestado siempre, la escuela del Derecho, para
que si en tu bello Ecuador y en nuestro grande istmode Centro-América no
prevalecen las verdaderas instituciones republicanas, al menos se recuerde por
la historia que los que sienten y los que piensan, y tienen lenguaje propio y
propio estilo, protestan contra los atentados de la fuerza bruta, ya provengan
de la negra teocracia, ya provengan de la churrigueresca canallocracia. Detesto
la inquisición de los frailes que se valía del brazo secular; pero mas detesto
la inquisición civil que se vale de su propio brazo, para cometer
enormes crímenes en nombre de la República! Me diras,
Proaño, que a nada conduce lo que te expongo, pues, tus artículos
son literarios, y no tienen que ver con Libertad ni con República.
Equivocado estas si así juzgas. ¿Por qué emigran,
en nuestra América Latina, los que representan industrias, ciencias,
artes y letras? Porque el despotismo, bautizado con distintos nombres, no les
deja atmósfera respirable. Todo se relaciona y se mezcla en el mundo
social y político: las letras
FEDERICO PROAÑO
27
con la ciencia; la ciencia con el derecho; y el derecho con la fuerza que debe
servirle, no mas, que de garantía: cuando no se sabe, o no se
quiere hacer distinción de tales cosas, tú que eres entendido en
ciencias y letras, podras conceptuar que para nuestras sociedades
sólo quedan dos extremos: o la teocracia o la canallocracia. Mil veces
felices los pueblos que como los Estados Unidos y la Suiza dan ancho campo al
individuo, a la familia, a la patria, a la humanidad, a la religión,a la
ciencia, al arte y al estricto cumplimiento de las leyes! Si tú vivieras
en tales países escribirías mucho mejor que lo que escribes.
Tendrías toda la espontaneidad de tu ingenio, y todo el vigor y brillo
de tus inspiraciones. Podras afirmarme que poco me he ocupado en tus
artículos que, en mi sentir son lindísimos, y afirmaras lo
cierto, si tal afirmas; pero mi dejación, talvez culpable, proviene de
que deseo que tu claro y elevado talento lo dediques a abogar por el triunfo
legítimo de las instituciones del Ecuador, y de instituciones estables
en este hermoso istmo de Centro-América. Que vuelen, en alas de la fama,
tus selectos artículos literarios, que nunca desdeciran del nombre que has adquirido por la virtud del trabajo, del estudio
y del
talento; y que guardes en tu corazón, conservando estas breves e
improvisadas líneas, un recuerdo de tu viejo amigo que regresa
mañana a sus nativas montañas. Guatemala,
30 de diciembre de 1890 Ramón Rosa” Y don José
Joaquín Palma escribe a Proaño esta carta:
28
CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
“Mi querido Proaño: Acabo de leer tu libro, y he gozado mucho en
su lectura, es tan bello!
Pero lo he leído con el corazón, y no puedo juzgarlo, sino sentirlo.
Ademas, como toda crítica
necesariamente tiene que ser científica y como no poseo las ciencias, mis juicios
serían indoctos y baladís; así es, que me conformo con
admirarte y manifestarte lo que siento. Otros podran decirle cosas
mas luminosas y profundas,pero no mas sinceras. Tu libro es bello, porque es
original. En cada una de sus paginas brillan palpitantes las donosuras
de tu ingenio raro y lleno de tantas gallardías. Esta escrito en
castellano puro, limpio. Su forma es ligera y perspicuo su estilo. En él
hay iras, amarguras, y mucho desdén por los hombres y sus miserias. Tu
libro esta lleno de risa; pero de la risa inmortal de Rabelais. Y a
propósito, dice Coquelín Cadet, que la risa de Augier es intensa
y resplandeciente, la del
Henry Becque, negra; la de Octavio Feuillet, rosada. Y yo creo , que la tuya,
es amarilla, como las hojas de otoño, y
fría como
el marmol de las fuentes. Leyendo tu libro, se me antoja creer que
cuando tú escribías esos artículos picarescos y rientes,
en lo profundo del corazón, alla donde se ocultan las
lagrimas que no deben derra-
FEDERICO PROAÑO
29
marse, recitarías la inmortal quintilla de Florentino Sans: 'Hay
risas de Lucifer, risas preñadas de horror; que en nuestro mezquino ser,
como su llanto el placer tiene su risa el dolor”. Pero al menos
consuélate saber que en tu género satírico de
crítica social, que es el que tú cultivas, te distingues con
ventaja en nuestra América latina.
En tus escritos brillan todos los donaires del opulento idioma español, todo el
chisporroteo de tu talento caustico, festivo y avasallador. Tienes
ingenio y una instrucción múltiple y nutrida, tu estilo es propio
y tu gracia ingénita, por eso eres un escritor notable. Tú, de la
cosamas baladí, formas un cuadro brillante y encantador. Tienes
el talento del
detalle en grado extraordinario, y cuando analizas las debilidades o vilezas de
la bestia humana, eres incomparable, eres terrible. Tu libro esta lleno
de nobles ideas. Lo has escrito con los ojos fijos en el porvenir. Sus burlas
envueltas en risas, chorrean sangre. Eres inexorable con el pasado, y cuando
vuelves hacia a él la vista desconsolada, descubres solamente las altas
torres de las catedrales góticas, ennegrecidas por el humo de la
inquisición.
30
CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
Leer tu libro es conocerte íntimamente; en él, apareces en
espíritu y en verdad, eso forma tal vez la cualidad mas
apreciable, su mérito indiscutible. sus paginas son exactas
fotografías de lo que pintas en ellas. En cada parrafo, puede
admirarse algo espiritual, ingenioso o peregrino. En fin, parece escrito en
Atenas, pero en los buenos tiempos de Pericles, eso es todo, y no debo decirte
una palabra mas, aunque las que callo serían las mejores. Te
felicita tu envidioso admirador. J. J. Palma” Y Rubén
Darío, refiriéndose al libro de Proaño, dice: “Acabo
de recibir un libro que contiene los artículos literarios de Federico
Proaño, con una afectuosa dedicatoria. No puede haber mejor coyuntura
para decir lo que pienso respecto a este escritor. El libro que ha tenido la
bondad de enviarme viene precedido de cuatro juicios de hombre de letras
distinguidísimos. El uno es de Valerio Pujol, elescritor verboso de la
palabra firme y del pensar sabio.- El otro de Ramón Rosa quien sabe
llevar su fama de prosista correcto y elegante. El otro de José
Joaquín Palma,
el Benvenuto del verso. Y el otro de José Leonard, periodista
enciclopédico, profesor excelente y hombre de gusto depurado y bueno.
Proaño que no necesita de elogios, los ha logrado siempre muy envidiables.
Es ya conocido y por lo demas famoso el parrafo que
FEDERICO PROAÑO
31
Montalvo le dedicó en una de sus Catilinarias. 'Proañito -me
decía hace pocos días en Lima,
mi amigo el bravo Eloy Alfaro- Proañito, éste vale. Y en verdad
Proaño vale en nuestra literatura hispano-americana por el oro puro y
pulido de su frase donosa y pícara; vale como soldado de la falange del
arte; ese arte difícil y duro, pero glorioso y triunfante; el arte de la
palabra, en el cual los no escogidos vacilan, tropiezan y caen. En el
prólogo que tuve la honra de escribir para el primer volumen de versos
del chileno Alfredo Irarrazabal, le llamaba a aquel chispeante poeta
rebelesiano; porque a mi ver esta en las filas de los formidables
cultivadores de la risa que en Francia tienen hoy por jefe al delicioso Armand
Silvestre. Proaño es también rebelesiano, como muy bien opina José
Joaquín Palma. En lo que no estoy de acuerdo con el poeta es que en la
risa de Proaño -a propósito de un pensar de Coquelín sea
amarilla y fría.- Yo noto en estos artículos chispeantes que
hacen vibrar locamente sus finas satiras unarisa roja y calida
que se escapa de la trabazón de las palabras, dejando el aire impregnado
de pimienta. Proaño es de la familia de los Villegas, de los Piere
Verón, de los Valbuena-Venancio Gonzalez-, con la particularidad
de ser purista hasta la pared de enfrente. Es plausible que su apego a la
Academia no le lleve a deprimir el estilo, a debilitar la frase. Este ingenio
ama y busca el colorido, y a veces abusa de él, como en 'Los peros de mi
lavandera'. Una vez, en una revista de México, comparé a
Proaño con un gato, y me parece que a él no le gustó la
comparación.
32
CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
Hoy persisto en el símil zoológico; pero agrego que es grande,
algo así como un tigre
casero, terrible y suave, potente y aterciopelado; que puede matar un toro,
pero que se duerme apaciblemente junto a las cenizas del hogar. Proaño es culto y tiene el
chiste fino. Sabe hacer sonar la carcajada. Calza el jovial zapato de punta aguda,
que es mirado con débil envidia por las pantuflas chacoteras y usadas
con que chapotea en su pantano de bufonerías el nicaragüense
Enrique Guzman. Pertenece a la aristocracia de los escritores. Y
comparada su gracia con la del
viejo y cojo Enrique, se ve la diferencia entre el gesto espiritual y culto y
la mueca vulgar de la lavandera. Hago la comparación porque generalmente
en Centroamérica tiene Persius fama de autoridad como escritor jocoso. Agradezco al amigo
Proaño su regalo, y aunque ya conocía los artículos que
ellibrito contiene, los he vuelto a leer, admirando una vez mas la pluma
alegre y sal picante del
escritor ecuatoriano”. Luego de la caída del dictador Veintimilla,
debió reunirse la Asamblea Nacional Constituyente y Proaño fue
electo como Representante de la provincia de Manabí, pero pronto se
excusó y a sus amigos salvadoreños que le preguntaron por la
causa de su excusa, les respondió que como a la Asamblea
concurriran la mayoría de conservadores, clérigos de
verdad, unos, y otros clérigos de levita, pero con identidad de ideas,
por lo que
FEDERICO PROAÑO
33
el Congreso debe ser un Concilio. A causa de los problemas internacionales que
se presentaron en Centro América, el Presidente Zaldívar es
derrocado en mayo de 1885, por lo que Proaño, quien fue su íntimo
colaborador, es notificado para que abandone el país, y viaja a Costa
Rica, en cuya capital continúa en su actividad periodística, y
funda los periódicos El Maestro, Otro Diario y La Escoba; pero su
permanencia en esa república no sera sino hasta diciembre de
1886, cuando el Presidente Bernardo Soto decreta su expulsión de Costa
Rica debido, posiblemente, a su disgusto, acaso, por algún exceso en sus
artículos en La Escoba, o, posiblemente, por intrigas en su contra. Su
peregrinaje por los países centroamericanos es largo, por mas de
tres años, siendo rechazado en algunos de ellos, lo que es motivo de
comentario lamentable por parte de su compañero de prensa el
costarricense y escritor Ferraz,hasta que, al fin, obtiene acogida y protección
del Presidente de Guatemala General Manuel Lisandro Barrillas, quien reconoce
en Proaño sus méritos y su ideas liberales que se compaginan con
las del Presidente. Una vez establecido en Guatemala, es el redactor principal
del Diario de Centro América y en su periódico Las Noticias,
vierte su siempre valiosa producción literaria durante el lapso de
mas de un año que dura su publicación. Su actividad
cultural es reconocida y admirada por muchos de los intelectuales de esa
ciudad, entre los que se cuentan algunos de diversas nacionalidades, pudiendo
nombrarse, entre otros, a Rubén Dario, José Joaquín Palma,
José Leonard.
34
CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
Al finalizar el gobierno del General Barrillas, Proaño, atiende el
llamado de varios intelectuales y amigos, y se traslada a Quezaltenango, en
donde, alentado siempre por su espíritu amante de las causas nobles,
encuentra, como siempre, en el periodismo la maxima expresión de
sus ideales y funda el Diario de Occidente, con el que contribuye, en forma
notable, al movimiento cultural de la ciudad. Su vida en Quezaltenango, que
sera el último sitio que le alberga, transcurre tranquila, en
medio de sus amigos y compañeros en el quehacer literario y
periodístico, y allí, querido por ellos, admirado por todos,
Federico Proaño es la persona a la que se le rinde respeto y
admiración. Pero demuestra ya un envejecimiento prematuro debido a que
los sufrimientos yavatares que le ha prodigado la vida, han dejado su indeleble
huella; su corazón, predestinado para la pena y ennoblecido en el
sufrir, y que antes le prodigaba los impulsos necesarios para llevar adelante y
con esfuerzo sus luchas por el bien y la verdad, hoy adolece de un mal que
hara que, a corto plazo, llegue la hora final de su existencia. Con
atención benévola le rodean su médico el doctor Mora, su
amigo inseparable el Licenciado Mariano López y con amor su
pequeña hija Bolivia y, en la noche del 22 de mayo de 1894, su
corazón detiene su marcha, y Federico Proaño ha dejado de
transitar por el mundo, para ocupar, con sobrados merecimientos, su puesto en
la inmortalidad. Su cadaver es conducido al cementerio de la ciudad con
el cariño y la pena de sus amigos y admiradores y despedido con frases
conmovedoras que hablan de las nobles cualidades
FEDERICO PROAÑO
35
espirituales que adornaron su corta vida. Bellas son las expresiones con que le
despide su amigo el Licenciado Mazariegos quien alaba, con toda justicia, el
invalorable talento de su amigo fallecido y lo enaltece como batallador incansable por la libertad.
El distinguido escritor y su amigo, don José Leonard, dijo sobre
Proaño: 'Le conocí en 1883 en San Salvador, a donde le
habían llevado, años antes, las arbitrariedades de García
Moreno y la saña implacable de Ignacio de Veintimilla. Era entonces un
joven de 30 años, de genio comunicativo y de trato agradable, realizado
por unaconversación facil, aunque marcadamente caustica y
burlona. Secretario privado del Presidente desde su llegada al Salvador hasta
1885 colaboraba en los diarios de la capital que publicaban cada semana
artículos suyos de crítica literaria o de costumbres en los
cuales derrochaba a manos llenas, sus extensos conocimientos
lingüísticos y hacía gala de una gracia de buena ley, no
extraña de cierta rudeza para con los profanadores del idioma. Expuesto,
desde su mas tierna juventud, a inclementes persecuciones
políticas, su caracter se agrió al templarse en la
adversidad, y cual siempre sucede con las naturalezas de parecida
índole, un pesimismo melancólico, influyeron en su animo
por las tristezas del destierro y por una interminable serie de desconsuelos,
llegó a constituir el rasgo típico de su tempera-
36
CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
mento de artista. Pero de no haber incurrido en el pesimismo, de no haber
mirado a los hombres a través de lo negro de su suerte, probablemente no
hubiese descollado nunca por la vía cómica, ni jamas
habría sido escritor satírico. Porque el buen humor y la
jovialidad graciosa y picante, pocas veces corren parejas, en el escritor de
costumbres con la tristeza innata. El que nace con cierta provisión de
bilis, puede librarse de ella deslizandose suavemente y sin ser
advertido, en medio de la vulgaridad de la vida; mas si llega a penetrarse de
toda la estupidez y de toda la maldad de los hombres seguira
inevitablemente siendobilioso incurable. Proaño tenía el alma
llena de amargura y solía atribuir sus decepciones y desencantos a su
prematura experiencia y a la triste convicción de que todas las acciones
humanas hasta las mas nobles y desinteresadas, obedecen a miras de un
vil egoísmo. Frecuentemente quejabase también de la fe
perdida en los demas, de su inutilidad e impotencia y hasta de la falta
de confianza en sí mismo. ¿Cómo había llegado a tan
lamentable situación psicológica el que amaba a la humanidad en
la patria a la cual sacrificó familia, amistades, juventud, y hasta un
talento que autorizaba las mas halagüeñas esperanzas? Pues
fue arrancando, hoja tras hoja, del arbol de las bellas ilusiones de
aquellos años juveniles en que no se cuentan ni los sacrificios ni las
privaciones, en que se desafía con mirada impavida los peligros y
el martirio mismo, porque se cree en los destinos de la humanidad, porque la fe
en todo lo bueno y bello, en todo lo justo y grande penetra hasta la
médula de los huesos.
FEDERICO PROAÑO
37
Pero apartad esta alma entusiasta y ardorosa de su medio ambiente, lanzadla en
una inmunda carcel, apalead su cuerpo inerme, hacedla seguir durante
largos meses por comarcas desiertas, al camino del ostracismo, y no lo dudéis,
después de muchos años de miserable agonía en tierras
extrañas, agravada con las noticias de las desventuras de la patria, con
el constante fracaso de las aspiraciones tendientes a su redención,
obtendréis un organismodeteriorado cuando no aniquilado,
obtendréis uno de tantos neuróticos y degenerados, no por el
influjo del atavismo, como la plaga tan abundante de nuestros tiempos, pero
sí por efecto del desequilibrio de las facultades de pensar y sentir,
producido por obra de la injusticia que se llama usurpación, despotismo,
tiranía: y Proaño pasó por todo eso y pasó por
mucho mas. Natural de Cuenca, en el Ecuador,
donde cursó humanidades y derecho, se trasladó a Quito
para terminar allí estudios de la carrera del foro. Ya lucía, entonces, en la
República ecuatoriana, sus admirables dotes de buen estilista el gran
luchador Juan Montalvo y ya urdía sus patrióticas conspiraciones
el invicto y heroico Eloy Alfaro. A su alrededor se agrupaban Federico
Proaño, Miguel Valverde y el simpatico y malogrado Marcos Alfaro,
que murió en esta capital a la edad de 33 años en 1888. Los tres
eran apenas adolescentes pero su voluntad era ya varonil y anunciaba en todos
ellos destinos nada vulgares, lo que bastaba para que el terrorismo frailuno e
ilustrado de García Moreno
y la barbara arbitrariedad de Veintimilla se cebaran en aquellos
niños que apenas comenzaban a ensayar sus vuelos de
38
CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
aguilas. El célebre tirano que había de hallar poco
después una muerte tragica en las calles de Quito, los
arrojó, primero a un sombrío calabozo en que Miguel Valverde
sufrió el infame martirio de los azotes y los desterró mas
tarde al Perú, distancia inmensa quetuvieron que recorrer a pie o en
manos de bongos, escoltados por un oficial inhumano y por una soldadesca soez y
sin entrañas. ¿Cuantas veces me ha hecho Proaño
relatos interesantes de ese vía crucis de su juventud que le condujo
miserable y extenuado a Paita y Lima, donde residió algunos años,
hasta que la inminencia de la guerra y las esperanzas que todos cifraban en la
empresa del canal interoceanico, le llevaron a Panama!
Aquí volvió a encontrar a Montalvo, que fulminaba con palabra de
fuego, desde su tribuna propagandística y de vengador, las terribles 'Catilinarias'
contra la tiranía de Veintimilla, y aquí fundó su
periodiquillo llamado 'EL TIEMPO' en que campeaban chispazos, a
vuelta de muchos lunares, hijos de la inexperiencia, como el viandante recoge
en los campos y en las selvas de su peregrinación, las telarañas
del camino, sin saber si sus hijos se le han adherido al pasar junto a las
ramas de una rosa o al rozar de punzadoras ortigas. Un amigo cubano con quien
trabó relaciones en Panama, se lo llevó a El Salvador,
donde pudo descansar un tanto de sus fatigas y donde ha transcurrido los
mas tranquilos años de su destierro en unión de Marcos
Alfaro y de Valverde, quienes, gracias a la protección del general
doctor Zaldívar pudieron pasar algún tiempo en la capital
cuzcalteca, al abrigo de apremiantes necesidades, con el corazón
mas ligero y el pensamiento mas libre.
FEDERICO PROAÑO
39
Allí nunca les faltó ni la hospitalidad cariñosa niel
afecto delicado que alivia y endulza hasta las situaciones mas
dolorosas. En la casa de Proaño nos reuníamos frecuentemente,
alentandonos unos a otros, discurriendo acerca de todo lo discutible y
formando proyectos para lo porvenir, risueños, halagadores, que yo,
desterrado de mucho mas tiempo que ellos, recogía con avidez, como el prisionero acecha
en su encuentro el mas leve rayo de sol, considerandolo anuncio
de esperanza, de libertad, de vida! Entonces el estado patológico del
alma de Proaño no manifestaba aún la tendencia de recorrer toda
la escala descendente del
desaliento. Era hombre de una sola pieza, era un caracter y
tenía, en medio de su rudeza y de sus intransigencias de patriota
desahuciado, ternezas infantiles y delicadezas de sentimientos casi femeniles.
Jamas le he oído hablar mal de las mujeres, ni siquiera cuando
había llegado a no querer a los hombres. Las conversaciones ligeras, tan
comunes entre los solteros, le causaban disgusto y repugnancia: siempre las
interrumpía con ocurrencias oportunas y nunca le faltaba un rasgo de
ingenio o una razón contundente para probar que, sin las mujeres,
serían insoportables los hombres. Cuando en 1884 le traje de
París 'La Mercurial Eclesiastica' leímos juntos
en presencia de una señora el capítulo sobre el baile, en que
Montalvo de quien creo que nunca había bailado, defiende, con su
acostumbrada habilidad y austera galantería, ese inocente entretenimiento,
tan pleno de gracia, de
40CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
vida y de encanto. La dama dio en impugnar el baile, desde el punto de vista de
la moral, sosteniendo que sólo podía salvarse el decoro bailando
hombres con hombres y mujeres con mujeres. Entonces aquel gran
descreído, aquel pesimista objetó: 'que los hombres
habríamos de perder mucho con esa separación de los dos
sexos'. 'Si en las aulas, dijo, nos enseñan las ciencias, no
es menos cierto que éstas adquieran en la buena sociedad, cuyo adorno
son las mujeres, una forma agradable y la moderación, mediante la cual
se extingue la pedantería hasta el grado de que todos hallan placer en
alternar con las personas ilustradas, porque la gracia del bello sexo da
impulso a la imaginación, alienta el trabajo y brinda al hombre las
mas dulces recompensas por el misterio de ser mas adorable la
naturaleza, nuestro valor, nuestra caridad y nuestra ternura,
añadía Proaño, no son otra cosa que inspiración de
alguna mujer'. Y en efecto; cuantas veces en las creaciones de la
poesía que tanto influjo ejerce en el espíritu y tan
facilmente lo enajena, el poeta, al cantar la virtud, la belleza y la
gracia, no hace sino trazar el cuadro de la mujer que idolatra y que quisiera
divinizar con sus versos! ¿No es cierto que estas palabras parecen
mas bien las de un romantico empedernido que de un
romantico desesperado? ¡Ah, es que Proaño no era pesimista
a la moda, no era un detraqué artificial, no. Tenía el alma lacerada
por el sufrimiento, el organismodestrozado por los desengaños, era un
pobre naufrago de lo que llamamos aquí política; mas en su
privilegiado cerebro había células simpaticas a todo ideal
noble y en su alma
arranques de indignación contra toda injusticia, contra
FEDERICO PROAÑO
41
todas la iniquidades, sea cual fuese su origen o su instrumento. En esto no
transigía nunca y hasta en la amistad y en sus prevenciones personales
era lo mismo: entero, de una sola pieza. Escribió mucho y casi siempre
con irreprochable firmeza. Sus escritos estan diseminados en varios
periódicos del Ecuador, del
Perú, de Colombia y de Centro América. Ademas del su
'TIMESITO' de Panama, redactó en El Salvador 'El
Diario del Comercio' y 'La República'; en Costa Rica
'El Otro Diario' y 'La Escoba' y aquí 'El
Diario de Centro América' y 'Las Noticias'. Murió
en la brecha, redactando en Quezaltenango 'El Diario de Occidente'.
El periodismo era su vocación y sólo a ratos, como por distracción, escribía
artículos de costumbres y de crítica literaria. En San Salvador
publicó un libro de éstos con el título 'Cuatro
reales de Prosa'. Creo que la edición esta agotada. Con la
muerte de Proaño, las letras hispano-americanas y especialmente el
periodismo, sufre una pérdida sensible; pero irreparable es la que
experimentan sus amigos que ponían muy por encima los méritos del notable literato y
excelente filólogo, las prendas de su corazón generoso, leal y
consecuente. Que la tierra de Quezaltenango que cubre ya susrestos le sea leve,
ya que ha sido tan dura y aciaga su vida; y que su atribulada madre,
alla en la lejana Cuenca, tenga siquiera el consuelo de saber que su
pobre Federico descansa en tierra hospitalaria y libre, llorado por muchos
amigos que conservaran imperecedero recuerdo de aquel martir de
la idea, de aquel apóstol incansable de la buena causa'. Y, en el Ecuador, Manuel
J. Calle, con su atildada pluma,
42
CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
trazó así la personalidad de Proaño: 'Fue un gran
caracter. Amaestrado desde niño en las luchas por la libertad de
los pueblos y la dignidad de la conciencia humana, consagró a esta noble
labor toda su existencia, pasada la mayor parte de ella entre las borrascas de
persecución y las indecibles amarguras del destierro. Ha muerto en suelo
extraño, de la dolorosa enfermedad de la nostalgia, y llena el alma de
inmenso desconsuelo de ver inconclusa su obra, estéril el sacrificio de
su vida. ¡Oh, los desengañados del ideal, los combatientes inconsolables
que han perdido la fe en su propia obra y la esperanza de la victoria! Yo he
leído un extraño poema que parece la palpitación de los
dolores todos de la humanidad, grito de angustia suprema, que de siglo en siglo
conmueve a las generaciones asombradas y encuentra eco en los corazones
enfermos y desesperados. La concentración de los dolores, de las desesperaciones
todas, el abandono de Dios y de los hombres, en una sola pena, en un hombre
solo, que se alza desde el fondode su muladar, sobre las alas de la esperanza y
la resignación, después de haber maldecido hasta el día en
que nació, hasta la noche en que se dijo: 'Ha sido concebido un
varón' – tal es el poema de Job. Pero mas desventurado
me parece aquel Patriarca, que asciende a la cumbre de un monte, para
contemplar desde allí la Tierra Prometida, en la que nunca pondra
la planta, y buscada por él cuarenta años a través del
desierto, en medio de las rudas penalidades y cruentas luchas. Alimentar una
ilusión, soñar
FEDERICO PROAÑO
43
con una esperanza, por toda la vida, emprender la odiseas del dolor en pos de
una idea; y mirar, luego, desvanecida aquella ilusión, frustrada esa
esperanza, sin objeto la peregrinación del alma, vislumbrar tan
sólo desde los confines de la tumba algo como la realización del
sueño que nunca se ha de tocar, es la aflicción mas grande
que darse puede. ¡Ay, cuantos corazones adoloridos han subido, como Moisés, a las
cumbres de su Nebo, para mirar el bien de que nunca jamas han de gozar,
y morir en medio de la mayor de las tristezas posibles! ¡La libertad!
¡la justicia! ¡el derecho! ¡Pobre PROAÑO! ¿Es
que ha llegado, por ventura,
la hora en que sea un hecho de esta América mestiza trabajada por la
fiebre de las revoluciones, que ha servido únicamente para engendrar en
ella el monstruoso pólipo de la tiranía? Alma cosmopolita y
soñadora, al verse, una y otra vez, vencida en la contienda desigual,
sintióse presa de aquellaterrible enfermedad de los espíritus
llamada desaliento; pero no abandonó por eso ni aun en medio de las
languideces del desencanto, la comenzada labor; y su palabra y su pluma,
siempre al servicio de la causa de la libertad, fueron anatema y espada que
rugía y que vibraba sobre la frente de los tiranos. Hoy que el
empequeñecimiento de los caracteres es la gangrena de estas nuevas
sociedades, donde los heroicos combatientes de la víspera son los usurpadores
del día siguiente, y las intransigencias infecundas han agriado la
lucha, haciendo, si no imposible, harto difícil la causa de la
civilización, ¡qué grande, qué simpatica se
destaca la figura de PROAÑO, trabajando
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CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
en todas partes por la libertad, en todas partes perseguido y llorando, como
Montalvo, como Alfaro, como José María Vargas Vila, bajo
extraño cielo, perpetuos proscritos, permanentemente desconocidos, las
desventuras y el envilecimiento de la Patria querida!. Muy joven comenzó
la tarea. Eran los días de la dominación garciana. Vasto sepulcro
de la libertad de un pueblo, el Ecuador era el reino del silencio y la
abyección, que no lograban interrumpir ni conmover los infames asesinatos
políticos llevados a cabo a sangre fría, ni las dolientes
lamentaciones de los ecuatorianos arrojados fuera del suelo natal por la
férrea voluntad del déspota. ¿Qué pluma se
movía entonces? ¿qué voz le levantaba, potente y
enérgica, para protestar siquiera contra elencanallamiento de una
sociedad corrompida por el miedo y sugestionada por el despotismo? El orden
matando al derecho; las conveniencias materiales ahogando los intereses
morales; el espíritu de retroceso que se había apoderado de las
voluntades; la farsa en vez de la justicia y la equidad, en uno como convento
triste y solitario, donde, a la luz del recuerdo, velaba el cadaver de
la esperanza una nación cansada de luchas estériles, exangüe
y miserable ¡Oh, qué tiempos aquellos! Pero la idea no muere.
Latente en el corazón de la juventud, ardía la llama de los santos entusiasmos; en
algunos pechos generosos se desbordaba la indignación -impotente pero
rabiosa- ante tamaña iniquidad y abyección semejante. Fue
entonces cuando dos jóvenes, que han hecho, luego,
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la honra de esta desgraciada República -PROAÑO Y VALVERDE- se
lanzaron, resueltos y abnegados, al palenque político, a provocar las
iras del tirano, lo que equivalía a firmar su sentencia de muerte. LA
NUEVA ERA fue un grito de guerra; uno como
despertamiento del espíritu
nacional; y a poco, los hermanos inseparables de la idea, arrojados a la soledad de las selvas orientales, tomaron el camino del destierro. Destierro
largo y penoso para PROAÑO, durante el cual apuró todas las
amarguras de la pobreza; sufrió todos los insomnios de la nostalgia, los
desmayos del
mas negro y profundo desconsuelo Puso su pluma al servicio de los
pueblos de la América latina;
y sus luchas reñidas,su penoso trabajo, aun en países
extraños le acarrearon persecuciones y martirios. Siempre lidiando y
siempre caído, la vida de proscrito fue una peregrinación por un
camino de desengaños. Hoy ha muerto: el sol que iluminó su cuna
no bañara en luz su desconocido sepulcro. ¿Qué nos
queda del
luchador infatigable? Nada, sino la idea. Ella germinara algún
día en estas míseras tierras acariciadas por auras de libertad, y
nos enseñara que la noche no es eterna en la conciencia de los
hombres y que los pueblos no han nacido para las faenas de la servidumbre.
Tengamos fe en el porvenir, y no desmayemos en la obra redentora, imitando los
grandes ejemplos de los que han muerto por nuestra causa después de
haber arrojado, como Bernar-
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do de Pallisy, hasta las tablas del propio lecho para alimentar la hoguera de
la que había de surgir la realización de alguna idea fecunda en
buenos resultados para la civilización y el progreso. 1884. Y, en el
país que recibió sus postrer aliento, una placa con su conocido
seudónimo Rico de Fe, sellara su tumba, la misma que, en 1932,
sera abierta para extraer de ella una parte de su osamenta que va a
Cuenca, su ciudad nativa, y otra quedara en el mismo sitio para el
recuerdo de la ciudad que le brindó su generosa acogida hasta sus últimos
días. Al recibirse sus restos en Cuenca,
su egregio admirador, el doctor Remigio Romero León, se expresó
así: 'Predestinado para el triunfo, tuvo lasrebeldías
supremas y las ansias dolorosas de quien piensa, siente y ama al influjo de
purísimos, elevados y sagrados ideales. Amó mucho en la vida:
Bolívar y la Libertad; América y la Democracia; la Patria ausente
y las ternuras del
hogar eran los ídolos de su culto. Grande en la lucha y el martirio,
noble en el pensamiento y en la acción, cegó laureles
inmarcesible para Cuenca,
su patria querida, y vive admirado y glorioso, en el panteón inmortal de
la Historia”. Y el atildado periodista y valioso intelectual, doctor
Carlos Aguilar Vasquez, escribió: “Plegaria intensa Reina el sol
sobre las cosas y a la ciudad, en alas de la paz,
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llegaba la alegría de los campos. El río -una bendición
que anda- mostraba al cielo su luminosa diafanidad, propicia a la abundancia y
belleza de los frutos y las flores. Entre
tanto la eterna primavera de estos valles dejaba atras un viajero
fatigado, joven, pequeño de estatura, de frente despejada y de ojos
trabajados por la Vida y por el Arte. El hombre aquel, momento tras momento, se
quedaba sin patria. Jirón de la Morlaquía, se empeñaba en
atesorar el cielo y la campiña; pedazo de los Andes del Austro,
sentía cómo la mano ruda del tiempo, tornandose en
destierro, sedimentaba en su espíritu oro de triunfo y de fe; y la ola
viva del inquieto Tomebamba, se iba cantando desengaños y esperanzas, para
mostrar al mundo un corazón de cristal latiendo para las
rebeldías espirituales, para el pensamiento sano ypara el ideal excelso.
Anduvo muchos días y, al fin, se quedó sin patria Y como aquel
fragmento de tierras de Cuenca, se llamaba Federico Proaño, al golpe del
destino sintió el genio de la Estirpe; llenandole el alma. Y no
gritó sus dolores y se calló la tragedia de su éxodo
supremo. Tenía una misión que cumplir; luchar con la pobreza y el
olvido y borrar con luz de gloria las ingratitudes y tormentas de sombra del
Pasado. Para realizar obra tan magna, en la escuelas del dolor,
dulcificó bellamente su caracter: ninguno de los cuencanos ha
comprendido el destierro mejor que Proaño. Fue en el extranjero
dación divina para cuantos lloraban y sufrían, su amargura
cotidiana fue consuelo de ajenos dolores. Fue dadiva de pan y
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CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
bienaventuranza de amor. Hizo cordialmente suyas las palabras de los otros. En
su torno el Destierro no nevó angustias, desolaciones y rencores. Por
sus mismas rebeldías maximas, hermano de todos, es el
símbolo del cuencano emigrador, oficiando en el templo de la Raza para
la comunión de las naciones. Proaño es Cuenca, pródiga y
hospitalaria, cuyas puertas no se cierran jamas ni a la hermana paloma
ni al hermano lobo que se declara huésped a dentelladas. Proaño
encarna el espíritu de Cuenca: nacido en las orillas del claro y fecundo
Tomebamba cumple, como un héroe, el apostolado histórico y
secular de su Estirpe; es decir, trabaja, es bueno, es honrado, es artista, es
rebelde y dueño y señor dela dulce hospitalidad. Hombre
magnanimo y escritor festivo puso la miel atica de su
ironía sobre las voragine política del siglo. Predica la
libertad ridiculizando el despotismo, propugna bondad a fuerza de trazar la
caricatura del vicio y se ríe de las malas costumbres
contemporaneas sin herir jamas la reputación ajena.
Infatigable para el trabajo, no reprochaba a su Patria el dolor de su
incompleta preparación literaria y científica y cuanto pudo ser y
no fue; antes bien, con la alegría y la elegancia de las almas puras, se
empeña en ascender por el monte sacro de la fama, como para demostrar la
excelencia del limo azuayo floreciendo en la primavera universal del Arte y de
la Ciencia. Proaño en el mundo del espíritu, es barrio de Cuenca:
calle campesina y ciudadana, con exuberancias de trópico y tristezas de
sierra, con diafanidad de remansos cristalinos y amable ironía de ciudad
aprisionada por los Andes.
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Un día el periodista festivo murió en Quezaltenango de Guatemala,
llenos los ojos de Cuenca del Ecuador Durmió, por muchos años,
una hospitalidad generosa y ahora vuelve a su comarca el pedazo de nuestros
Andes, triunfador en otros climas de la miseria y del olvido y retorna para
siempre, mas nuestro que nunca, el cuencano auténtico por su
corazón, por su pluma castiza y elevada, por su honradez y por su amor
purísimo a la libertad y a la Patria. Conciudadanos de pie, para saludar
al fragmento glorificado de Cuenca queviene a dormir su evangelio de paz en el
panteón de nuestros mayores; conciudadanos de pie para el homenaje
fraterno y devoto: Cuenca la emigradora se completa. Cuenca la hospitalaria
enciende en lumbre de amor las siete antorchas de su corazón para
recibir los despojos del Periodista, del Maestro de bondades y Profesor de
rebeldías, cuya sombra diciéndonos esta mas
alla del presente y del futuro cómo la gloria descansa sobre el
triple cimiento del trabajo, de la constancia y la bondad. Conciudadanos,
reverentemente, de pie, para rendir, en silencio, culto de amor a la Patria
nuestra, glorificada ahora en los despojos de un hombre que supo hacer de su
vida poema intenso de patriotismo y humildad”. Este es el recuento de la
vida de este ilustre ecuatoriano, a cuya memoria se rinde este homenaje al publicarse
este libro por la Comisión de Conmemoraciones Cívicas para que el
recuerdo de su nombre esté siempre presente en la mente de los
ecuatorianos; que las nobles virtudes que albergó su espíritu
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CUADERNOS DE DIVULGACIÓN CÍVICA
sean un constante ejemplo de altivez, rectitud y nobleza de procedimientos,
pues él, con su indomable voluntad, luchó siempre denodadamente
contra la corriente que se oponía a que imperen sus elevados ideales,
por lo que, con notable acierto, afirma su erudito biógrafo señor
Albornoz, que Federico Proaño 'es irremediablemente, en la vida y
en la muerte, sólo un galeote del destino'.