Fue un novelista y poeta
colombiano. Es considerado unos de los escritores hispanoamericanos
contemporaneos mas importantes. A lo largo de
su carrera literaria recibió, entre otros, el Premio Xavier Villaurrutia
en 1988, el Premio Príncipe de Austrias de las Letras en 1997, el Premio
Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 1997, el Premio Cervantes
de 2001 y el Premio Internacional Neustadt de Literatura en 2002.
Hace 12 años, decía Mutis en un
artículo para El País, de Madrid, que 'sólo el
mas intenso racionalismo puede creer aún en que la historia es un
camino ejemplar hacia el progreso y el mejoramiento del hombre. Auschwitz, Buchenwald, el Gulag
e Hiroshima
bastarían para abrirles los ojos a estos
incautos soñadores. La especie humana sólo sabe destruir, arrasar
y empobrecerlo todo y, como
toda plaga que ha intentado conspirar contra el medio que la acoge y alimenta,
esta destinada a desaparecer del
planeta'.
A diferencia de tantos otros escritores, Mutis no militó en
política, no sirvió de propagandista a regímenes
oprobiosos ni pretendió ser predicador de
utopías. Se jactaba de que 'no he votado
jamas, y el último hecho político que mepreocupa de verdad
es la caída de Bizancio en manos de los infieles en 1453. Soy gibelino, monarquico y legitimista'. Su
posición monarquica, mas literaria que cualquier otra
cosa, fue lo que lo llevó a volver a
España, luego de firmar una famosa carta en que prometía no pisar
ese país mientras exigieran visa a los colombianos. Volvió, y lo
hizo en grande: para recoger el Premio Cervantes, en 2001.
Desde 1956 vivió en Ciudad de México.
Aunque algunos lo denominen exilio, esos 57 años sin vivir en su
país de nacimiento no lo hicieron menos colombiano. Fue cosmopolita, como
decíamos al principio, pero nunca dejó de rememorar su
paraíso de infancia en tierra caliente, en Coello, Tolima.
Despedimos al grande escritor con el final de la Oración de Maqroll,
poema escrito en 1942 y del que, según el autor, nació el
personaje: '¡Oh Señor… recibe las preces de este avizor
suplicante y concédele la gracia de morir envuelto en el polvo de las
ciudades recostado en las graderías de una
casa infame e iluminado por todas las estrellas del firmamento. Recuerda Señor que tu siervo ha observado pacientemente las
leyes de la manada.
El arzobispo de Cuenca, Vicente Solano, junto a otro sacerdote, Ignacio
Marchan, contestan a esa hoja con otra, denominada Graciosa
Necrología, justificando el castigo, para lo cual se basan en citas de
las Sagradas Escrituras; y presentando a Dolores como enemiga de la
religión católica; esto, en una sociedad rayana al fanatismo
religioso
Se multiplican entonces las calumnias y los maltratos contra la escritora,
quien es tildada de inmoral, atea, panteísta.
Ella, en A mis enemigos, su último poema, escribe
¿Qué os hice yo, mujer desventurada,
Que en mi rostro, traidores, escupís
De la infame calumnia la ponzoña
Y así matais a mi almajuvenil?
Poco después del ajusticiamiento, incapaz de
hacer frente a su destino, y luego de escribir una carta a su madre, ingiere
cianuro. No cumple aún los 28 años de edad. Dolores se despide de
la vida con estas palabras
Mamita adorada:
Perdón una y mil veces. No me llore. Le envío mi retrato,
bendígalo: la bendición de una madre alcanza hasta la eternidad.
Cuide de mi hijo y dele un adiós al desgraciado
Galindo. Me he suicidado.
D. V.
Por su forma de muerte, no pudo ser enterrada 'en sagrado', sino en
un lugar destinado a herejes, ajusticiados y suicidas, según un precepto
católico.
Solo muchos años mas tarde llegaría el marido a exhumar
sus restos y a trasladarlos a un lugar digno. Pero hasta hoy nadie sabe dónde descansa Dolores.
Juan León Mera, escritor contemporaneo de Dolores, al evaluar la
situación de la mujer de su época y las circunstancias que
llevaron a la muerte de la poeta, escribe en su Ojeada
Histórico-Crítica, 'Acabese, por Dios, nuestra
criminal indiferencia respecto de las mujeres; alentémoslas,
saquémoslas a la luz para que fueron creadas, sentémoslas a
nuestro lado y busquemos en ellas la mejora de nuestra propia
condición.'
De su pluma se conservan muy pocos textos. Parece que
antes de suicidarse quemó sus escritos; solo quedan 9 en verso y 3 en
prosa, recopilados póstumamente.
Pero, pese a ello, Dolores Veintimilla, con su obra intimista, de gran lirismo
y armonía; lenguaje de un casticismo perfecto,forma simple y gran
aliento, precursora de todo un movimiento literario, es figura cardinal en las
letras
ecuatorianas.
ANHELO
¡Oh! ¿dónde esta ese mundo
que soñé
alla en los años de mi edad primera?
¿Dónde ese mundo que en mi mente
orlé
de blancas flores? ¡Todo fue quimera!
Hoy de mí misma nada me ha quedado
pasaron ya mis horas de ventura,
y solo tengo un corazón llagado
y un alma
ahogada en llanto y amargura.
¿Por qué tan pronto la ilusión pasé?
¿Por qué en quebranto se trocó mi risa
y mi sueño fugaz se disipó
cual leve nube al soplo de la brisa?
Vuelve a mis ojos óptica ilusión
vuelve, esperanza, a amenizar mi vida, vuelve, amistad,
sublime inspiración
yo quiero dicha aun cuando sea mentida.
A MIS ENEMIGOS
¿Qué os hice yo, mujer desventurada
que en mi rostro, traidores, escupís
de la infame calumnia la ponzoña
y así matais a mi alma
juvenil?
¿Qué sombra os puede hacer una insensata
que arroja de los vientos al confín
los lamentos de su alma
atribulada
y el llanto de sus ojos? ¡ay de mí!
¿Envidiais, envidiais que sus aromas
le dé a las brisas mansas el jazmín?
¿Envidiais que los pajaros entonen
sus himnos cuando el sol viene a lucir?
¡No! ¡no os burlais de mí sino del No olvides su rostro. Amén'.