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Analisis del epítome de la conquista del nuevo reino de granada entre crónicas, ficción, realidad, e historia



 “Porqué se construye la analogía del conquistador como un héroe virtuoso y la del conquistado como un tirano pecaminoso” (Díaz, 2006, p. 62)

Analisis del Epítome de la conquista del Nuevo Reino de Granada
Entre crónicas, ficción, realidad, e Historia

Anotaciones preliminares

Siendo nosotros resultado claro del proceso de Conquista, y definidos por el fenómeno de la colonia, no podríamos poner en duda (siguiendo el ejemplo de los mismos conquistadores) la realidad – “incuestionable” y ya suficientemente justificada– del aterrador dominio que ejercieron los españoles cuando “descubrieron” a nuestros antepasados; pero si nos importase entender los tiempos pretéritos y, de ahí, la relevancia del presente para la proyección del futuro, con la convicción de que nuestra sociedad es merecedora de saber, en forma mas acertada hoy, la verdad, podemos entender en esta investigación mas que un discurso reflexivo y analítico, dando paso a la comprensión de las crónicas coloniales, no ya para darle legitimidad a la conquista, sino para seguir construyendo historia.



Es de notable importancia recordar que la Historia nos ha contado muchas de las injurias que cometieron los conquistadores ibéricos con los nativos de América y, por supuesto, con los africanos. Este tipo de oprobios han quedado registrados desde la época de la colonia; las ‘narrativas’, que asimismo responden a apremiantes necesidades incluso políticas para legitimar al Imperio, hablan de realidades paralelas, evidentementedestacando – y exagerando – cualidades y vicios, de los españoles y portugueses, y de los indígenas, respectivamente; pero, de la misma manera, ponen en evidencia la complejidad de ambas realidades, siendo opuestas, que convivieron en un territorio que refería poder natural y respeto, pero que con el arribo de la dominación ibérica se transformó allanandose a tal ignominioso y degradante control.

Podemos detenernos a analizar la crónica en cuestión (Epítome de la conquista de Nuevo Reino de Granada), empezando por aseverar que enfocar de manera errónea la interpretación del pasado, conlleva a formular falsos postulados, tales como atribuirle al ‘adelantado’ Gonzalo Jiménez de Quesada la escritura del Epítome, cuando fue un cosmógrafo quien lo hizo a modo de investigación. En definitiva, este tipo de afirmaciones erróneas han impulsado el curso de la Historia, pero esos vacíos permiten que el historiador pueda replantearse una y otra vez el pasado que no sólo no ha quedado atras, sino que determina con ahínco nuestro presente, el devenir de la humanidad.

Demos paso, pues, al analisis de una de las mencionadas crónicas que detallan la forma de pensar de los dominadores que expropiaron a los ‘naturales’ de sus vidas.

Para tener en consideración

Las crónicas son un bosquejo de la realidad que veían y hacían ver los conquistadores. No se puede hablar de conciencia histórica, pero sí de un proyecto de justificación, cuya conciencia no va mas alla de darle credibilidad al tenazproceso de asentamiento de españoles y portugueses en territorio indígena, americano.

Es preciso hacer mención de la importancia de esta crónica para la comprensión que requiere la conquista del Nuevo Reino de Granada, ya que ofrece ricos detalles con respecto a la específica geografía que contemplaba el reino, al complejo orden social que constituían las poblaciones indígenas (moxcas) – en especial de Bogota y Tunja –, a los mecanismos, motivaciones, y algunas rutas de conquista; pero los que en realidad, interesan a este analisis corresponden a la perspectiva que tenían los conquistadores hispanos sobre los indígenas americanos, y en lo que respecta a la conquista en sí.

La estructura del Epítome no responde a las formas estructurales que hoy conocemos, de hecho el lenguaje empleado es complicado y requiere de interpretación, atención y cuidado, sobre todo en cuanto a palabras que merecen significados diferentes a los actuales.

Su autor, Alonso de Santa Cruz, escribió el texto con la plena intención de hacer “… un atlas geografico y corografico del mundo por entonces conocido.” (Millan, 1999, p. 11), estando al servicio de los reyes de España, Carlos V y Felipe II. Es evidente que para la época era poco el material cartografico, lo que degeneraba en problemas limítrofes, de poder, de economía (por los estragos que causaban los contrabandistas)… no se tenía idea precisa, ni conocimiento total sobre los territorios; de allí que el trabajo de los cosmógrafos abundaba gracias a laconstante búsqueda de rutas precisas y dominios seguros.

En este caso, Alonso de Santa Cruz hizo un esencial aporte al conocimiento requerido para darle consistencia al Nuevo Reino de Granada a partir del fundamento que ofrece la ubicación geografica a la determinación del poder y de la legitimidad del reinado de Felipe II, reinado que sabemos fue el mas grande en territorio (en la época moderna) bajo un mismo mando.

La dificultad del trabajo que realizaba Santa Cruz se hace evidente en los errores que denotan sus manuscritos, errores sobre todo de tiempo y de exageraciones en cuanto a la descripción del orden social del Nuevo Reino – por ejemplo: “…casanse todas Las vezes que quieren y todas las mugeres que pueden mantener (…) y bogotha que era rrey de todos los caciques tenia mas de quatroscientas.” (Santa Cruz, Folio 5) –, y es por ello que algunos teóricos de la actualidad ponen en duda el aporte de las crónicas en cuanto a fuentes históricas, ya que la realidad y la ficción se fusionan en ellas dando paso a las narrativas y, por ende, la verdad que se les otorgue depende del juicio del investigador en pro de la Historia. Pese a esto, se niega en ocasiones el imaginario que esconde tras la veracidad que pretende como investigación científica:

“El Epítome de la conquista del Nuebo Reyno de Granada, es un texto en el cual el imaginario medieval esta ausente, en el cual no hay animales monstruosos no monstruos morales, pues las costumbres de los muiscas son descritass demanera bastante cosmopolita, llegando a compararse su sentido religioso con el de los romanos.” (Millan, 1999, p. 17)

Pero volviendo al asunto del presente analisis, es menester mío enunciar una vez mas su objeto, que corresponde a dos tópicos centrales:
- Cómo describe la crónica a los nativos?
- Qué referencias da de la conquista en sí?

Con relación al último punto, se hace necesario mencionar que la investigadora Carmen Millan de Benavides no le atribuye al manuscrito de Santa Cruz la materia de la conquista, a pesar de su título, pero aquí procuraremos reforzar la idea de que el Epítome efectivamente trata el asunto, ya que permite al lector reflexionar sobre algunos detalles que el mismo autor evoca acerca de la llegada de Gonzalo Jiménez de Quesada y todos sus seguidores, al que con su “descubrimiento” sería el Nuevo Reino de Granada. Y es que Carmen Millan habla de que las guerras y héroes son la Conquista, pero es claro que Santa Cruz habla de rutas, de Jiménez de Quesada, de algunas de las reacciones de los mismos indígenas que habitaban en la sabana. Ademas, dicha investigadora erradica inmediatamente la idea de que la crónica es una narrativa: “El Epítome es un texto que no puede leerse como narrativa, es un texto fragmentario, no trunco…” (1999, p. 14), pero cabe aquí, una vez mas, el debate que entre los historiadores se ha desatado acerca de la legitimidad que tienen este tipo de manuscritos en cuanto a la realidad que enseñan (y es que la realidad que trata elEpítome es inminentemente científica).

En definitiva, el principal reconocimiento que se le da a la crónica es de caracter geografico, tal como dice Millan: “…se vera cómo se fue conformando el corpus que luego daría origen a la geografía, cartografía y corografía colombianas. (…)…el Epítome deja ver cómo se va formando un discurso científico que se va abriendo camino en los escritos de cosmógrafos renacentistas españoles…” (1999, p. 15 - 16).

Pero se hace urgente descubrir en él los innumerables aportes que ofrecen al darle reconocimiento al statu quo de las poblaciones indígenas; podemos partir del punto de que la mayoría de los renglones de cada uno de los folios, enfatiza en la organización social que ve el científico en el Nuevo Reino, de ahí que sirve también como justificación de gastos enviada a España para que el rey Felipe II permanezca interesado en la empresa intelectual que implica la labor de Santa Cruz.

El analisis

Luego del folio 2, donde se hace explícita la detallada descripción del territorio para así explicar la llegada del ‘adelantado’ Jiménez de Quesada a lo que fue el Nuevo Reino de Granada, se hace énfasis en las provincias de Bogota y de Tunja, y de ellas se abre a relatar la vida de sus habitantes nativos, a los que Santa Cruz llama ‘moxcas’, y a estos los compara con los ‘panches’ constantemente.

Evidentemente, hay una serie de categorías, incluso peyorativas, que hace Santa Cruz de estas comunidades indígenas, pero al mismo tiempo hay una serie dereconocimientos al trabajo realizado por las manos nativas, y cierto asombro ante, sobretodo, las condiciones de vida, “… y costunbres y rrelígíon y Las otras cossas.” (Santa Cruz, Folio 3).

Se habla de ‘hechicería’, ya que el conquistador no entendía la lógica mítica que guardan las sociedades indígenas, de la que otorgan energía vital a las acciones, a la naturaleza, a las cosas. La religión de los españoles, el Cristianismo, es impuesta a la fuerza, pero “… el enunciado que se hace respecto de las poblaciones «naturales» para que ingresen a la «comunidad de Cristo» es de caracter ausente y excluyente, específicamente cuando se hacen evidentes las complejidades culturales, sociales y políticas de las poblaciones americanas.” (Díaz, 2006, p.51).

No obstante, se habla también de las impresiones que tuvieron los mismos indígenas con respecto a la Conquista en sí, el pensamiento magico que ellos tenían en cuanto a los sucesos de la vida, les impidió comprender la cruenta realidad que se acercaba con el arribo de los españoles… de esto tenemos noticia gracias al manuscrito en cuestión, que relata cómo los indígenas creían a los conquistadores dioses, hijos del sol y de la luna, y cómo justificaban la violación y el abuso, creyendo que habían llegado a castigarlos por sus pecados; los creían inmortales, les temían al igual que sus bestias, los caballos… hasta que se dieron cuenta de que esa inmortalidad era aparente y empezaron a defenderse o a intentar aplacar su furia en vano; ladivinidad había desaparecido, pero el miedo no, se respiraba en el ambiente de parte y parte, era una constante, tal como la ignorancia, se desconocían los unos a los otros y cuando empezaron a reconocerse se reafirmó la relación ‘dominador – dominado’. “Los excesos y las violencias contra los nativos corresponden, en consecuencia, a un designio divino, entendido mas puntualmente bajo la forma de una ira y de un castigo emanado del cielo y dirigido contra los indígenas debido a sus pecados.” (Díaz, 2006, p. 62).

De Nueva Granada y sus ‘naturales’ se declaran las facilidades de opresión a diferencia de las demas posesiones de América: “Quanto a la vida y contunbres y rrelígíon y Las otras cossas destos yndios del dicho nuebo rreyno digo que la disposición desta gente es la Mejor que se a bisto en yndias(…) es tierra en extremo ssana sobre todas quantas se an visto” (Santa Cruz, Folio 4).

Las ciudades son descritas a partir de la “arquitectura”, y esto también determina una forma de vida, así como el relato sobre las comidas (subsistencia). No obstante, esa forma de vida se traduce asimismo en la manera de ver el mundo, en el raciocinio que que a ojos españoles es ‘mediano’, tal como lo dice Santa Cruz en el folio 5; su vida moral corresponde a gente medianamente razonable (Folio 5).

Hay un paralelo entre el Rey y el Cacique, las letras discurren entre confusión, inconsecuencia y sorpresa, ya que la reverencia de los indígenas a su poder supremo, el cacique, era inverosímil a susojos, como también los ritos de iniciación que éstos practicaban para alcanzar la verdad mítica que implicaba llegar al poder de la comunidad representado en el cacique. Rafael Díaz explica muy bien esta dualidad entre lo peyorativas que podían ser sus referencias y, al mismo tiempo, el asombro ante sus creencias, su fe, sus magias: “Se introduce aca la ambigüedad de que para argumentar la ocupación y el dominio cristiano ibérico se reconoce que los «habitadores» americanos poseían dominio, prelación y gobierno, si bien luego se iba a calificar este dominio político «nativo» como tiranico y déspota.” (2006, p. 57)

La visión que tienen los españoles sobre la profunda religiosidad de los indígenas, es evidentemente sesgada, la tildan de errónea, no obstante reconocen en ellos la inmensa creencia y “fe” que tenían en sus dioses, en el alma de las cosas, de la naturaleza; sin embargo, no pueden entender el significado de los sacrificios, por ejemplo. Y es que

“El resultado de una América sin contenido y sin origen es que no posee sociedad civil, afianzando así el portento de la luz de la fe como principio y dogma para elevar a los antiguos a otras instancia (…) Y es precisamente sobre esta condición de no-humanidad y de no contenido que se fundamenta la necesidad y la legitimidad de ocupar sus tierras, así como de emplear todos los medios posibles-particularmente la «guerra justa»” (Díaz, 2006, p. 56);

La anterior cita sintetiza con claridad la concepción que tienen losconquistadores sobre los naturales; también explica muy bien la justificación que ellos hacen de la ocupación y expropiación; es ese ‘no lugar’ al que pertenecen los nativos luego de la Conquista, un ‘no lugar’ en su propio lugar, un ‘no lugar’ que los enajena en sus propios territorios ya vaciados de esperanza e identidad.

Las categorías absurdas que se usaban para referirse a los indígenas, incluían acusaciones y acciones infames, tales como la culpa, la represión… “La culpabilidad atribuida a los indígenas no solo es esgrimida para justificar la violencia desatada, sino que es empleada para reafirmar la legitimidad del Imperio y, por lo tanto, la instauración del dominio colonial.” (Díaz, 2006, p. 61).

De todas maneras, es claro que todas estas perspectivas erróneas que mantuvieron los españoles en la época de la colonia, y que quedan hoy registradas en la Historia, teniendo serias repercusiones en el presente, se hacen evidentes en la crónica, en especial en cuanto al constante referente-imaginario que se hicieron de las culturas indígenas al pensarlas como inferiores. “…Occidente y su versión radical eurocéntrica han tenido respecto de la diversidad y la diferencia culturales como signos o manifestaciones de inferioridad cultural.” (Díaz, 2006, p. 65).

La conquista fue una empresa, cuyos objetivos eran sobre todo intereses justificados por la “divinidad”, y dichos intereses respondían a necesidades personales; la crónica es clara en este inciso cuando habla de que la ambición porlas riquezas del oro condujo a Jiménez de Quesada a “descubrir” la sabana que pronto haría parte de su Nuevo Reino de Granada: “dezian los yndios que los mercaderes que les benian a vender aquella sal dezian que adonde aquella sal se hazia abia grandes riquezas y era grande tierra…” (Santa Cruz, Folio 3). Los conquistadores tenían varias motivaciones para emprender la búsqueda y, así, llevar a cabo las cruentas guerras de conquista: los reyes los presionaban lo suficiente a raíz de la seria situación económica que atravesaba España; ademas, el oro era un atractivo considerable, por el cual libraron duras batallas sometiendo a los indígenas.

Carmen Millan de Benavides alude a un asunto de suma importancia: en la América colonial el conocimiento se impartía a través de la oralidad, las culturas eran orales, la escritura sólo pertenecía a las clases dominantes hispanicas y a algunos indígenas que se habían iniciado en esta forma de comunicación y conservación del pasado, y es por esto que la Historia de las poblaciones indígenas coloniales, es leída y estudiada a través de categorías occidentales, un riesgo que debe asumir hoy el investigador.

Reflexiones personales

Es inútil intentar ser objetivo; es doloroso ver en el pasado el sufrimiento de tantos seres humanos gracias a la ambición absurda y demente de otros tantos.
El recuerdo es el camino verdadero hacia el pasado, pero es increíble la angustia y la impotencia que produce imaginar a los indígenas bajo el yugo de losespañoles. La Historia es la llave que abre la puerta a la comprensión, pero la Historia esta en crisis, ya que el irrespeto que cometieron conquistadores y colonos, abolió cualquier rescoldo de verdadera identidad e historia de las víctimas de esos desmedidos deseos humanos que trajeron cual peste los españoles a América.

Esa supremacía que tanto proclamaba el dominio hispano, se ve perdida por su ilimitada ignorancia. Llamaban ‘salvajes’, ‘indios’ o ‘negros’ a los nativos, pero su cobardía, crueldad y desconocimiento fue su maxima característica… una característica que los impone en la Historia como los rezagados y barbaros que no supieron hacer Historia. Repulsión es lo que produce pensar en ese triste y humillante pasado; vergüenza ajena de ver en las palabras del español tanta ignorancia en relación con la magnífica complejidad que implicaban las sociedades ‘naturales’, ‘nativas’ de nuestro continente.

Lista de obras citadas

- Santa Cruz, A. (1999, julio-diciembre), “Epítome de la conquista del Nuevo Reino de Granada”, en Universitas Humanística, año 48, núm. XXII, 1999, pp. 151 - 162.

- Díaz Díaz, R. (2006), Obra de imperio: colonialidad, hecho imperial y eurocentrismo en la Política Indiana. Juan de Solórzano y Pereira. Pensar la Colonia desde la Colonia, Bogota, Editorial Universidad de los Andes.

- Millan de Benavides, C. (1999, julio-diciembre), “Epítome de la conquista del Nuevo Reino de Granada”, en Universitas Humanística, año 48, núm. XXII, 1999, pp. 11 - 17.


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