La importancia de la restauración ecológica
La importancia que tiene la restauración ecológica se deriva de la existencia
generalizada de distintas formas de degradación de los recursos naturales y las
condiciones ambientales, que tienen su manifestación en aspectos tales como la
pérdida de vegetación y suelos, aguas contaminadas; contaminación atmosférica;
pérdida de recursos genéticos; pérdida o destrucción de partes vitales de
hábitat; erosión genética; mortalidad y baja reproducción de las especies;
cambios climáticos, geológicos y evolutivos; extinción de la especies y en
general, el deterioro progresivo de distintos tipos de sistemas : naturales,
modificados, cultivados y construidos.
En general las distintas actividades humanas se han
extendido hasta alcanzar las fronteras de los territorios en estado natural, en
tanto que las acciones de conservación se han centrado en la preservación del hábitat natural
subsistente.
Gestión adaptativa
Los proyectos de restauración ecológica se vertebran desde la perspectiva de la
gestión adaptativa para afrontar el reto de trabajar con sistemas complejos
cuyos grados de libertad superan nuestra capacidad para predecir con precisión
su comportamiento. La gestión adaptativa es un proceso
iterativo, de toma de decisiones, orientado a gestionar la incertidumbre
asociada a la evolución temporal del
espacio restaurado. Desde esta visión, el proyecto no se articula en función de
entregables o de certificaciones de tareas ejecutadas, sino en fases,cada una de las cuales culmina con un punto de toma de
decisiones acerca de cómo debe afrontarse la siguiente fase descrita en
proyecto. La toma de decisiones se fundamenta en la medida de indicadores
específicos que informan sobre el funcionamiento del espacio a
restaurar. Utilizando un símil médico, se trata de evaluar cómo evoluciona la
'salud' del sistema mediante pruebas específicas, como la evolución
de la emisión de sedimentos, del contenido en materia orgánica del suelo, de
metales pesados en los lixiviados, o de la composición de las comunidades
vegetales, entre otras muchas posibilidades a seleccionar para cada caso. Esta
toma de decisiones al finalizar cada fase se apoya en el proyecto de
restauración ecológica que debe anticipar las posibles respuestas, modelos o
escenarios que describen la evolución esperada del sistema. Es
evidente que, según la magnitud de los objetivos planteados y el grado de
exigencia del
cliente, puede afrontarse la incertidumbre con distintos grados de ambición
dentro del
esquema de gestión adaptativa. El reto consiste en encontrar el balance entre
adquirir nuevo conocimiento y acortar el tiempo de ejecución. Este compromiso
entre calidad y plazos genera un rango de aproximaciones que abarca desde la
gestión adaptativa pasiva basada en un único modelo, hasta la gestión
adaptativa activa basada en una aproximación experimental:
Restauración de un humedal en terrenos militares (Virginia Beach, Virginia, 15
de junio de 2010), con la construcción de unobservatorio de la fauna silvestre.
Gestión adaptativa pasiva. De forma general, la
gestión pasiva, es la más económica y la que puede ejecutarse en un menor tiempo. Sin embargo, es la que encierra un mayor riesgo en cuanto al éxito en la consecución de
objetivos y en cuanto a imprevistos posteriores a la fecha de entrega de la
obra acabada. En el caso de la gestión pasiva, la caracterización del funcionamiento del sistema no es un objetivo del proyecto. En este
esquema, se pretende restituir el capital natural o los servicios
ecosistémicos, registrando durante el seguimiento las incidencias inesperadas,
e integrándolas durante la ejecución del
proyecto de restauración como
correcciones sobrevenidas que condicionan la toma de decisiones al concluir
cada una de las fases. Se trata de una aproximación semejante a la conocida
como “ensayo-error”, en la que las disconformidades se analizan y sus causas se
integran en lo que se ha denominado un “ciclo de aprendizaje estratégico o
continuo”. Únicamente, se diferencia del
ensayo-error en que, el esquema adaptativo, aۥ tanto el pasivo como el activoaۥ, se apoya en el contraste de las
hipótesis que se recogen en el modelo de evolución del sistema restaurado, definido previamente
en el proyecto de restauración. Otra diferencia es que lo aprendido se
incorpora durante la ejecución del propio proyecto y no se reserva para
proyectos futuros.
Gestión adaptativa activa. La gestión activa es la de
mayor exigencia en cuanto a la gestión de la incertidumbre. Lo quecaracteriza
la aproximación activa es que el aprendizaje sobre le eficacia y eficiencia de
las medidas de restauración es en sí mismo un objetivo
explícito del
proyecto. Esto tiene importantes consecuencias en la estructura y duración del
proyecto
El proyecto incluye objetivos que se implementan en obra como diseños
experimentales en los que se contrastan hipótesis, se obtienen datos sobre el
funcionamiento del sistema, que se testan estadísticamente, se interpretan y
discuten con el fin de alcanzar sólidas conclusiones sobre las que fundamentar
las decisiones en cada fase.
Más allá de la zonificación del área a restaurar en función de las distintas
medidas para cada espacio singular, los proyectos que adoptan un esquema de
gestión adaptativa activa definen dentro de una o varias de estas zonas un
reducido número áreas experimentales. Cada una de estas áreas
se denomina área o unidad de gestión adaptativa (AGA) y en su interior se
establecen parcelas a modo de réplicas en las que se ensayan las intervenciones
propuestas.
Es recomendable que el desarrollo del proyecto de restauración
ecológica, estructurado siguiendo el esquema de la gestión adaptativa,
incorpore desde un principio la participación de los agentes sociales afectados
o interesados. Esta valiosa contribución puede conducir a la identificación de
nuevas fuentes de incertidumbre, a la articulación y
visualización de configuraciones alternativas del
mosaico de ecosistemas, e incluso a una mejor definición de los objetivos del proyecto.