PERSPECTIVAS,
ENFOQUES O TEORIAS DEL DESARROLLO
Antes de comenzar a describir las características del
adulto, cabe mencionar en forma sintética algunos de las principales enfoques
que han dedicado esfuerzos para comprender el desarrollo de los humanos, tanto
en forma individual como
en su posición dentro de un
proceso social.
La perspectiva mecanisista o conductista
Aunque sus antecedentes seubican en las aportaciones de Thorndike y Pavlov, los
personajes que más renombre ha tenido en nuestros tiempos son J. B. Watson y B.
F.
Skinner. Este último con otros seguidores, postuló que el comportamiento del hombre, como animal,
esta supeditado a las consecuencias que recibe del medio ambiente sean estas reforzantes o
castigantes. Otro personaje ubicado en esta perspectiva es A. Bandura con su
afirmación sobre el aprendizaje social. Según Bandura, aprendemos con base a lo
que observamos le sucede a otras personas por su comportamiento.
La perspectiva organicista o psicogenética
El defensor más destacado de este enfoque fue el biólogo suizo Jean Piaget
quién afirmó que
el pensamiento de los individuos se va formando como consecuencia de la misma formación de
estructuras cognitivas que, al reunirse, forman a su vez esquemas más
complejos. Estos mismos esquemas se relacionan con otros constructos y/o con
otros esquemas y la complejidad del proceso
intelectual se convierte así en un estado dinámico de un intercambio constante
de información entre el sujeto y el medio; es decir, se combina la maduración y
la experiencia del
sujeto.. De acuerdo con este enfoque, el humano pasa por las siguientes etapas:
sensorio motriz, pre operatoria, operatoria concreta y operatoria formal (La
etapa operatoria formal corresponde al adolescente y al adulto).
Como parte de este proceso cognitivo también se incluye el desarrollo de la
moral, en la que los valores de “bueno y malo” se van modificando de acuerdo a
las experiencias que el individuo tiene con la comunidad ya las expectativas
que esta tiene sobre sus integrantes. Una aportación muy importante de uno de
los seguidores de este contexto es la de Ausubel quien propuso que en el
proceso de desarrollo de los individuos se manifiesta constantemente el
aprendizaje significativo.
La perspectiva psicoanalítica o psicodinámica
Como ya se mencionó, S. Freud -médico vienés- es
considerado el pedestal del
psicoanálisis. Esta postura manifiesta que contamos con una energía psicosexual
y que su constante presión por manifestarse permite a los individuos permanecer
activos; por otro lado, su infraestructura psíquica limita la expresión
desmedida de esa energía. Los estados emotivos del hombre juegan un papel primordial en
este punto de vista. Considerando que esta energía se centra en diferentes
partes del
cuerpo, se asume que las etapas de desarrollo son: oral, anal, fálica, latencia
y genital. Esta última inicia en la pubertad y continua a lo largo de la vida.
Otro personaje muy relacionado con la postura de Freud fue E. Erikson quien
propuso que el hombre rige su vida en la lucha por ubicarse en algunas de las
ocho etapas críticas.
La perspectiva humanista
En 1982 un grupo de psicólogos fundó la Asociación de Psicología Humanista como
reacción contra las posturas mecanicistas de la teoría conductista y, según
ellos, de la psicoanalítica. Los humanistas, como los organicistas, consideran que las
personas tienen en sí mismas la habilidad para manejar sus vidas y propiciar su
propio desarrollo. Además, estos teóricos destacan las capacidades individuales
paralograrlo en forma saludable y positiva, mediante las cualidades
específicamente humanas de selección, creatividad, evaluación y
autorrealización. Esta perspectiva se fundamenta en la creencia de que la
naturaleza humana básica es neutra o buena, y que cualquier característica
negativa es resultado de la interacción con la influencia negativas del contexto del
individuo. El humanismo no hace diferenciación clara de etapas o estadios en el
transcurso de la vida, sólo hace una distinción entre los períodos anterior y
posterior a la adolescencia. Uno de los personajes inscritos en este enfoque es
Carls Rogers por sus ideas con relación a los valores y al proceso de
adaptación social del
individuo.
Dos personajes más del humanismo son Abraham
Maslow y Charlote Buhler, quienes
postularon que existen estadios secuenciales en el desarrollo del individuo. En este sentido, la teoría
describe el crecimiento psicológico de la persona. Abraham Maslow identificó
una jerarquía de necesidades que motivan el comportamiento humano, de tal forma
que cuando una persona ha satisfecho las necesidades más elementales, se
esfuerza por satisfacer las del
siguiente nivel, y así sucesivamente, hasta que se logra satisfacer el orden
más elevado de requerimientos. La persona que satisface las necesidades más
elevadas es para Maslow, la ideal, la “persona autor realizada”.
De acuerdo con Maslow, el orden ascendente de estas éstas necesidades son:
Fisiológicas: de aire, alimento, bebida y descanso, para lograr el equilibrio
dentro del
organismo.
ô€ƒ˜Seguridad: de protección, estabilidad,para verse libre de temor, ansiedad y
caos, mediante una estructura que establece leyes y límites. Minimización de
estados de ansiedad por carencia de oportunidad de manifestarse como ser
productivo. Tranquilidad de contar con las condiciones mínimas de
subsistencia (casa, vestido)
􀃘 Pertenencia y amor: de afecto e intimidad, proporcionados por la familia,
los
amigos y personas que nos aman.
ô€ƒ˜ Estima: de auto respeto y respeto de los demás.
ô€ƒ˜Autorrealización: el sentido de que la persona hace lo que es capaz y está
satisfecha y preparada para “ajustarse a su propia naturaleza”. A reserva de
respetar las diferentes posturas y aprovechar algunas de las aportaciones
relacionadas con el contexto educativo de los adultos, cabe señalar que existen
diversas opiniones acerca de la forma en que se puede sub dividir el desarrollo
humano para su estudio y comprensión. En forma general podemos afirmar que las
mayoría de los enfoques o
perspectivas coinciden en la siguiente fragmentación, aclarándose que esta sólo
persigue poder identificar momentos notables del continuo desarrollo:
Primera Infancia, niñez temprana, niñez intermedia, adolescencia, juventud,
adultez
temprana, adultez tardía y senectud.