Hace apenas unos días, después de
muchísimos años gerenciando empresas, planeando el trabajo de
otros, dirigiendo las ejecutorias de subalternos, ocupandome de
fortalecer el flujo de caja de la empresa, de cómo redefinir la
estructura de costos, de cómo impulsar mas eficientemente las
ventas, de cómo rescatar las cuentas incobrables…ademas de
hallar lugar para estar lo suficientemente informado del acontecer
político, económico y social de mi región, de mi
país y del mundo; les decía que hace algunos días,
después de dedicarme por muchos años a ser mejor profesional y
mejor analista del mundo, cambié mi percepción y mi conocimiento
del tiempo…Ocurrió un episodio en mi vida que me hizo valorar el
tiempo desde una óptica muy diferente a cómo, hasta ese entonces,
lo concebía. Me di cuenta que el tiempo empleado en
aquellas cosas sobre las cuales no tengo control alguno, resultan
inútiles e inoficiosas. Me di cuenta que el tiempo que uso en aquellas cosas que otros pueden hacer por mí,
no merecen mi total entrega. Me di cuenta que la empresa
puede funcionar sin mí, porque a mi alrededor hay personas iguales o
mejores en capacidad que pueden resolver sin que yo esté todo el tiempo
al frente. Me di cuenta que estar todo el tiempo
alfrente es sólo una manera de justificar mis ingresos y posicionar mi
presencia. Pero también me di cuenta que para
las cosas mas importantes de mi vida…no disponía de
tiempo…Me he perdido de compartir los pequeños triunfos y logros
de mis hijos. De asistir a sus actos culturales, deportivos y sociales y
así fortalecer su desarrollo con mi apoyo presencial. Me he perdido de
la emoción que produce observar cómo mi mujer elabora los ricos platos que a diario degusto y sobre los cuales evidencio a
diario mi indiferencia. Me he perdido la sonrisa de
complacencia que mis hijos esbozan cuando medio dormidos reciben la
bendición de buenas noches. Nunca me ha alcanzado el tiempo para
apagar la televisión y sentarme en la sala con mi familia a escucharle
sus relatos domésticos y personales tan cargados de buen humor y de
cosas sorprendentes. La boleta de calificación de mis hijos la he
observado menos que los encartados de los periódicos domingueros…
porque me ha faltado tiempo. Ignoro cómo se mantiene
la casa limpia y en orden porque jamas he tenido tiempo para compartir
con mi esposa y mis hijos una aventura como esa de cuidar y preservar el nido.
Hace días atras mi pequeño muchacho se me acercó y con
cierto dejo de timidez o tal vez detemor, porque me encontraba adelantando
trabajo de la empresa, ¡en mi casa!, me preguntó:
“Papa ¿cuanto cuesta una hora de tu tiempo?”
hice unos calculos en el teléfono y le respondí:
“Bastante mas que lo que te doy de mesada para el
colegio”…Si, pero cuanto papa? Y le contesté:
“…bueno algo así como
80 bolívares la hora…” Mi hijo se me quedó viendo con
rostro de expectativa y me solicitó: “Papa me puedes
prestar 160 bolívares”…Le dije un tanto irritado, por el
tiempo que me estaba quitando: “y para qué quieres tú 160
bolívares si yo le doy a tu mama todo lo que
necesitas”…El, frustrado y desilusionado se retiró de mi
estudio en silencio y se marchó cabizbajo a su
habitación…Luego de una pausa de mi tiempo dedicado al trabajo,
sentí que había sido injusto con mi hijo. Fui a su cuarto y le di
los 160 bolívares que había requerido, no sin antes darle una
excusa…Su cara se iluminó de alegría y con esa emotividad
que impulsa el capricho infantil me dijo: “Papa, ahora si puedo
comprarte dos horas de tu tiempo para que me lo dediques exclusivamente a
mí”
Desde ese momento cambié mi apreciación del tiempo y
decidí proporcionarles a las personas mas importantes en mi vida,
¡toda mi pasión y todo mi tiempo!
A través del cuento podemos
llegar a relacionarnos tanto con nuestros hijos, que podemos ganarnos su
confianza para que así como
nos cuentan sobre las cosas cotidianas que les suceden también sobre
situaciones difíciles que estén viviendo, pudiéndolos
orientar y apoyar.
Aunque no lo crean padres de familia, a través de lectura de cuentos
nuestros hijos pueden aprender sobre historia, la vida humana y animal; letras,
colores, números, palabras en otro idioma, etc. sin que les resulte
aburrido.
COMO CONTARLE
CUANTOS A LOS NIÑOS.
Elijan un lugar cómodo y suficientemente iluminado para leer.
Procura que el momento de leerle a tu hijo sea magico, hacerlo un
rito que tanto él como tú esperen
con ansia y agrado.Cuenta el cuento con alegría y entusiasmo
para que atraigas la atención del
niño, logre comprender la historia, y capte el mensaje. Y cuando el
niño te pida que vuelvas contarselo, debes hacerlo con la misma
emoción.
Sobre todo en niños muy pequeños, es importante repetir
varias veces las diferentes escenas del cuento procurando
utilizar las mismas palabras.
Permite que conforme se esté contando el cuento, el niño
pueda ver las ilustraciones.
Mientras lees fíjate en las reacciones del niño y sus movimientos, y si es
necesario haz pausas todas las veces que sea necesario para escuchar sus
preguntas o para comprobar si esta entendiendo el relato.
Deja que el niño participe lo mas posible, tanto a la hora de
elegir el cuento a leer (te puede dar muchas pista esa
elección, sobre sus intereses o preocupaciones), como a la hora de las interrupciones.
Cuando el niño esté cansado no lo obligues a continuar, ya que
dejara de ser una actividad gratificante para él.
Algunas veces lean cuentos y otras escúchenlos, esto ademas
de ser diferente te ubicara a la altura del niño que escucha, y eso
creara una corriente afectiva y de gran complicidad
entre los dos.
En otro momento del día, pídele
a tu hijo que dibuje alguno de los personajes o escenas del cuento que hayan leído
el día anterior. Eso trazos que pueden parecerte garabatos tienen
grandes mensajes, ya que allí quedaran
expresados los miedos, las expectativasy los intereses que
le mueven.
Otra forma de saber su reacción hacia el cuento es hacerle
preguntas al niño relacionado con el relato, como por ejemplo si le gusto, que le
pareció, quienes estaban en el cuento, etc.
Sigue estos sencillos consejos para elegir el cuento mas adecuado para
tu hijo.
Para iniciarse en el mundo de los cuentos, se
sugieren los que estan relacionados con la tradiciones y el folklore.
Los cuentos de hadas ahuyentan pesadillas y temores nocturnos. El niño
adquiere seguridad en sí mismo cuando comprueba que el protagonista ha
sido capaz de vencer al lobo o a la bruja.
Los cuentos que comienzan con la tradicional frase 'Había una
vez', tienen una gran fuerza evocadora. Tienen el poder de introducir al
niño en un mundo diferente.
Los libros con imagenes, viñetas o pictogramas provocan en el
niño el deseo de comenzar a leer.
Los cuentos populares que tratan temas y costumbres de nuestra sociedad ayudan
al niño a conocer las tradiciones ancestrales.
CUENTOS PARA CADA EDAD.
A la edad de los dos años y medio, debemos empezar con los cuentos
ilustrados.
A los 3 años, debemos elegir cuentos que nos relaten historias sencillas
y claras en cuanto a la idea y el lenguaje empleado. La acción debe ser
lineal y no demasiado larga, ya que la capacidad de atención no
esta desarrollada a esta edad. (Es importante que los cuentos no tenga
un número excesivo de personajes).
4 años: Los cuentos apropiadospara esta edad son los que intervienen
pers