Carlo Lorenzini nació el 24 de noviembre de 1826 en Florencia, a la
sazón capital del Gran Ducado de Toscaza.
La madre, Angelina Orzali, obtuvo el diploma de maestra, pero trabajó como
camarera para la ilustre familia toscana de Garzón Venturi –cuya
hacienda, en Collodi, sera recordada con especial cariño por el
pequeño Carlo- y luego para la rica familia Ginori, de Florencia. El
padre, Domenico Lorenzini, fue una persona de origen humilde,
caracter débil y salud fragil, que trabajó como cocinero para los
marqueses de Ginori. Primogénito de una numerosa y
desdichada familia (seis de sus diez hijos murieron tempranamente), Carlo
asistió a la escuela elemental de Collodi, donde vivió con una
tía. A pesar de su caracter vivaz,
inquieto y rebelde, estudió en el seminario de Val d’Elsa y,
luego, en los Esculapios de Florencia. Se ha dicho que Carlo
debía ser tan aficionado a los estudios como su hijo de madera. La escritora Esther Benítez hace
notar que en el libro Storie allegre, publicado en 1887, el futuro autor
de Pinocho nos ha dejado lo que parece una confesión:
Si no lo sabéis, os lo diré al oído, pero hacedme el favor
de no repetirlo a vuestros papas y a vuestras mamas: fui un alumno
de lo mas inquieto e impertinente[6].
Cuando su
hermano Paolo Lorenzini se convirtió en director de la Manifattura
Ginori, la familia pudo gozar de un poco de
tranquilidad y bienestareconómico, y Carlo inició la carrera de
empleado y periodista. En efecto, en 1846 comienza a trabajar como dependiente en una librería y de
manera autodidacta da inicio a su formación como escritor. Pública
sus primeros artículos en la Rivista di Firenze. En 1848 se
enrola como voluntario
en la primera guerra de independencia contra Austria, junto a los seguidores de
Mazzini. Al regresar a su Florencia natal, funda un
periódico llamado Il Lampione y desarrolla una agitada
actividad política. Con posterioridad prueba fortuna
como autor
teatral. En 1859 nuevamente se une al ejército y un
año después adopta el pseudónimo de Collodi (nombre del pueblo natal de su
madre) para firmar sus escritos. En 1868 es invitado a colaborar en la
redacción del
“Nuevo vocabulario de la lengua italiana, según su uso en
Florencia”. En 1875 hace unas espléndidas
traducciones al italiano de los cuentos de Perrault y de Madame Leprince de
Beaumont. En 1881 aparece su novela La linterna
magica de Gianettino. Escribe Chicos de la calle, un libro para adultos en que presenta al “niño
real y creíble”. Pero 1881 es especialmente importante para
Collodi y la para la historia de la literatura, porque empieza a publicar
Pinocho, su obra maestra, en forma de folletín por entregas, durante dos
años, en el Giornale per i Bambini. Junto con la novela, va una carta de Collodi para Guido Biagi, el director del periódico, en
la que le dice: “Te mando estaniñería: haz con ella lo que
te parezca. Pero si la publicas, pagame bien, para que me den ganas de
continuarla 7]. La historia termina con
el burattino ajusticiado. Pero ante la protesta de
los lectores, Collodi resucita a su héroe y convierte a su obra
en Las aventuras de Pinocho. En el número 10 del Giornale
per i Bambini se anuncia que “Pinocho sigue aún vivo…
Pronto comenzaremos la segunda parte de la storia 8]
Dos años después Pinocho aparece en forma de libro, con
ilustraciones de Mazzanti. El éxito es
instantaneo y arrasador. Se suceden las
reediciones y traducciones a todas las lenguas, incluido el latín.
Collodi muere el 16 de octubre de 1890, de un ataque
al corazón y es enterrado en el Cementerio Monumental de San Miniato al
Monte. Dos años antes había sido nombrado Caballero de la
Corona de Italia. Las cartas de Collodi, donadas por la
familia, se conservan en la Biblioteca Nacional Central de Florencia.
LO QUE CUENTA LA HISTORIA
Apenas el carpintero Maestro Antonio, llamado por los amigos Maestro Cereza a
causa del color de su nariz, puso la mano en las herramientas para sacar una
pata de una mesa de un sencillo trozo de leña destinado a la hoguera,
salió de ella una vocecita sutil que dijo: “No me pegues tan
fuerte”.. La vida estaba, pues, ya en aquella madera de la que
papa Geppetto debía sacar uno de los personajes mas
vigorosos de la literatura infantil de todos los países.
Las aventuras dePinocho estan narradas en treinta
y seis capítulos. Los dos primeros –en
los que se cuenta “cómo fue que el Maestro Cereza, carpintero,
regaló su trozo de madera a su amigo Geppetto, que fabricó con
él un muñeco maravilloso, que sabía bailar, hacer esgrima
y dar saltos mortales”- pueden considerarse como una especie de
arbol genealógico en el que se ve cómo la historia de
Pinocho tiene su origen no en el consabido rey, como todas las historias, sino
en un vulgar trozo de madera. Las propias y verdaderas aventuras se inician
apenas “Geppetto, vuelto a casa, comienza a fabricar su muñeco y
le pone por nombre “Pinocho 9]. No ha
terminado todavía los ojos y la boca cuando ya comienza a decir versos. Cuando estan hechas las piernas, y comienza a dar sus primeros
pasos, el muñequito toma la puerta de la calle. Geppetto lo sigue. Un guardia
vigilante, en lugar de castigar a Pinocho, lleva a la carcel al pobre
Pinocho. . Vuelto Pinocho a casa, enfurecido por los consejos de un grillo parlante que le critica su mala conducta, lo
aplasta contra el muro de un martillazo. Cansado, hambriento, lleno de
frío –un vecino al que pide un trozo de
pan le responde con un gran jarro de agua helada-, se echa a dormir junto a una
estufa y se le queman los pies. Geppetto, de vuelta de la prisión, lo
rehace de nuevo; le calma el hambre, lo viste “con un vestidillo de papel
floreado, un par de zapatos de corteza de arbol y un sombrerillo de
migade pan”. Quiere mandarlo a la escuela y vende su
abrigo para comprarle la cartilla. Pero las buenas intenciones de
Pinocho, “hoy quiero en la escuela aprender a leer, mañana a
escribir y pasado mañana las cuentas…
se frustran gracias a una “lejana música de pífano y a los
golpes de un gran tambor: pi-pi-pi, pi-pi-pi-zum, zum, zum,zum”. Es un teatro de marionetas que invita a los muchachos al
espectaculo. . Pinocho vende sus libros para reunir
las cuatro monedas que vale la entrada. Ya en el teatro se arma un escandalo: los muñequillos reconocen en
él a un hermano; Pinocho sube al escenario. La comedia se interrumpe
entre las protestas del público. Para restablecer el orden interviene el titiritero
Comecandela, un hombretón que bajo su aspecto
terrible y sus bruscas maneras esconde un corazón de oro. Después
de amenazar con quemar vivo a Pinocho para acabar de asar a un
carnero que tiene al fuego, conmovido por los llantos del muñeco, le regala cinco monedas
de oro para que se las lleve a Geppetto. Pinocho, una vez mas, a pesar
de sus magníficos propósitos, se deja convencer por una
astutísima zorra y por un gato ladrón, los que
–después de una abundante cena en la Hostería del Cangrejo
Rojo- emboscados en la entrada le atacan y, para apoderarse de sus monedas de
oro, lo cuelgan de las ramas de la Encina Grande. Lo salva la bella Niña
de los Cabellos de Turquesa, que lo recoge en su casita, haciéndole
curar portres eminentes médicos (un cuervo, una
lechuza y un grillo parlante). Pinocho deja a la hermosa
Niña para buscar a Geppetto. Encuentra de nuevo a la zorra y al
gato, que le inducen a sembrar sus cuatro monedas de oro en el Campo de los
Milagros, con la promesa de que abonandolas abundantemente se
multiplicaran. El muñeco cae en el engaño; una vez robado,
va a denunciar el hurto al juez de la Ciudad de
Atrapatontos, un viejo mono que, en lugar de hacerle justicia, lo encierra en
la prisión. Puesto en libertad, se dirige a su casa, y en la calle
encuentra a una horrible serpiente que, al verlo caer de mala manera, siente tal convulsión de risa que, del
esfuerzo, se le revienta una vena del
pecho. Mas adelante lo tienta un racimo de uvas
que prenden en un huerto, y cae en la trampa de un campesino que lo pone de
perro guardian en su gallinero. Durante la noche, las garduñas
vienen a robar los pollos, y creyéndolo el difunto can Melampo, le
ofrecen una parte de la rapiña. Pero Pinocho descubre
el complot, y el dueño de la finca, en premio, le devuelve la libertad.
Decide volver entonces a la casita de la Niña de los Cabellos de Turquesa, pero en lugar de la casita encuentra una
tumba: “Aquí yace / la niña de los Cabellos de Turquesa /
muerta de dolor / por haber sido abandonada por su hermano Pinocho”. Un complaciente palomo, conmovido por su dolor, lo lleva,
volando en su grupa, a la orilla del
mar, en busca de supapa Geppetto, que se ha embarcado para buscar a su
muñequillo. Pinocho se lanza al mar para salvar a Geppetto, cuya
barquita se ha hundido, pero llevado por las olas,
llega a la isla de las Abejas Industriosas, en donde todos trabajan para comer.
Obligado por el hambre, ayuda a una mujer a llevar un
cantaro y por fin reconoce en la mujer al Hada:
“¿Recuerdas? –pregunta ella-, me dejaste niña y ahora
me hallas ya mujer: tan mujer que podría ser tu mama”. El muñeco promete entonces cambiar de vida, estudiar.
Quiere convertirse en un muchacho. Pero poco a poco se
deja convencer por sus malos compañeros de escuela, para ir con ellos a
la orilla del
mar a ver al terrible pez-tragamares, y, dandose cuenta de que se han
burlado de él, se implica en una pelea. Un
muchacho queda herido y Pinocho, para huir de los guardias que querían
detenerlo, escapa y, seguido del
perro Alidoro, se lanza al mar. El perro no sabe nadar y Pinocho, compadecido,
lo salva, pero queda prendido en la red del pescador que, tomandolo
por un pez, se prepara a freírlo; pero Alidoro, a su vez, salva a
Pinocho. Vuelve este junto al Hada, animado de las
mejores intenciones, pero… “desgraciadamente en la vida de los
muñecos hay siempre un ‘pero’ que todo lo disculpa”; y
en lugar de convertirse en un muchacho, parte a escondidas con su amigo Pabilo
hacia el País de los Juguetes, donde tras cinco meses de estancia se
convierte en un borrito. El director deuna
compañía de saltimbanquis lo compra y le enseña a bailar.
. La noche de su debut como “estrella de la
danza”, el burrito Pinocho reconoce en una espectadora al Hada de los
Cabellos de Turquesa y, debido a la conmoción, cae y se rompe una pata.
Cedido a un nuevo comprador que quiere hacer de su
piel un tambor para la banda de música del
pueblo, Pinocho se lanza al fondo del
mar, donde innumerables peces lo liberan de su envoltura de asno. Pero llega el
pez-tragamares, que ante los ojos del hada –transformada en
cabrita-, se lo engulle. En el vientre del monstruo, Pinocho encuentra a
Geppetto, que desde hace dos años vive allí, gracias a las
provisiones que halla en un barco íntegro que ha tragado el animal. El pez-tragamares suele tener la boca muy abierta, porque sufre de
asma, lo cual es aprovechado por Pinocho para huir, llevando consigo a
Geppetto. Cuando el muñeco se cansa de nadar y padre e hijo
estan en peligro de ahogarse, los ayuda un
atún que les deja sanos y salvo en la orilla. Pinocho es, por fin, digno
de convertirse en un niño como todos los demas. Trabaja para su
padre, y una hermosa mañana socorre al Hada en un
momento de necesidad. El desobediente, el mentiroso, el vagabundo se ha
redimido y el final feliz llega cuando el muñeco se convierte en
“un lindo niño con cabellos castaños, con ojos azules como
el cielo, y con una sonrisa y un aire alegre y festivo, que solo se
podía comparar a unapascua de Navidad”.
PINOCHO O LA CONQUISTA DE LA NIÑEZ EN LA LITERATURA
Discrepamos con el criterio de quienes ven en Pinocho una obra
moralista o pedagogizante. Estamos convencidos, por el contrario, de que pocos
personajes de la literatura infantil universal son tan irreverentes y
provocadores, y desafiaron tan abiertamente la moral
pacata de institutrices y preceptores de la época. Pero este no fue un punto de partida sino un punto de llegada.
Collodi vivió un momento histórico en que todos los que le
apostaban a la causa de la unidad italiana
buscaban consolidar la formación del
ciudadano. Y él intentó aportar a esa
formación con los mensajes de obediencia y disciplina que incluyó
en su Storia de un burattino. Por fortuna para los lectores y para la
literatura, los mensajes “formativos” –preceptos, ejemplos,
consejos y reflexiones- ceden ante el poder de un lenguaje y un estilo que
rescatan la auténtica imagen infantil e inauguran una nueva forma de
hacer literatura para niños en Europa y en el mundo. A diferencia de
otras obras – escritas incluso por el mismo Collodi, antes y
después de Pinocho-, aquí se agigantan aspectos como el
dinamismo de las acciones, la fluidez de los dialogos, el acertado manejo
de los recursos sonoros del lenguaje, el uso oportuno de expresiones populares
y dichos sentenciosos, la creación de un humor paradojal y
caústico; pero, y sobre todo, el manejo imparangonable de
laevolución espiritual de un personaje en el que pueden verse retratados
todos los niños del mundo, con sus defectos y virtudes, con sus
caprichos y ternuras, con sus caídas, sus propósitos de enmienda
y sus nuevas caídas y, finalmente, con el arribo al puerto del
crecimiento y la madurez, aparentemente tan dificultoso como el de Ítaca
para el esforzado Ulises. PorquePinocho es también la odisea de un pequeño ser que debe conquistar el reino de la
niñez, después de haber superado innumerables dificultades; de
haber sido secuestrado por los encantos de la diversión, el ocio y la
aventura; de haber cambiado de piel y hasta de naturaleza.
UN LENGUAJE VIBRANTE
El lenguaje que utiliza Collodi es rico en sonoridades; esta salpicado
de onomatopeyas que lo tornan vibrante y musical.
Así cuando Pinocho se dirige a la escuela, luego de que Geppetto ha tenido
que vender su chaqueta para comprarle la cartilla, el muñeco va lleno de
buenas intenciones: aprendera a leer, a escribir, a hacer
números; y con el primer dinero que gane, le comprara a su
papa una linda chaqueta de paño; o, mejor, de plata y oro, con
botones de brillantes:
Mientras que muy conmovido hacía todos estos buenos propósitos,
le pareció oír a lo lejos una música de pífanos y
tambores: “Pi, pi, pi pi, pi, pi; pum, pum, pum, pum…”[10]
La música que escucha le enfrenta al primer dilema de su vida: ir a la
escuela o ir tras la música. Pero como
“para ir a la escuelahay siempre tiempo”,
…se metió en la larga calle y comenzó a correr como un gamo. Entre
mas corría, mas cerca oía el delicioso sonido del
pífano y los atrayentes tambores: “¡Pi, pi, pi, pi, pi, pi,
pi, pi, pi; pum, pum, pum!”[11
Mas adelante, en la Hostería del Cangrejo Rojo, Pinocho se
metera a la cama, se dormira de golpe y empezara a
soñar:
…y soñando le pareció que estaba en medio de un campo y que
este campo estaba lleno de arboles cargados de racimos, y los racimos
cargados de monedas de oro, que al mecerse movidos por el viento,
hacían: “tlin, tlin, tlin”; casi como si dijeran:
“Quien quiera, venga”[12].
Escuchemos ahora los sonidos que se producen en el corazón de nuestro
héroe, cuando este se dirige al Campo de los Milagros, luego de que la
zorra y el gato le han robado sus cuatro monedas de oro
Mientras caminaba con paso cauteloso, el corazón le latía con
fuerza y le hacía: tic, tac, tic, tac, como un reloj de sala cuando anda
de veras[13].
HUMOR DESBORDANTE
Al lado de la sonoridad del
lenguaje, se destaca nítidamente el recurso del humor. Un humor
sorpresivo y sarcastico, que aparece reiteradamente a lo largo de la
obra.
Asistamos a esta frugal cena de algunos de los comensales en la Hostería
del Cangrejo Rojo:
El pobre gato, sintiéndose gravemente indispuesto, no pudo comer sino un
bocadito de treinta y cinco salmonetes con salsa de tomate y cuatro porciones
de tripa a la parmesana; y como nole pareciera suficientemente condimentada,
pidió tres veces la mantequilla y el quedo rallado.
La zorra también hubiera desmenuzado alguna cosita, pero como
el médico le había ordenado una rigurosa dieta, tuvo que
contentarse con una simple liebre estofada, rodeada de un ligerísimo
acompañamiento de pavos y pollos de primer canto. Después de la
liebre, se hizo servir como sobremesa un fricasé de
perdices, de chorlos, de conejos, de ranas, de lagartos, de uva moscatel y
después… ¡nada mas! El alimento, decía, le
producía tantas ansias y estaba tan desganada que no podía pasar
bocado [14].
Cuando Pinocho despierta, se entera que sus “amigos” se han ido. Y pregunta al hostelero:
-¿Y pagaron la cena?
-¿Qué dice? Aquellas
personas son demasiado educadas para hacerle semejante afrenta a su
Señoría.
-¡Vaya! ¡Cómo me hubiera complacido la tal afrenta 15]
El de Collodi es un humor corrosivo, quemante, diluyente. Así
cuando ridiculiza los dictamenes de los médicos que examinan a
Pinocho. Ante la invitación del hada para que expresen su
opinión acerca de si el muñeco esta vivo o muerto, el
cuervo
…adelantandose de primero, pulsó a Pinocho, luego le
tocó la nariz, después el dedo meñique del pie derecho, y
una vez que lo hubo tocado, pronunció solemnemente estas palabras:
-Para mí, y según mi humilde opinión, el títere
esta perfectamente muerto; pero si por desgracia no estuviera muerto,
¡entonces sería una señalinfalible de que esta vivo!
-Mucha pena me da –dijo la lechuza- tener que
contradecir al distinguido cuervo, mi ilustre colega y amigo. Pero para mí el títere esta vivo. Mas
si por desgracia no estuviera vivo, ¡entonces sería síntoma
infalible de que en realidad esta bien muerto! [16
El humor persiste en esta compasiva escena que tiene lugar en el gallinero,
luego de que el campesino ha atrapado y encerrado en una talega las cuatro
garduñas que le robaban:
¡Al fin las tengo entre mis manos! Podría y
debería castigarlas, pero no soy tan canalla. Me
contentaré con llevarlas mañana al mesonero vecino, quien les
hara el gran honor de pelarlas y guisarlas y servirlas a sus comensales,
como
si fueran liebres. Es una deferencia que no merecen por ladronas pero los hombres generosos como yo, ¡no nos fijamos en esas
pequeñeces![17].
Y en esta, en la que un pescador desea comerse a
Pinocho:
-¿Comerme? ¿Pero no oyes que te digo que
yo no soy pez? ¿O es que eres sordo y no sabes que te
estoy hablando como
me hablas tú?
-Todo lo oigo –agregó el pescador-, y por lo mismo que eres un pez que tiene la fortuna de hablar y de razonar como yo, quiero tratarte con todas las consideraciones del caso.
-¿Y se puede saber cuales son esas
consideraciones?
-En señal de amistad y de especial estimación, te
permitiré que escojas la manera como
deseas ser guisado. ¿Te gustaría ser freído en una cazuela
con aceite? ¿O quiza teagradaría mas ser cocido en
un cazo, con salsa de tomate 18]
LO FORMATIVO
¿Qué la obra tiene mensajes formativos? ¡Claro que los
tiene! Pero de ninguna manera llegan estos a imponerse, a predominar, a
enseñorearse de la atmósfera narrativa que, cual río caudaloso,
pasa por encima de esos mensajes como el agua por sobre las piedras. Pero si ese discurso “formativo” no llega a asfixiar al
lector, se debe, fundamentalmente, a que no es el narrador quien lo pronuncia,
sino algunos de los personajes que tratan de hacer entrar en razón a
Pinocho.
Así cuando el palomo complaciente hace un alto en su vuelo para saciar
su sed y el hambre del
muñeco que lleva sobre su lomo, y entran al palomar en el que
había una vasija llena de agua y una canasta repleta de arvejas
El títere nunca en su vida había podido comer arvejas.
Decía que le producían nauseas y le revolvían el
estómago; pero esta vez se dio un enorme hartazgo y cuando se las
acabó, dijo al palomo:
-¡Nunca hubiera creído que las arvejas fueran tan deliciosas!
-Hay que persuadirse, mi querido –contestó el palomo-, que cuando
uno tiene del
hambre verdadera, y no hay nada mejor qué comer, todo le resulta
exquisito. ¡El hambre no tiene caprichos, ni es golosa, ni remilgada 19]
O cuando el hada le habla a Pinocho sobre la bondad del trabajo:
-…detesto trabajar. Eso me fatiga mucho.
-Hijo mío –dijo el hada-, aquellos que piensan semejante cosa,
¡acaban siempre en lacarcel o en el hospital! El hombre, y tenlo
por sabido, nazca rico o pobre, esta en la obligación de hacer
algo útil y de ocuparse en algún trabajo en este
mundo. Cuidado con dejarte llevar del ocio, porque es una enfermedad
muy fea y hay que curarla desde temprano en los niños, porque, de no ser
así, cuando sean grandes ya no hay remedio [20].
EL NON-SENSE
A mas del
caracter simbólico de muchos de los personajes y situaciones de
la obra, Collodi echó mano a un recurso eficacísimo para meterse
en el bolsillo a los pequeños lectores de todo el mundo: el uso de los
pasajes aparentemente inexplicables o disparatados.
Así por ejemplo el encarcelamiento que sufre Pinocho por haber sido víctima del robo de sus cuatro monedas de oro…
El muñeco se ha dejado embaucar por la zorra y el gato, y un papagayo le echa en cara su simpleza. Desengañado,
Pinocho denuncia el robo ante un juez cuya descripción es ya un anticipo
del tipo de sentencia que dictara
El juez era un viejo mono de la raza del gorila, respetable por su edad, por su
barba blanca, y especialmente por sus bellos anteojos de oro, sin vidrio, los
que estaba obligado a usar continuamente a causa de una fluxión en los
ojos que lo atormentaba desde hacía muchos años[21].
Después de la exposición de Pinocho –y en una escena de
corte kafkiano- el juez ordena a dos perros, vestidos de gendarmes:
-A este pobre diablo le han robado cuatro monedas de oro:
¡agarrenlo ymétanlo preso en seguida![22]
Todo este capítulo –para nuestro gusto uno de los mas
logrados de la obra- nos traslada, vía intertextualidad, al mundo de
las nursery rimes con las que arrullaron a los infantes ingleses las
institutrices de la época victoriana; a los mejores pasajes de Alicia en
el país de las maravillas; a los versos que memorizamos cuando
niños, a fuer de escuchar repetirlos a alguna amorosa –y achacosa-
tía abuela de voz quebrada:
En la Villa de Ramsés
van las cosas al revés:
se camina con las manos
y se aplaude con los pies;
el ratón persigue al gato
y el ladrón condena al juez…
Pero creemos que en escenas como
la citada no solo hay un juego de sinsentidos,
sino algo mucho mas ambicioso. Efectivamente, creemos ver, detras
de esa mascara de mono, un juez llamado
Lorenzini, que ha sentenciado a la carcel a los ingenuos. Recordemos que
ya en los primeros capítulos, se puso el traje de gendarme y
encarceló, en Geppetto, a los padres que no han
logrado educar bien a sus hijos…
UNA HISTORIA PARA CHICOS INTELIGENTES
La novela de Collodi no subestima a sus lectores; no les dibuja nada: les
sugiere; no repite: matiza; no explicita: deja, mas bien, que se
infiera.
Nos referimos a situaciones como la que se produce cuando
Pinocho advierte que el gato cojea de la mano derecha, porque le falta la zarpa
con uñas y todo. Y le pregunta:
-¿Qué fue de tu zarpa?
El gato quiso contestar pero, comoera tan estúpido, se
embrolló todo. La zorra, para evitar que dijera una animalada y
dañara las cosas, respondió rapidamente:
-Mi buen amigo es demasiado modesto y no contara lo que
le sucedió. Hablaré yo por él: Hace una hora, mas o
menos, hallamos por un camino a un viejo lobo casi
desmayado de hambre, que nos pidió limosna. No teniendo nosotros ni siquiera una espina de pescado para darle,
¿qué hizo mi noble amigo, que tiene un corazón de
César? ¡Se arrancó con los dientes su zarpa delantera y se
la arrojó al pobre lobo para que se reconfortara u
poquito![23]
Nótese que, en ningún momento, el narrador recuerda a sus
lectores lo que le sucedió en capítulos anteriores a Pinocho,
cuando fue emboscado por dos asesinos, uno de los cuales trató de meter
su cuchillo en los labios del muñeco. Pero este
le agarró la mano con los dientes, se la cortó de un mordisco y
vio que escupía una zarpa de gato… Ni aquí se dice que se
trataba del
gato ladrón, ni mas adelante se menciona la escena de la pelea.
Esto es algo que deberían aprender algunos narradores
contemporaneos, que consideran que sus lectores son retardados mentales
y los atosigan con parrafadas de innecesarias explicaciones.
EL QUE LA HACE, LA PAGA…
Mucho mas aleccionadores que los textos explícitamente
“formativos” son los episodios en los que vemos cómo han terminado los personajes que obraron mal.
Después de que el atún los deja en tierra firme, Pinocho
yGeppetto se encuentran con dos mendigos
No habían andado aún cien pasos cuando vieron aparecer dos
pordioseros feísimos, que estaban sentados a la vera del camino pidiendo limosna. Pinocho
reconoció a la zorra y al gato, ¡pero ya no eran ni la sombra de lo que fueron en otro tiempo! El gato, a
fuerza de fingirse ciego, había acabado por enceguecerse de veras. ¡Y la zorra, vieja, tiñosa y renca, ni siquiera tenía cola! ¡Así
acabó! Aquella infeliz ladrona había caído en la
mas escualida y triste miseria, hasta el punto de verse obligada
a tener que vender su hermosa cola a un buhonero ambulante, quien la
compró para hacer un espantamoscas[24].
Mas adelante, Pinocho se compromete a trabajar
dandole vuelta a la noria. El hortelano le indica que, hasta ese momento, le había servido en ese oficio su
burrito, pero que hoy el pobre animal estaba agonizando. Entonces Pinocho se
sobregoge:
-¿Quieres dejarme ver al burrito?
-Con mucho placer.
Apenas pinocho entró en la cuadra, vio un lindo
burrito tendido sobre la paja; el desgraciado estaba moribundo de hambre y de
fatiga. Al mirarlo de fijo, el títere se dijo interiormente:
“¡Yo sé quién es este
animalito! ¡Su fisonomía no mes es desconocida!
Y acercandosele le preguntó en dialecto asnal:
-¿Quién eres?
Al oír la pregunta, el burrito abrió los moribundos ojos y
contestó balbuciente en el mismo dialecto:
-¡Soy Pa…bi…lo 25]
Castigo que pone los pelos de punto,pero que funciona, no obstante, de acuerdo
con la estricta justicia poética que hace parte de los cuentos de hadas:
el que la hace, la paga…
¿SERAFÍN O PEQUEÑO DIABLO?
¿Cómo es Pinocho? ¿Cual
es su caracter? A juzgar por lo que nos revela
el narrador de la obra, diríamos que necio, testarudo, irreflexivo,
voluble, influenciable, sordo a los consejos de la experiencia y de la
razón. Cuando el alma del grillo parlante aconseja a Pinocho, el
muñeco hace caso omiso de sus recomendaciones:
-¿Qué quieres de mí? –dijo el
títere.
-Quiero darte un consejo: vuelve atras y
llévale las cuatro monedas que te quedan a tu pobre padre, que llora y
se desespera por no haber vuelto a verte.
-Mañana mi padre sera un gran
señor, porque estas cuatro monedas se habran convertido en dos
mil.
-No te fíes, hijo mío, de aquellos que
prometen hacerte rico de la noche a la mañana. Por lo
general esas gentes estan locas o son unos bribones. Créeme, vuelve atras.
-Pues yo, en vez de hacerlo, seguiré adelante –contestó con
insolencia el títere.
-¡La hora esta muy avanzada!
-¡Quiero seguir adelante!
-¡La noche esta muy oscura!
-¡Quiero seguir adelante!
-¡El camino es peligroso!
-¡Quiero seguir adelante!
-Acuérdate que los niños que se empeñan en ser
caprichosos, tarde o temprano tienen que arrepentirse.
-¡La misma historia! ¡Me estas aburriendo demasiado!
¡Buenas noches tío grillo 26]
El mismo Pinocho confesara sus faltas:¡Cuantas desgracias
me han sucedido! Y me las merezco, porque en realidad soy un títere
testarudo y atolondrado y quiero hacer siempre lo que me dé la gana, sin
escuchar a los que tienen mil veces mas juicio que yo 27]
Hay en el alma del
muñeco una lucha entre lo instintivo y lo racional. Esta es su
reacción cuando el hada le manifiesta que, a partir del día siguiente, comenzara a
ir a la escuela
Pinocho al instante se frunció y se manifestó menos contento.
-Luego escogeras el arte o el oficio que mas te
acomode.
Pinocho se quedó serio y se puso a refunfuñar.
-¿Qué estas rezongando entre dientes?
-Decía… que ahora ya me parece un poco
tarde para ir a la escuela.
-No hay tal. Acuérdate que
para aprender e instruirse nunca es tarde.
-Pero yo no quiero aprender ni artes ni oficios
-¿Por qué? Porque detesto trabajar. Eso
me fatiga mucho[28]
Pero no todo es negativo en Pinocho. Hay en su interior una nobleza que se
manifiesta en no pocas oportunidades. Así cuando el granjero le pregunta
cómo pudo descubrir el complot de las cuatro garduñas que robaban
sus gallinas
El títere hubiera podido contar todo cuanto oyó. Es decir,
hubiera podido descubrir el pacto vergonzoso que Melampo tenía con las
garduñas, pero recordando que el perro había muerto, pensó
al instante: “¿De qué sirve acusar a los que ya no existen?
¡Los muertos, muertos estan, y lo mejor es dejarlos que descansen
en paz!”[29
Así mismo cuando descubreque la niña de los cabellos color de
turquesa ha muerto:
Cayó boca abajo, y cubriendo de besos aquel marmol mortuorio,
estalló en amargo llanto.
Lloró toda la noche, y al día siguiente, al amanecer,
todavía lloraba, aun cuando ya no tenía ni
una lagrima en los ojos. Sus gritos y lamentos eran
tan agudos, que el eco los repetía en todas las colinas circunvecinas.
Llorando decía:
-¡Ay hadita querida, ¿por qué
estas muerta? ¿Por qué en vez de ti no morí yo, que
soy tan malo, mientras que tú eras tan buena 30]
O la vez en que Alidoro, el perro policía que iba a cazarlo, empieza a
ahogarse:
Cuando el pobre perro sacó otra vez la cabeza fuera del agua,
tenía los ojos aterrados y vueltos al revés, y al ladrar
decía:
-¡Me ahogo! ¡Me ahogo!
-¡Revienta! –le gritaba de lejos Pinocho, el cual
se veía, ahora mas que nunca, libre de todo peligro.
-¡Ayúdame, Pinocho mío, salvame de la muerte!
Al oír este grito desgarrador, el
títere, que en el fondo tenía un excelente corazón, se
compadeció, y dirigiéndose al perro le dijo:
-Si ayudo a salvarte, ¿me prometes no aburrirme mas corriendo
detras de mí?
-¡Te lo prometo, te lo prometo! ¡Date
prisa por caridad, porque si vacilas medio minuto, me muero!
Pinocho lo pensó un poco; pero acordandose que su padre le
había dicho muchas veces que de hacer una buena acción nunca se
arrepiente uno, fue nadando al encuentro de Alidoro, y tomandolo con las
dos manos de la cola, lopuso sano y salvo sobre la arena seca de la playa[31].
Pinocho se agiganta frente a la adversidad y no solo da muestras de valor, sino
que infunde valor a los demas. Así cuando esta con su
padre en altamar y, a pesar de que él mismo se siente desfallecer, finge
tranquilidad para evitar que el anciano se abandone a la muerte:
-¡Valor, papa! Dentro de pocos minutos llegaremos a tierra y
allí te calmaras.
-Pero, ¿en dónde esta esa playa bendita?
–preguntó el viejito cada vez mas inquieto y recogiendo la
vista como
hacen los sastres cuando enhebran la aguja. Hace rato miro
a todas partes y no veo mas que cielo y agua.
-¡Pero yo veo también la playa! –dijo
el títere-. Para que lo sepas, yo soy como los
gatos: ¡veo mejor de noche que de día!
El pobre Pinocho fingía estar de muy buen humor; pero
a veces… a veces se sentía también descorazonado.
¡Las fuerzas se le agotaban; la respiración le faltaba, y en suma,
ya no podía mas…! ¡Y la playa estaba siempre lejana 32]
Ya en tierra, después de que el atún los ha salvado, Pinocho
empieza a trabajar esforzadamente para mantener a su padre. Logra ahorrar
cuarenta sueldos con los que decide adquirir un traje
nuevo, pero al enterarse de que el hada esta enferma en un hospital y no
tiene con qué comprarse ni un bocado de pan, entrega gustoso el dinero
que tiene para la recuperación del
hada. Y a este mérito añade otro: el de que “no sepa su
izquierda lo que hace su derecha”:Cuando Pinocho
volvió a casa, su padre le preguntó:
-¿Y tu vestido nuevo?
-No encontré nada que me acomodara. ¡Paciencia! Ya
lo compraré en otra ocasión.
Aquella noche Pinocho, en vez de velar hasta las nueve, veló hasta mucho
después de media noche; y en lugar de ocho canastas de junco, hizo dieciséis[33].
Y, claro, el sacrificio tiene su recompensa. La choza
se convierte en casa y los harapos en un lindo vestido
nuevo. Al meter las manos en los bolsillos del flamante traje,
Pinocho se lleva una sorpresa: ¡hay cuarenta monedas! Pero no son los
cuarenta sueldos de cobre, de los que tan generosamente se había
desprendido: ¡son cuarenta refulgentes libras de oro! (que
nos hacen pensar en la promesa evangélica: “Yo os
multiplicaré lo que diereis en mi nombre”). Pero
falta todavía la sorpresa mayor. Al dirigirse al espejo y mirarse
en él, no vio muñeco alguno, sino… ¡la imagen de un lindo niño con cabellos castaños, ojos
azules y una sonrisa solo comparable con una pascua de Navidad…!
¿Qué ha sucedido con Pinocho? ¿Se ha transformado acaso en
serafín un pequeño diablo? ¡Por
cierto que no! Un niño normal no es ni lo uno
ni lo otro, pero participa, como
todo ser humano, de ambas naturalezas. Pinocho no es sino un
niño que debe aprender a caminar en la vida. Y todos sabemos que ese aprendizaje comporta gateos, incorporaciones, pasos
titubeantes, trastabilleos, resbalones, caídas, levantadas y nuevas
caídas… Se da enél, como
en todos los niños del
mundo, un proceso de conocimiento de la realidad que pasa previamente por el
re-conocimiento de sí mismo, por el autoconocimiento. Es un circuito de veras oneroso, por el que se debe pagar
altísimos precios: estafas, desengaños, humillaciones, intentos
de asesinato, trabajos forzados, esclavitudes, remordimientos, combates contra
los seres humanos, los animales y la naturaleza. Nada de lo que consigue
finalmente Pinocho en este proceso de conocimiento y
de crecimiento es gratuito.
LA HUELLA DE LOS CLASICOS
Como admirable traductor de Perrault que fue Collodi, el florentino
logró imbuirse de la atmósfera magica, de la estructura
funcional y del caracter simbólico de los cuentos de hadas, y
proyectar estos elementos en Pinocho. Lo primero esta presente en
toda la estructura del relato, de principio a fin: en el leño que se
queja cuando el maestro Cereza intenta darle forma con el hacha, en el
muñeco que cobra vida, en la animización de los personajes
animales que interactúan con los seres humanos como la cosa mas
natural del mundo, en la presencia de la niña de los cabellos color de
turquesa –que, al igual que Pinocho, crece también a lo largo del
relato, y toma una nueva apariencia-, en la carroza tirada por cien parejas de
ratoncillos blancos, en la nariz que crece ante las mentiras dichas, en la
transformación que sufren los niños ociosos en burros y en la
metamorfosis queexperimenta Pinocho, al dejar de ser un muñeco y
convertirse en niño…
Lo segundo se evidencia en las funciones de oposición y
complementariedad que desarrolla la obra, tales como la recompensa que premia
las buenas acciones o el castigo que se recibe en pago de las vilezas
cometidas; la situación de pobreza inicial, que se transforma en
opulencia final, luego de que el héroe ha logrado salir airoso de las
pruebas a las cuales fue sometido; el gozo que se experimenta al final de la
aventura, después de los sufrimientos soportados a lo largo del camino
recorrido, etc.
Lo tercero se manifiesta en las innumerables evocaciones que suscitan en el
lector algunos personajes y situaciones, como el grillo parlante, que se
convierte en una especie de conciencia del muñeco; la zorra astuta y el
gato ladrón, al igual que el vago de Pabilo, que representan lo
instintivo del ser humano; el hada, que proyecta la figura materna; el palomo
complaciente, el perro Alidoro y el atún que también estuvo
cautivo en el vientre del pez tragamares, que traslucen valores como la
solidaridad, la gratitud, la compasión; el crecimiento de la nariz del
muñeco, que sugiere la deformación que sufre el espíritu
del deshonesto, del corrupto, del que falta a la verdad; la
transformación de los niños ociosos en burros, que nos lleva a
pensar en el proceso de envilecimiento de algunos seres humanos que han perdido
el sentido de la vida; el milagro de que unmuñeco de madera se convierta
en niño, que simboliza el crecimiento espiritual, la madurez lograda por
el héroe después de haber descendido a los infiernos, como Odiseo
antes de emprender el retorno a los brazos de Penélope.
¿STORIA DI UN BURATTINO?
¿Es realmente Pinocho la historia de un títere se pregunta con sobrada razón la crítica argentina
Graciela Pacheco de Balbastro[34]. Porque un títere es, de acuerdo con
la definición que de esa palabra nos da el Diccionario de la Real
Academia Española de la Lengua, “un muñeco de pasta u otra
materia que se mueve por medio de hilos u otro procedimiento” o, una
“persona que se deja manejar por otra”.Y por cierto que Pinocho no
es ni lo uno ni lo otro. ¿Cuales son los hilos
por medio de los cuales se mueve? ¿Quién
es el titiritero que maneja esos hilos? ¿Por
quién se deja manejar Pinocho? El lector atento se habra
dado percatado que, ya desde la misma entraña de la madera en que cobra
vida, Pinocho protesta, se queja, bromea, provoca altercados, lanza golpes, ríe;
vale decir que tiene un comportamiento autónomo y una conducta que no ha
sido ni siquiera influenciada por nadie, peor manipulada. Cuando Geppetto da
forma a esa madera, lo
primero que hace la boca semiconcluida es sacar la lengua; los brazos y las manos
terminados tienen como
primera ocupación quitarle al viejo carpintero su peluca, para
después hundírsela en la cabeza, dejandole casi asfixiado.
Geppettoenjuga una lagrima ante la falta de respeto de su hijo y, no
obstante, da forma a las piernas y a los pies del muñeco.
Y recibe como
pago una patada en la punta de la nariz. ¿Es este,
acaso, el comportamiento de un títere?
Mas adelante, Pinocho se lanza a la aventura sin escuchar los consejos
de su padre ni de ninguna persona sensata; el pobre grillo parlante recibe un
tremendo garrotazo que lo deja tieso y pegado a la pared, por el solo hecho de
haberle advertido sobre las desgracias que podrían sobrevenirle si no
enrumbaba su vida por el camino del estudio o del trabajo. Ni si quiera la
linda niña de los cabellos color de turquesa tiene el poder suficiente
para hacer entrar en razón a Pinocho: él solo se obedece a
sí mismo, a su voluntad y a sus caprichos, y únicamente
después de haber sufrido en carne propia las consecuencias funestas de
sus actos; después de haberse dado cuenta de la naturaleza ruin de su
proceder, es él mismo quien reacciona y toma la decisión de
cambiar. Aquí no hay, pues, ni títere ni
marioneta a la vista. Y si lo hay, ese no es Pinocho,
para nada, porque él
puede claudicar ante las tentaciones, puede dejarse influenciar por las malas
compañías, pero ejerce en toda la obra su libre albedrío.
Si hablamos de títere, pensemos mejor en el pobre Geppetto, que fue cera
tibia en las manos del
niño de madera.
En un pasaje de la obra Pinocho trabaja de
títere, pero como en otros lo hace
deestudiante, o como
da vueltas la noria para poder comprar un vasoi de leche para su padre. Pinocho
no tiene hilos, no tiene un guante que lo mueva; nadie
le presta ni la palabra, ni la voz, ni los rebuznos, ni los sollozos. Pinocho
es un niño como cualquier otro… Solo en un detalle es diferente: es un niño de madera que trata de ser
un niño de carne.
A diferencia de Peter Pan, metafora del niño que no quiere abandonar su
infancia, Pinocho quiere crecer, quiere crecer por dentro y por fuera[35].
ASCENDIENTES Y DESCENDIENTES DE PINOCHO
Que “nada hay nuevo bajo el sol 36] nos
lo recordó Salomón hace ya miles de años, como
queriendo revelarnos que todo en la vida se repite de una manera
cíclica, y que la originalidad reside no tanto en lo que se dice o se
cuenta, sino en la forma y en el detalle con que se lo hace. Así vimos
que, para el caso de la literatura, la sentencia bíblica tuvo cabal
cumplimiento en obras como
las de Shakespeare, cuyos argumentos nada tuvieron de originales, pero que en
las manos del
genial dramaturgo inglés se convirtieron en armazones para el montaje de
perlas y diamantes.
¿Cuan original es el argumento de Pinocho?
¿Se lo inventó Collodi? ¿Lo leyó en algún viejo libro de historias?
¿Lo entresacó de los cuentos clasicos que con tanto
acierto tradujo? ¿Se lo contó alguien?
He aquí lo que asegura su compatriota –también nacido en
Florencia-, el gran escritor Giovanni Papini
Mucho se hahablado acerca de la originalidad de Pinocho, y, sobre todo,
del hallazgo inicial, pero yo recuerdo que mi madre me contaba de
pequeño, cuando el libro de Collodi acababa de salir, un extraño
relato del que solo recuerdo el título: El hombrecito de
madera(L’omino di legno). Quiza aquel hombre de madera se podría encontrar en alguna
colección de cuentos toscanos, y yo supongo que también la madre
de Lorenzini se lo contaría a su hijo de pequeño[37].
Es posible que así sea; no ponemos en duda la palabra
de Papini, pero creemos que ello no mengua en nada el mérito de la obra.
Consideramos así mismo que, junto con el famoso cuento toscano, puede
haber incluso otros antecedentes, otras fuentes de la anécdota o de sus
componentes mas importantes –como
la metamorfosis del
muñeco en ser humano- que, quiza,
conoció Colllodi. ¿No son, acaso, legítimos los
recursos investigativos –el acopio de datos sobre un
tema- de los que se vale un narrador antes de iniciar la escritura de una
obra? Graciela Pacheco, por ejemplo, encuentra dos de esas fuentes
en El asno de oro y en elGolem[38].
Como es conocido, Apuleyo escribió hacia el año 170 d.C. la
asombrosa novela Las metamorfosis o El asno de oro -como se
la conoce desde San Agustín-, en la que narra las vicisitudes del joven
Lucio, transformado en asno por sus aficiones magicas.
Graciela Pacheco hace notar que tanto Pinocho como Psique y el mismo Lucio son
víctimas de sucuriosidad; sufren una serie de pruebas antes de su
encuentro con la divinidad, con la voluntad superior que pone fin a sus
desdichas: Júpiter en el caso de Psique, Isis en el caso de Lucio, y el
Hada de los Cabellos Turquesa en el caso de Pinocho, no sin antes cumplir
dolorosos trabajos para llegar salvos: Psique baja al mundo de los muertos,
Lucio llega a las fronteras de la muerte y Pinocho al vientre del pez tragamares
(aunque también conoce doblemente el rostro de la muerte: cuando es
ahorcado por los asesinos y eliminado-resucitado por Collodi).
En cuanto al Golem, se llamó así al hombre creado por
combinación de letras; la palabra significa, literalmente, “una
materia amorfa o sin vida 39]. Borges anota que
la fama occidental del Golem es obra del
escritor austriaco Gustav Meyrink, quien en el quinto capítulo de su
novela onírica Der Golem escribió
El origen de la historia remonta al siglo XVII. Según perdidas
fórmulas de la cabala, el rabino Judah Loew ben Bezabel
construyó un hombre artificial –el llamado Golem- para que
tañera las campanas en la sinagoga e hiciera los trabajos pesados. No
era, sin embargo, un hombre como los otros y apenas lo animaba una vida
sorda y vegetativa. Esta duraba hasta la noche y debía su virtud al
influjo de una inscripción magica, que le ponían
detras de los dientes y que atraía las libres fuerzas siderales del
universo. Una tarde, antes de la oración de la noche, el rabino seolvidó
de sacar el sello de la boca del Golem y este
cayó en un frenesí, corrió por las callejas oscuras y
destrozó a quienes se le pusieron delante. El rabino, al fin, lo
atajó y rompió el sello que lo animaba. La criatura se
desplomó. Solo quedó la raquítica figura de barro, que
aún hoy se muestra en la sinagoga de Praga[40].
¿Cuanta razón le asiste a la crítica argentina
al relacionar a Pinocho con el Golem? Posiblemente mucha.
Aun cuando no demuestra fehacientemente esa relación,
la deja marcada, quiza mas a nivel intuitivo que probatorio, lo
que no deja de ser provocador y valido. Para ella,
tanto el Golem como
Pinocho funcionan a nivel de íconos, de temas recurrentes que originan
una realidad intersubjetiva creciente, hasta el punto de instalarse en la imaginación
colectiva y desembocar en el transformismo.
Pero si bien estos son algunos de los que podríamos
denominar “ascendientes” de Pinocho, ¿cuales
serían algunos de sus “descendientes” mas famosos?
Empecemos por decir que Pinocho es uno de los primeros libros que la
mayoría de niños del mundo han leído
después de dominar el abecedario. No solo se ha traducido y adaptado a
cientos de lenguas; no solo se han escrito miles de paginas en su
elogio, sino que ha dado lugar a la creación de otros “pinochos”,
creados a su imagen y semejanza (como sucedió con Robinson
Crusoe y las “robinsonadas”).
Así el Pinocho español, creado por Bartolozzi y publicado por
laEditorial Calleja, tuvo como antagonista a Chapete, el muñeco de
trapo, y fue llevado a vivir aventuras en la China, en la Luna, en el fondo del
mar, en el Polo Norte, en la India y en la Isla Desierta.
Otro Pinocho italiano, pero contemporaneo, fue el creado por Gianni
Rodari, quien en su cuento Pinocho el astuto[41], presenta al
muñeco diciendo continuamente mentiras para que le crezca la
nariz, que es aserrada y convertida en madera. Pinocho llega a convertirse en un gran industrial de la madera, mas rico y ambicioso cada vez.
El cuento propone al lector tres finales, a cual mas
disparatado y sarcastico que otro.
El Pinocho norteamericano fue una creación de Walt Disney y sobre
él han llovido toda clase de cuestionamientos,
debido especialmente a la trivialización que sufre el héroe de
Collodi, al cual se le despoja de sus raíces históricas y
psicológicas.
Esther Benítez, una de las críticas mas radicales del artista estadounidense ha escrito lo que sigue la imagen del muñeco de madera la
estereotipó Walt Disney. Y creo que si alguien consiguió hacernos
desagradable la figura de Pinocho, fue Disney; con su almibarada
fantasía y su omnipresente sadismo, toda figura de la literatura
infantil que tocó su mano quedó corrompida para siempre en la
mente de los niños que la sufrieron[42].
Hay también un Pinocho austriaco: el de
Christine Nöstlinger, quien recrea el texto y poda elementos considerados
por ellacomo pedagógicos. Se trata de El nuevo Pinocho, que para
algunos resulta “mas humano y auténtico que el otro,
mas portador de buenos ideales, menos egoísta, mas
víctima de las circunstancias y, por eso, mas capaz a ultranza de
discernir su futuro, actuar sobre el mismo y ser un ejemplo para otros
niños”[43].
Yo diría que también en la literatura ecuatoriana hay
clarísimas reminiscencias delPinocho de Collodi. ¿En
qué obra creen ustedes, amables lectores, que puede mostrarse este parentesco? ¿Dieron ya con ella
y con su autor? Sí, efectivamente. Me refiero a esa novela para pre-adolescentes que, para mi gusto, es
una de las cifras mas altas alcanzadas por un autor nacional en su
género: El fantasmita de las gafas verdes, de Hernan
Rodríguez Castelo.
Al igual que Pinocho, el fantasmita es un ser sumamente inquieto, que anhela
transformarse en ser humano; siente una viva curiosidad
por conocer la vida y el mundo de la gente. Solamente después de
protagonizar una serie de aventuras, a cual mas interesantes, y de
conocer de cerca la alegría, el amor, el dolor, la injusticia, la
muerte; de aprender la lengua de los hombres y de indagar sus costumbres y
sentimientos, logra abandonar su naturaleza fantasmal y convertirse en un
niño de carne y hueso.
Anotemos finalmente que, entre las numerosas ediciones críticas que se
han publicado de la obra se destacan la de A. Camilli en 1946, la de Fernando
Tempesti en 1982, y la deOrnella Castellani Pollidori en 1983. Y entre los ensayos
mas importantes estan el de Gerard Genet: Analisis
estructural de Pinocho –publicado por la Fundación Collodi en
1970-, y el de Alain Gay: Cómo convertirse en alguien, o
cómo Pinocho deja de ser un muñeco para
convertirse en un niño –que apareció en la Revista de
Libros para Niños en 1990-.
La Fundación Collodi, que esta instalada desde 1993 en Villa
Arcangeli, en Florencia, cuenta con una excelente biblioteca, coordina
investigaciones, publica un boletín periódico y organiza
coloquios que revelan aspectos desconocidos sobre Pinocho.
MIL Y UN INTERPRETACIONES
La naturaleza ambigua del texto y el caracter
simbólico de muchos de los elementos que lo integran han hecho de
Pinocho una obra que se ha prestado para mil y un interpretaciones por parte de
exegetas de todo el mundo.
Una de las mas curiosas es la de Gian Luca Pierotti,
que pretende encontrar en Pinocho una cantera de simbología
cristológica. Según Ítalo Calvino, la idea de leer
la historia de este hijo putativo de un carpintero como alegoría de
Jesucristo no es nueva, ya que Piero Bargelini lo hizo en 1941[44]. Y
anota que Pierotti va mucho mas alla, ya
que sus puntos de referencia no son solo los Evangelios canónicos sino
incluso los apócrifos (gran parte de los cuales tratan de la infancia de
un Jesús travieso o simplemente díscolo) y otros textos de
caracter tradicional. ¿Los resultados?Una
lectura que encuentra sorprendentes equivalencias en aspectos tales como la circuncisión (nariz picoteada por los
pajaros carpinteros), el bautismo (el agua que vierte sobre la cabeza de
Pinocho el viejecito con gorro de dormir), la Última Cena (comida en la
Hostería del Cangrejo Colorado),
la agonía de Jesús (la exclamación de Pinocho:
“¡Padre mío! ¡Si estuvieras aquí! cuando los asesinos van a matarlo), etc.
No faltan interpretaciones que relacionan a Pinocho con Dante, con el
neoplatonismo y hasta con el tantrismo, así como las que vinculan al
Hada de los Cabellos Color de Turquesa con la diosa Isis. Y son también
frecuentes las interpretaciones psicoanalíticas, que presentan diversos
tipos de equivalencias, desde las mas faciles (nariz alargable y
pecaminosa 45] hasta las mas complejas
(conflicto entre naturaleza materno-vegetal y cultura como super yo – grillo parlante).
¿Y qué decir de las interpretaciones graficas que se han hecho de nuestro héroe en todo el mundo?
Después de las ilustraciones realizadas por Ugo Fleres para elGiornale
per i bambini, en 1881, son de interés bibliografico las de
Enrico Mazzanti –conocidas como “las auténticas” y
bendecidas por Collodi-, de 1883; las de Giuseppe Magni, de 1895; las de
Carlo Chiostri, de 1901; las de Atilio Mussino, de 1911; las de Luigi y
María Augusta Cavalieri, de 1924; las de Atilio Cassinelli, de 1981,
hasta llegar a las de Roberto Innocenti, de 1988.En un hermoso artículo,
Irene Vasco escribe al respecto:
Uno tras otro, los ilustradores italianos han recreado y adaptado a Pinocho a
su antojo. Durante el transcurso del siglo XX, con mejores o peores
ilustraciones, Pinocho mantuvo su caracter de niño italiano. Pero al caer, en 1943, en manos de Walt Disney, su destino se
retorció irremediablemente. A partir de la película, las
ediciones rapidas -para consumidores desinformados sin pretensiones
culturales- se multiplicaron hasta reducir a Pinocho a una pobre caricatura sin
pena ni gloria.
Pero como hasta en las mas horribles aventuras siempre es posible
esperar un final feliz, Roberto Innocenti, artista autodidacta florentino que
remozó y enriqueció el espíritu original de la
creación de Collodi, devolvió con su interpretación el
ambiente, el entorno y la cultura de la época, en ilustraciones con
enorme calidad artística[46].
Por ello consideramos también oportuno traer hasta nuestros lectores
estas palabras pronunciadas por la artista colombiana María Osorio, en
la entrega de diplomas de la Lista de Honor de IBBY (International Board on
Books for Youn People[47]), que tuviera lugar en Berlín, en
septiembre de 1992, en Berlín, durante el vigésimo tercer
Congreso Mundial de esa organización, y con las cuales concluimos el
presente estudio:
Quien nos puso, codo a codo, a Roberto Innocenti y a mí para ver a
cual de los dos le creció la nariz por mentir sobrela imagen de
Pinocho, sufrira una decepción.
Las mil y un interpretaciones publicadas que deben
existir sobre el muñeco son todas verdaderas.
Para cada lector, una lectura especial.
Lo triste es que cada lector no intente su versión ilustrada de Pinocho,
y de todos los libros que lee.
Los momentos de lectura feliz se pueden enriquecer y apropiar con mas
intensidad ilustrandolos, así sea una ilustración tosca e
inexperta, un par de líneas que se dejen llevar por una idea
una culebra que parece un sombrero porque se comió un elefante.
Si siguiendo mi idea ustedes intentan ilustrar a Pinocho, no necesitan dibujarle
un escenario en el tiempo y el espacio.
Todos somos propietarios del
mundo y sus milagros y Pinocho, como milagro del mundo, es universal
y eterno. .
Es mas, siendo un poco egoísta, pienso y
siento que Pinocho es latinoamericano.
Es sentimental como
los latinoamericanos.
Es pobre como
los latinoamericanos.
Es analfabeto como
los latinoamericanos.
Esta hecho de palo, de palo’e sangre del
Amazonas, como
los latinoamericanos.
Ha podido sobrevivir con las mentiras como los latinoamericanos.
Cuando el Pinocho que somos los latinoamericanos dice la verdad, no le crece la
nariz, le crece la deuda externa, la crisis sociopolítica y el complejo
de mudo.
Para no extenderme mas, les propongo un
intercambio
Admitan que Pinocho es latinoamericano
Y nosotros admitiremos que la gran selva amazónica eseuropea.
Así estaran obligados a salvarla, y con
ella al mundo.
Por último, propongo un canje mas
pequeño.
Signor Innocenti: aquí traigo un Pinocho
colombiano, ahorcado, muy ahorcado, para intercambiar por un Pinoccio europeo.
ALGUNOS JUICIOS CRÍTICOS
La madera en que
esta tallado Pinocho es la Humanidad, y él se yergue en pie y
entra en la vida como
el hombre que emprende su noviciado; fantoche, sí, pero enteramente
espiritual. La narración esta llevada con gran desenvoltura,
entre muchas piruetas de la imaginación, reflexiones e impulsos, sin
caer nunca, ni mucho menos, en lo extravagante o en lo insulso.
BENEDETTO CROCE
Cien años, una fama extendida a todo el planeta y a todos los idiomas,
la capacidad de sobrevivir indemne a los cambios del gusto, de las modas, del
lenguaje, de las costumbres, sin conocer nunca períodos de eclipse o de
olvido (y en un campo tan sujeto al desgaste de las estaciones como el de las
lecturas infantiles); luego, un círculo cada vez mas vasto de
cultores incondicionales entre críticos y autores de la literatura
“adulta” y el consiguiente ensancharse de la bibliografía
pinochológica: ¿qué falta a este balance para calificarlo
de triunfal? Esto: el lugar que en cien añosPinocho se ha ganado en
la historia literaria es, ciertamente, el de un clasico, pero el de un
clasico menor, mientras es hora de decir que debe considerarsele
entre los grandes libros de la literaturaitaliana, algunos de cuyos componentes
necesarios, sin Pinocho, faltarían.
ÍTALO CALVINO
Nunca antes y pocas veces después en la literatura para niños ha
habido tanto humor, centímetro por centímetro, y esto vuelve a
Pinocho sencillamente delicioso. Por otro lado, es una novela en la que suceden
cosas, una tras otra, sin parar, y la acción –mis queridos
escritores de literatura infantil-, amén del humor y del juego, es la base de un buen relato.
EDGAR ALLAN GARCÍA
Collodi era un artista, y su obra maestra es un libro
escrito en estado de gracia… Es un microcosmos
en el que se refleja la variada armonía del mundo.
P. TROMPEO
Mas de doscientas traducciones hay esparcidas de Pinocho por
el mundo. Esta perla de nuestra literatura ha sido vertida a todas las lenguas
habladas y a muchos dialectos… Pinocho, al que los
entendidos llaman la “Biblia del corazón”.
A. SABINO
En una historia de la literatura italiana para la
infancia, Pinocho es de importancia fundamental. Después de la
unificación del
reino se hizo sentir la preocupación de una literatura que educase a las
nuevas generaciones. A esta labor concurrieron algunos de los mas
ilustres escritores de la época: desde Martín a Thouar, a
Pistelli, a la señora Baccini, pero todos o casi todos se movían
en el terreno de la pedagogía católica tradicional, traducida en
la practica en una preceptiva arida que terminaba considerando al
estudiante mas como objeto que comosujeto de la educación. La
educación –si así se puede llamar- de Pinocho es, por el
contrario, el fruto de la experiencia directa, de errores personalmente
superados. Sus propios maestros, el Hada de los Cabellos de Turquesa, el Grillo
parlante, Geppetto, etc.,se limitan a aconsejarle, a
preparar el ambiente, pero jamas intervienen para modificar la voluntad
o las acciones del
muñeco.
G. GIGLIOZZI
Queda confirmado que el sentido del libro podra encontrarse
en el espacio-tiempo situado entre la censura y el “retorno de lo
reprimido”. El extraordinario éxito que alcanzó se debe,
posiblemente, a esa misma ambigüedad que no pocos
le reprochan. Algunos padres y maestros lo aprecian por su moralismo; los
niños, por el contrario, se alegran de encontrar en él la propia
madera de la que estan hechos; proyectan sobre ese feo monigote de nariz
eréctil todos los deseos de desobediencia y de independencia que forman parte
de su ansia de vivir.
Me parece poco probable que Pinocho sea una obra efectivamente
pedagógica –y en esto discrepo con Christine Nöstlinger-. Se
trata, mas bien, de un texto proyectivo,
metafórico, que cuenta sin ambages la adquisición de la
conciencia de un niño que no tiene pleno dominio sobre sus sentidos ni
sobre sus movimientos y que todavía no es una persona, puesto que sus
padres no lo han reconocido como
tal.
MARC SORIANO
Pinocho, traducido a mas de doscientas lenguas, con cientos de
edicionesilustradas y que dio origen a numerosas
“pinochadas”, nos sitúa ante una figura muy
popular
-aunque no lo sea tanto el libro-. Pinocho es recomendado por sus virtudes, por
el triunfo del bien
frente al mal, por ese muñeco de madera
atrevido y maleducado convertido, finalmente y gracias a su bondad, en un
niño ejemplar que cuida de su papa. Esta es, al
menos, la lectura que hacen los adultos.
¿CUAL ES LA
DE LOS NIÑOS?
(…) La historia es la socialización de un
niño, el desarrollo que cualquier pequeño necesita desde el
egocentrismo hasta la responsabilidad. Por eso, es una historia que todo los
niños del
mundo pueden leer y en la que pueden sentirse reconocidos. El Pinocho de madera representa el mito de la infancia
anarquica, que solo desea comer, beber, dormir y divertirse, y este es
el modelo que los niños adoran y con el que se sienten identificados.
ANA GARRALÓN
La metamorfosis del
muñeco en niño es el momento en que el cuento culmina en su
moraleja mas profunda. Todas las aventuras del trozo de madera informe,
desde el principio hasta el final, son el proceso de la transformación
de la materia inanimada, del instintivo al ser humano con conciencia moral y
espíritu; es un proceso de humanización. De aquí que
el cuento fantastico tenga un simbolismo muy hondo: las aventuras por
las que pasa Pinocho representan la experiencia de la vida, los peligros y el
dolor que enseñan al hombre a perfeccionarse.Del egoísmo, el
muñeco Pinocho pasara al amor y a la compasión filial del
niño.
CARMEN BRAVO VILLASANTE
Queda claro que a Pinocho diciendo ocasionalmente mentiras, cayendo a cada paso
en las tentaciones a que se ve sometido todo niño –jugar a
deshoras, pereza de estudiar, atracción del circo, el
espectaculo, las golosinas, los paseos, etc.-, lo quiere tiernamente su
padre. Esa certeza de ser amado a pesar de las pequeñas y naturales
equivocaciones de la infancia, a pesar de todo, es atractiva para el
niño: presenta un contraste tajante con la literatura de moral
rígida, en la cual los niños son castigados por los hombres y el
cielo en forma implacable, instantanea, sin posibilidad de
rectificación, y ello por faltas mínimas cometidas una sola vez.
En cambio Pinocho, para solaz y tranquilidad de sus pequeños lectores,
sigue y sigue actuando como niño y su padre no
decae en quererlo entrañablemente y perdonarle cuantas veces proceda
mal.
Pinocho es tal vez el mas famoso de los
protagonistas niños desobedientes que despiertan la simpatía del lector, a veces
inclusive la de los personajes que giran en torno a él; eso lo convierte
en un inicio firme de esa corriente.
Pinocho marca el final de la apología desmedida del niño
perfecto-veraz-culto-formal-estudioso, como
modelo de comportamiento.
https://franciscodelgadosantos.wordpress.com/2013/01/09/pinocho-de-carlo-collodi/