En el siglo XVIII, Antoine Lavoisier,
científico francés se interesó en el estudio del
metabolismo, esto es, en los productos que resultan después que digiere
el cuerpo los alimentos.
Aproximadamente al mismo tiempo que Spallanzani hacía sus experimentos,
Antoine Lavoisier (1743 – 1794) en París, se planteaba la
interrogante sobre lo que acontece al alimento una vez que ha sido adsorbido y
circula por el torrente
sanguíneo. Enunció que la suma de los numerosos
procesos químicos constituye el METABOLISMO. Fue
el primero en medir el metabolismo en el ser humano. En
el siglo XIX los trabajos de Lavoisier fueron continuados por
científicos ilustres de la talla de Liebig, Voit y Rubner. Mientras
nuevos conceptos de nutrición se desarrollaban en Alemania y otros
países de Europa, en esta misma época Pasteur en Francia
asombraba a los círculos científicos con sus descubrimientos en
el campo de la bacteriología e higiene al descubrir el valor de los
antibióticos, con lo que abrió una nueva época en la salud
pública. Y Florencia Nightingale reconoció que
el cuidado clínico de los enfermos necesitaba higiene y
alimentación adecuadas, y con ello revolucionó el cuidado
asistencial de los heridos de la guerra de Crimea.
Descubrimiento
de la calorimetría:
Otros
científicos (Priestley y Scheele) habían descubierto el
oxígeno, pero ni lo comprendían
aún, ni lo identificaban correctamente. Lavoisier
descubrió su verdadero significado. Ademas,tuvo el genio para interpretar y la habilidad para
sistematizar los conocimientos de su tiempo, y gracias a eso, la química
moderna pudo desarrollarse. ” Había demostrado
lo esencial que es para la ciencia el TOMAR LOS PESOS Y LAS MEDIDAS CON
RIGUROSA EXACTITUD. Sobre todo, por lo que respecta a la historia de la
nutrición, sus experimentos proporcionaron las bases para entender los
procesos que se verifican dentro del cuerpo humano. Esto le
valió el título de padre de la nutrición “
La respiración es algo natural en todos nosotros. Un
antiguo descubrimiento fue que sin aire, el hombre muere. Los estudiosos del
siglo XVII abordaron el problema sobre ¿Qué hace y qué es
el aire? Y descubrieron que una vela encendida, encerrada en un
recipiente, se extingue pronto, otro grupo estudiaron un ratón encerrado
en una jarra de aire, colocada sobre agua, y averiguaron que, cuando una parte del aire había
sido utilizada, el animal moría. Los experimentos de Lavoisier y su
agudeza de mente para interpretar lo que encontraba demostraron que el aliento
o respiración es un proceso químico que
consume oxígeno y que llamamos oxidación. El
oxígeno es esencial para la transformación de los alimentos en
estructura corporal humana. “De estas mediciones
y de otras efectuadas en animales, Lavoisier pudo demostrar que la
oxidación dentro del
cuerpo es una fuente de calor y energía. Sus experimentos
demostraron el principio de la calorimetría o medicióndel calor y
del trabajo en el
cuerpo; posteriormente, alcanzaron a realizar la medición del valor
calórico de los alimentos. En el apogeo de su carrera
científica, Lavoisier fue una de las víctimas de la
Revolución Francesa, y murió decapitado por la guillotina.
El trabajo iniciado por él fue llevado adelante por
otros científicos quienes edificaron sobre los cimientos puestos por
Lavoisier”.
A raíz de ese suceso infortunado, el Centro de
Investigación se mudó a la sede de un grupo de científicos
alemanes. Aquí lograron medir el calor del cuerpo en todo
momento y en distintas condiciones de dieta de trabajo. Graham Lusk (1866
– 1932) de Connecticut, estudió calorimetría en Alemania.
Al regresar a Estados Unidos, había construído ya un calorímetro y pudo investigar el metabolismo de
animales y niños sanos y enfermos. Con sus estudios, ejerció
trascendental influencia sobre los habitos dietéticos. Fue quien
primero aseguró la aceptación popular de que los adolescentes
necesitan tanto alimento como los adultos.
En 1896 W. O. Atwater, quien ha sido llamado “el padre
de la nutrición americana”
publicó el primer cuadro extenso de valores alimenticios en Estados
Unidos de Norteamérica. “En ese tiempo, generalmente se
consideraba que sólo las proteínas y las calorías eran de
importancia nutricional; hasta 20 años después E. V. McCollum
comprobó y enfatizó el concepto de “Alimentos
protectores” útiles por su contenido en vitaminas y
minerales”.