apto de Helena
por Teseo y Pirítoo
Teseo llevandose a Helena.
Anfora atica de figuras rojas. Siglo VI a. C. Staatliche Antikensammlungen, Múnich.
Helena fue famosa por su belleza desde que era una niña. Un día, mientras realizaba un sacrificio a la diosa
Artemisa, fue sorprendida y raptada por el héroe ateniense Teseo en
compañía de su amigo Pirítoo. Tras
capturarla, echaron a suertes la doncella, correspondiéndole a Teseo.
Pero cuando éste volvió a Atenas, el
pueblo ateniense no permitió la entrada de la muchacha en la ciudad,
motivo por el que Teseo la condujo a Afidna, junto a su madre Etra. A continuación, Teseo y Pirítoo decidieron marchar al
Hades para raptar a Perséfone con la intención de convertirla en
consorte de Pirítoo. Durante la estancia en el
Hades de Teseo y Pirítoo, los Dioscuros rescataron a Helena. A su vez tomaron como
prisioneras a la madre de Teseo y a la hermana de Pirítoo, que
condujeron hasta Esparta para convertirlas en esclavas de Helena.2
Hay una tradición que mencionaba que Helena y Teseo tuvieron como hija a
Ifigenia pero que, cuando Helena fue liberada por sus hermanos, ella
decidió entregar a su hija a su hermana Clitemnestra, que ya estaba
casada con Agamenón.3 Pero la leyenda mas extendida
señalaba que Ifigenia era hija biológica de Clitemnestra.
[editar]Boda con Menelao
Helena, pintura de Anthony Frederick AugustusSandys.
Artículo principal: Juramento de los pretendientes
Cuando Helena llegó a la edad de casarse, tuvo muchos pretendientes que
acudieron desde todas las partes de Grecia, animados por la fama de su gran
belleza y porque ella y su futuro esposo
reinarían en Esparta. Tindareo, temiendo provocar una guerra
entre los pretendientes rechazados, siguió un
consejo de Odiseo. A cambio, prometió a este su
ayuda para conseguir a su sobrina Penélope como esposa.
El consejo de Odiseo consistía en arrancar a los pretendientes el
juramento de acatar la decisión que se adoptase sobre quién
sería el esposo de Helena y la obligación
de acudir en auxilio del elegido si en algún
momento su esposa le fuese disputada. Una vez realizado el juramento, Helena eligió como marido a Menelao, hermano de
Agamenón, rey de Micenas (en otras versiones, de Argos), que, a su vez,
se casó con su hermana Clitemnestra.
La gran obra histórica de Herodoto, múltiple y compleja, es
difícil de resumir: su finalidad y susnarraciones son varias y muy
diferentes entre sí, por lo que, en un primer
momento, cuesta ver el principio unificador de tan diversos materiales.
Para reunirlos, Herodoto recurrió, como ya
se ha dicho, a sus muchos viajes a lo largo del mundo conocido; de allí,
extrajo sus fuentes de información y sus datos: unas veces, Herodoto
recoge aquello que ha visto con sus propios ojos; otras, lo que le han contado;
otras muchas, el resultado de sus pesquisas e indagaciones tras contrastar las
tradiciones orales recibidas con los restos arqueológicos y monumentos o
tras recurrir a los sacerdotes y estudiosos de los lugares visitados:
así, por ejemplo, su investigación sobre el mito de Hércules
le llevó hasta Fenicia.
Llama la atención ver cómo va engarzando estos elementos tan
distintos entre sí y cómo, en ocasiones, los recoge aun cuando,
en su opinión, no son fiables: 'Mi deber es informar de todo lo que
se dice, pero no estoy obligado a creerlo todo igualmente' (lib. 7, 152).
En definitiva, Herodoto fue un gran narrador y un compilador experimentado de
datos de índole etnografica o geografica,
características que lo hacen afín a muchos otros
logógrafos; sin embargo, ya la Antigüedad distinguió a
Herodoto con el título de 'padre de la historia' y
unanalisis mas profundo de su Historia revela su novedad frente a
escritores contemporaneos.
Ya desde el comienzo de la obra, que los eruditos distribuyeron con
posterioridad en nueve libros (cada uno de los cuales lleva el nombre de una de
las nueve Musas), el propio Herodoto anuncia que su cometido es narrar los
sucesos y hazañas de los hombres y, mas en concreto, la guerra
entre barbaros y griegos. El núcleo central del relato es, pues,
la narración de las Guerras Médicas, aquellas que enfrentaron a
Oriente con Occidente, lo que da pie a Herodoto a insertar a lo largo de su
obra numerosas digresiones; éstas permitían a su público
acercarse a esos países extraños y alejados, que estaban relacionados
en mayor o menor medida con los persas. De esa manera, su narración no
es unitaria sino que se rompe siguiendo un principio
asociativo, según el cual los distintos países y regiones
aparecen en el momento en que se relacionan de algún modo con los
persas.
Sin embargo, si estas digresiones son especialmente
frecuentes en los primeros libros de la obra, se observa que en la parte
central de la misma, aquella en la que se narra el enfrentamiento entre Grecia
y Persia, éstas disminuyen. Aparece, así, un relato bastante mas escueto y objetivo, con un
analisise investigación mucho mas detenida de los datos.
Se descubre de este modo en la obra de Herodoto una gran multitud de estilos en
dependencia directa con sus fuentes: para su descripción de
países exóticos, Herodoto tuvo que recurrir a sus viajes y a
informaciones de segunda mano, bien orales o bien escritas (como los relatos de
otros logógrafos); por el contrario, para narrar la guerra, centro de su
relato, Herodoto dispuso de documentos mas accesibles y fiables sobre esos
acontecimientos. Herodoto aúna así las dotes de un gran narrador y las de un historiador (esto es,
investigador) en su intento de dilucidar la verdad a través de la
maraña de sus múltiples fuentes.
A pesar del
enorme éxito obtenido por Herodoto, pronto comenzaron las
críticas de parte de los historiadores posteriores, que le acusaban de
ser poco riguroso con los datos. Uno de sus primeros críticos fue
Tucídides, quien se refiere a su método como algo
efímero y valido sólo para un instante, es decir, apto
únicamente para la lectura y el disfrute.
Lo cierto es que Herodoto se convirtió en una fuente inexcusable para
todos los historiadores del mundo antiguo, que poco a poco
fueron rectificando algunas de sus informaciones sobre países lejanos y
exóticos. Con el h
Menelao y Helena tuvieron una hija, Hermíone.
[editar]Rapto o seducción de
Paris
Helena y Paris. Cratera de figuras rojas.
380-370 a. C. Museo del Louvre, París.
Artículo principal: Rapto de Helena
Artículo principal: Juicio de Paris
La diosa Afrodita había prometido al príncipe troyano Paris el amor de Helena como
premio por haber decidido a su favor en el concurso de belleza que la
había enfrentado a Hera y Atenea.
Paris fue a Esparta, donde fue recibido hospitalariamentepor Menelao y
Helena. Sin embargo, durante su estancia, Menelao tuvo
que viajar a Creta para asistir al funeral por la muerte de su abuelo materno,
Catreo.
Afrodita provocó que Helena se enamorase de Paris y huyeron los
dos de Esparta junto con el tesoro de Helena, mientras Menelao se encontraba
aún en Creta. Se unieron por vez primera en una
isla de localización incierta llamada Cranae. Hera les
envió una tempestad y, tras pasar por Chipre y Fenicia, llegaron a
Troya.4
Otra versión señalaba que en realidad Helena no viajó con
Paris a Troya sino que Zeus, Hera o Proteo formaron un espectro suyo, que fue
lo que acompañó a Paris mientras la auténtica Helena fue
trasladada a Egipto por Hermes. Se cree que la primera
fuente de esta versión fue la palinodia, compuesta por el poeta
lírico Estesícoro, de la que quedan escasos fragmentos. Una
leyenda añadía que el poeta había sido cegado por Helena (una vez que
ésta había sido divinizada) a causa de que anteriormente
había compuesto un primer poema que la trataba
muy desfavorablemente. Cuando Estesícoro compuso su palinodia, se le
devolvió la vista.5 Un escolio atribuye a Estesícoro un
comentario según el cual Afrodita había hecho infieles a Helena y
a sus hermanas Clitemnestra y Timandra debido a que Tindareo
olvidó ofrecerle sacrificios.6
Otra tradición explicaba que Paris raptó a Helena y la
llevó consigo por la fuerza.