LA SEGUNDA GUERRA REPUBLICANA.
La Segunda Guerra Civil de la República de Roma fue un conflicto militar
librado entre el 49 a. C. y el 45 a. C., protagonizado por el enfrentamiento
personal de Julio César con la facción tradicionalista y
conservadora del senado liderada militarmente por Pompeyo Magno. La guerra
finalizaría con la derrota de la facción de los Pompeyanos y el
ascenso definitivo de César al poder absoluto como dictador
romano.
Los enemigos de César, influenciados por Catón
el Joven, intentaron destruirle políticamente debido a su creciente
popularidad entre la plebe y al aumento de su poder procedente de sus logros en
las Galias. Es por ello que intentaron arrebatarle el mando de
gobernador de las Galias, para posteriormente juzgarle, desatandose una
grave crisis política que inundó de violencia política las
calles de Roma.
En el año 50 a. C. el Senado votó una
moción para que César abandonase su cargo de gobernador.
Marco Antonio, con el poder que le otorgaba ser tribuno de la plebe,
vetó la propuesta, evitando que se trasformase en ley. Tras esta
votación se inició un violento acoso a
los cesaristas auspiciado por la facción conservadora. Antonio
abandonó Roma ante el peligro de ser asesinado. Sin la oposición
de Antonio el Senado declaró el estado de emergencia
concediéndole a Pompeyo poderes excepcionales. César
respondió con el célebre cruce con sus tropas del
ríoRubicón, en dirección a Italia, dando así inicio
a la guerra civil.
César atravesó rapidamente Italia sorprendiendo a los
constitucionalistas y a Pompeyo, que ante la falta de preparación y de
tropas abandonó Roma, dirigiéndose a Brindisi en el sur de Italia
donde embarcó hacia Grecia con el fin de incrementar sus fuerzas.
César persiguió a Pompeyo pero no logró darle alcance,
consiguiendo este último cruzar el
Adriatico con su ejército y decenas de senadores. En menos de un mes, y a marchas forzadas, César llegó a
Hispania, donde derrotó a las legiones fieles a Pompeyo en la batalla de
Ilerda. Tras esta victoria César regresó a
Italia y cruzó el Adriatico para hacer frente a Pompeyo en
Grecia. Tras ser derrotado en Dirraquio, César se
enfrentó a Pompeyo y a sus aliados en la Batalla de Farsalia, logrando
una aplastante victoria. Pompeyo huyó hacia Egipto intentando
encontrar aliados pero fue asesinado por orden del eunuco del faraón Ptolomeo XIII.
Posteriormente César derrotó a Catón el Joven y Quinto
Cecilio Metelo Escipión en Tapso y finalmente a los hijos de Pompeyo y a
Tito Labieno en Hispania, en la Batalla de Munda, poniendo fin a la guerra
civil, aunque Sexto Pompeyo continuaría con la resistencia desde
Sicilia.
EL TRIUNVIRATO
Durante los años siguientes César fue progresando en su carrera
política, siendo pontífice maximo, edil, y finalmente
cónsul (59 a. C.). El consulado de Césarfue un
auténtico terremoto político: creó las bases para las
grandes reformas políticas, económicas y sociales que Roma
exigía exhausta, creando un cuerpo de leyes que sería la base del
Derecho Romano y legislando una reforma agraria para dar tierras
públicas a las familias mas pobres, cosa que le granjeó el
odio de los Optimates entre ellos Catón el Joven1 y Marco Bíbulo,
su colega consular.
Ese mismo año Julio César, Cneo Pompeyo
y Marco Licinio Craso formaron el llamado Primer Triunvirato (60-53 a. C.), una
alianza informal de ayuda mutua para ocupar los mas altos puestos del
Estado. Así, tras el fin de su consulado, César recibió
poderes proconsulares y el gobierno de la Galia Cisalpina y de Iliria,
provincias poco pobladas y pobres. En su primer año de
mandato tuvo que hacer frente a una enorme invasión de helvecios y a
varias invasiones de germanos que pretendían ocupar Italia. En una rapida campaña exterminó a los
helvecios y derrotó a los germanos.
César estimó que organizar la provincia y prepararse para la
defensa era insuficiente, y con la intención o excusa de terminar con
las invasiones del
norte, inició la conquista de las Galias. César logró
innumerables victorias, con las que toda Roma se maravillaba. Dos veces cruzaron las legiones romanas el Rin para castigar a los
germanos por sus incursiones y otras dos veces cruzaron el Canal de la Mancha,
haciendo incursiones enBritania. Estos logros maravillaron a la plebe, y
Roma se vio inundada de tesoros y esclavos capturados en los saqueos y las
guerras del
norte. Como contribución a la literatura universal, César
redactó un registro de sus campañas en la Galia, los
célebres Comentarios de las Guerras de las Galias, instrumento
también de propaganda política para dar a conocer al pueblo sus
conquistas en esas tierras.
Algunos senadores observaron con temor cómo César ganaba
popularidad entre la plebe, a la par que amasaba una gran riqueza personal. Los optimates criticaban sus leyes para dotar de la
ciudadanía romana a ciertas ciudades de la Galia Cisalpina, y a sus
soldados. Críticos con su actuación, y encabezados por
Catón el Joven, hombre fuerte de los optimates y viejo enemigo de
César, menospreciaron sus logros y lo acusaron de cometer crímenes
contra la República, como la continuación de la
guerra y un ilegal reclutamiento de levas.
Con el ascenso del
triunvirato para garantizar sus intereses y su poder, César mantuvo
tranquilamente su mando sobre la Galia. Sin embargo, esta alianza
política se desintegró tras la muerte de Craso en Carras durante la guerra contra Partia, y de la mujer de Pompeyo, a
su vez hija de César, cuyo matrimonio había servido como alianza entre ambos
personajes. Por otra parte, los logros de Cesar en la Galia a
largo plazo ponían en peligro la fama y la influencia de Pompeyo en
Roma.