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Absolutismo y liberalismo (1808 – 1834) - La monarquía de Carlos IV



Absolutismo y liberalismo (1808 – 1834)
La invasión napoleónica y el levantamiento popular supusieron el inicio de un proceso histórico cuyas consecuencias hicieron visibles un largo conflicto interno para definir el modelo político y social de la España del siglo XIX.




La monarquía de Carlos IV se encontraba muy desprestigiada, puesto que había acumulado un gran poder. Esto levanto una fuerte oposición, que se materializo en un anhelo de cambio en la forma de gobernar, bien en un sentido conservador, o bien en otro de signo liberal. El motín de Aranjuez obligo a huir a Carlos IV, quien abdico en su hijo Fernando. Napoleón había obligado a Carlos IV y a Fernando VII a renunciar al trono y cederlo a su hermano José Bonaparte, José I de España. Intentaron instaurar en España un sistema político basado en los principios del liberalismo político. Todos los poderes estaban concentrados en el rey, aunque existían tres órganos consultivos.

Pero la gran novedad era que incluía una declaración de derechos de caracter liberal. Napoleón firmo con Fernando VII el tratado de Vançay en diciembre de 1813, el cual obligaba a finalizar las hostilidades en España y Fernando VII era devuelto al trono. La evolución política de la España ocupada genero un proceso revolucionario, entre liberales y absolutistas, lo cual se vio reflejado en los debates de las Cortes en Cadiz desde septiembre de 1810. Un grupo pretendía que no se modificase nada del sistema político absolutista. Otro grupo pretendía un régimen basadoen la soberanía de la nación. El primer gobierno liberal estuvo formado por destacados liberales que regresaban del exilio. Fue un periodo de reformas políticas y económicas. Ese espíritu encontró dos vehículos de expresión fundamentales. La prensa fue el instrumento de la pluralidad ideológica y de la libertad de expresión y los otros vehículos son las sociedades patrióticas se debatían todos los temas de actualidad política y social. La ingenua percepción de la situación política de los liberales se topó con dos grandes enemigos: la situación internacional y la actitud de Fernando VII, que conspiro para derribar el sistema constitucional. El intento de golpe de estado protagonizado por la Guardia Real en junio de 1822 cambio el signo de esta etapa. Los moderados quedaron debilitados y los exaltados formaron gobiernos liberales y aumento la presión internacional sobre el régimen constitucional. El rey de Francia decidió enviar un ejército que invadió España en abril de 1823 y ocupo el territorio nacional apoyado por las tropas realistas españolas. En octubre Fernando VII restaura su poder absoluto. Los primeros años de la década ominosa fueron de una acentuada represión política contra los liberales. Muchos de ellos abandonaron España. La mayoría busco refugio en el Reino Unido o en Francia. Desde uno y otro país conspiraron para destituir a Fernando VII. El decreto de 1 de octubre no se trataba de una simple restauración del antiguo régimen, hasta el propio monarca era consciente de que habíaque modernizarse. La labor de los gobiernos se centró, en la reforma de la Hacienda y administración.


Aunque Fernando VII era todo menos moderado, las reformas llevadas a cabo extendieron la idea de que el rey estaba en manos de los liberales. El propio hermano Carlos María Isidro, estaba en esa línea. Fruto de este clima fueron las sucesivas insurrecciones carlistas durante la década. Los rebeldes reclamaban el programa típico del absolutismo y proponían como rey a Carlos María Isidro. El rey quería asegurar la sucesión, casado a finales de 1829 con María Cristina de Borbón, en mayo de 1830 se anunciaba el embarazo. Un mes antes se había publicado la Sanción de 1789 que permitía reinar a las mujeres. En octubre de 1830 nacía una niña, la futura Isabel II. Este acontecimiento radicalizo a la facción carlista. En 1832 aprovechando una crisis de salud, los absolutistas convencieron a Fernando para firmar la cancelación de la Sanción de 1789, lo que suponía que su hija no podía reinar. Pero tras recuperarse revoco dicho documento. Fernando VII falleció el 29 de septiembre de 1833, e Isabel, con dos años fue proclamada reina.
La lucha por la independencia de las colonias españolas en América dio comienzo en 1810, mientras en España se desarrollaba la guerra contra la invasión francesa. La monarquía de Fernando VII no pudo frenar este proceso. Aunque a ello se dedicaron ingentes recursos financieros, humanos y militares que dejaron debilitada la Hacienda Real y agravaron la tremenda crisis del país.


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