Eduardo García Cruzado.
A diferencia de la fecha y lugar de llegada de Colón a Castilla en su
primera estancia, aspectos éstos que han sido objeto de diversos debates
e hipótesis entre los especialistas hasta nuestros días1, el
lugar y fecha de partida y de regreso de la expedición colombina es
plenamente aceptada por los historiadores2: Palos, 3 de agosto de 1492- Palos,
15 de marzo de 1493. A este respecto, baste lo recogido en el Diario de a bordo
de Colón o Libro de la primera navegación3. Así se
expresó el genovés en el proemio del diario, y en la primera y
última jornada de navegación, respectivamente:
“Y partí yo de la çiudad de Granada a 12 días del
mes de mayo del mesmo año de 1492, en sabado, y vine a la villa
de Palos, que es puerto de mar, adonde armé yo tres navíos muy
aptos para semejante fecho. Y partí del dicho puerto muy
abasteçido de muy muchos mantenimientos y de mucha gente de la mar, a 3
días del mes de agosto del dicho año en un viernes, antes de la
salida del sol con media hora, y llevé el camino de las islas de Canaria
de Vuestras Altezas, que son en la dicha Mar Occéana, para de
allí tomar mi derrota y navegar tanto que yo llegase a las
Indias”.
“Viernes, 3 de agosto. Partimos viernes tres días de agosto de
1492 de la barra de Saltés, a las ocho horas. Anduvimos con fuerte
virazón hasta el poner del
sol hacia el Sur sesenta millas, que son quince leguas; después al
Sudoeste y al Sur cuarta delSudoeste, que era el camino para las
Canarias”.
“Día 15 de marzo. Ayer, después del sol puesto,
navegó a su camino hasta el día con poco viento, y al salir del
sol se halló sobre Saltés, y a hora de mediodía, con la
marea de montante, entró por la barra de Saltés hasta dentro del
puerto de donde había partido a 3 de agosto del año
pasado” 4.
Es indiscutible que se refieren al mismo puerto y villa. Igual que es innegable
y reconocida, que la activa y providencial participación de la
marinería de Palos y de la comarca del Tinto y del Odiel, encabezada por
los Hermanos Pinzón, así como, de otros personajes vinculados con
esta villa, como lo fueron fray Antonio de Marchena, fray Juan Pérez, el
marino Pero Vazquez de la Frontera o el físico Garcí
Fernandez, contribuyeron providencialmente al éxito de la
empresa. No obstante, por encima del discurrir de los extraordinarios y
trascendentales acontecimientos vividos por Cristóbal Colón en
sus estancias en estas tierras, que precedieron y propiciaron el mayor
descubrimiento geografico y cultural de la Historia, surge una
insoslayable y significativa pregunta: ¿por qué fue designada la
modesta villa de Palos como puerto de apresto y salida de la expedición
colombina?
Al igual que ocurre con otros hechos históricos, y aún mas
en el ambito colombino, a la luz de las fuentes documentales
disponibles, no podemos plantear una única razón, sino la
posibilidad e interrelación de múltiples factores y
circunstancias, cuyo analisisnos ayudaran a dilucidar los motivos
que probablemente propiciaron y determinaron que Colón y a los Reyes
Católicos eligieran el puerto de Palos.
Ya el cronista de Indias Batolomé de Las Casas, en su Historia de las
Indias nos vislumbra a su entender, pero con gran clarividencia, las distintas
razones que motivaron a Colón a preferir el puerto palermo:
“Fuese derecho a la villa de Palos para donde pidió a sus altezas
que se le diese recado para su viaje; lo uno, porque allí hay buenos y
cursados hombres de mar; lo otro, porque ya tenia déllos algunos
cognoscidos y amigos; lo otro, por el cognoscimiento y devoción que
tenia y conversación y ayuda con el dicho fray Juan Pérez
guardian de la dicha casa o monasterio de la Rabida; lo otro,
porque a lo que yo tengo entendido, los Reyes tenían obligada la villa
de Palos, no supe si por delito o por subsidio, para que sirviese a sus Altezas
con dos carabelas tres meses en lo que mandasen”5.
Analicemos, al hilo del texto lascasiano, los motivos que considero fueron determinantes
y concluyentes para la elección del puerto palermo, frente a otros
puertos existentes entonces en el litoral andaluz, como lugar de
preparación y partida de la expedición colombina:
“Porque allí hay buenos y cursados hombres de mar”
En la segunda mitad del siglo XV, era público y notorio, hasta en la
corte castellana, el prestigio y reputación de los marinos de la comarca
del Tinto y del Odiel, especialmente de los palermos, cuyapericia, arrojo y
destreza en la navegación por aguas atlantico-africanas era
célebre. La pequeñez y esterilidad de la villa de Palos, pero su
estratégica posición costera abierta al Atlantico,
hicieron que sus moradores se viesen avocados al desarrollo de las actividades
marítimas, haciendo de ellas una necesidad vital. A lo largo del siglo
llegara a convertirse en el único motor de la economía y
prosperidad local y, al mismo tiempo, en la principal fuente de ingresos para
los señoríos locales, cuyos titulares, plenamente conscientes de
ello, propiciaron dichas actividades.
Palos, en el maximo sentido de la expresión, hizo del mar su principal
medio de subsistencia. En este sentido, sus ordenanzas municipales de 1484,
refiriéndose a la total dependencia económica de la villa de las
actividades marítimas, son bastantes explícitas, manifestando, de
forma sucinta pero sobradamente clara, que “el bien de la dicha villa,
donde procede todo el servicio que los señores pueden haber y rentas e
intereses es de los navío; de donde no habiendo aquellos cesaría
todo6”. En el mismo sentido, el cronista de Indias Pedro Martir de
Anglería en sus Décadas del Nuevo Mundo, admirando la gran
vocación marinera de la villa, expresa “que todos los del pueblo, sin exceptuar ninguno, estan dedicados
a las cosas del
mar y ocupados en continuas navegaciones”. En definitiva, como se infiere
de estos testimonios, podemos decir que Palos, a fines de la Edad Media,
vivía de la mar y para la mar,en una relación de total
subordinación.
En tales circunstancias, la villa desarrolló un activo puerto en el que
recalaban y desde el que partían navíos para los principales
puertos europeos mediterraneos y atlanticos, desde Italia hasta
Inglaterra, pasando por Flandes y Bretaña. Pero fue el litoral africano,
hasta el golfo de Guinea,
siguiendo la estela marcado por los portugueses y en competencia con
éstos, el que se convirtió en centro habitual de operaciones de
las actividades comerciales y pesqueras palermas7. En las fuentes conservadas,
abundan los testimonios que nos hablan de largas y arriesgadas navegaciones de
los palermos por todos los mares conocidos en aquella época.
Estas actividades se combinaban y complementaban con actos de asalto o
corsarismo y armada bajo mandato señorial o real, o por iniciativa
particular, abordando a navíos foraneos, frecuentemente de
bandera portuguesa. Estos actos, tan extendidos en la época por el
litoral peninsular y africano, debieron tener no obstante un caracter
ocasional; sin embargo, son las que han dejado una mayor huella documental, por
las quejas y reclamaciones que elevaban las victimas ante los concejos,
señores y monarcas.
Los cronistas Alonso de Palencia y Mosén Diego de Valera nos describen
numerosas expediciones marítimas de los palermos hasta las costas de Guinea, solos o en compañía de
otros marinos andaluces, especialmente con los del Puerto de Santa María. En una de
estas incursiones, desobedeciendo lasórdenes reales, llegaron incluso al
secuestro de un rey guineano que trajeron a la península, pero al que
posteriormente liberaron por exigencia de los monarcas8.
Las actividades marítimas palermas alcanzaron su mayor auge durante la
guerra luso-castellana (1474-1479). La Corona castellana, carente de una armada
organizada que pudiera defender los intereses castellanos en el litoral
atlantico-africano, y que al mismo tiempo pudiese competir y
obstaculizar el comercio portugués en aquellas costas, permitió y
alentó los asaltos a las naves lusitanas y la intromisión en las
actividades comerciales y areas costeras que éstos controlaban y
monopolizaban. Ante este amparo y consentimiento “oficial”, los
marinos palermos intensificaron el hostigamiento a los barcos portugueses,
constituyendo verdaderas armadas, e interfiriendo en las actividades
comerciales del
reino vecino rompiendo el monopolio que éstos ejercían. De esta
forma, los asaltos que anteriormente habían tenido una iniciativa
particular o patente de corso señorial, adquieren ahora, con el apoyo de
la Corona, rango de armada, en la que se mezclan el servicio militar a los
monarcas, con el interés mercantil de los marinos, y el fiscal de la
Corona, que reclamaba el quinto real de los beneficios obtenidos.
En esa confrontación armada con los lusitanos, las naves de Palos
destacaran una vez mas, acosando a los portugueses tanto en las
costas africanas como
en el propio litoral lusitano. Los testimonios deAlonso de Palencia, en su
crónica de Enrique IV9, son ejemplares:
“Llegó a tanto la insolencia de los portugueses, que a los
castellanos que apresaban mas alla de las Canarias les
hacían morir a unos entre crueles tormentos, y para infundir a los
demas perpetuo temor, mutilaban a otros cortandoles pies y manos.
Luego, en el colmo de la soberbia, trataron de apoderarse de las Canarias,
propias de la Corona de Castilla, por indiscutible derecho y cuatro de ellas de
particulares por merced real hasta cuatro tentativas hicieron los
portugueses para perturbar a los nuestros en la posesión de las
islas y aún perdura tan grave trastorno. Para poner coto a esas
insolencias y crueldades de los portugueses, el rey don Fernando envió
una fuerte armada de andaluces y, mientras en el puerto de Sevilla se preparaba
una armada de 30 naves, algunos pescadores de Palos, ya avezados a las
expediciones guerreras y afortunados contra los portugueses, se reunieron con
otros marineros del puerto y en dos carabelas arribaron a las costas mas
próximas a Guinea. Llamóse aquel territorio de los Azanegas. Los
marineros de las dos carabelas se apoderaron de 120 azanegas y los trajeron a
Andalucía”.
El cronista nos sigue hablando de la actuación de las gentes de Palos.
En 1477 narra la toma de Baeza por los Reyes Católicos y dice que la
empresa fue coronada por la feliz expedición marítima realizada
por los de Palos en aquellos días:
“Con 26 carabelas arribaron a las costas de Portugaly se atrevieron a
retar en combate a grandes naves francesas, las vencieron, incendiaron las
dos mayores, apresaron a dos carabelas de los portugueses e hicieron huir a
algunas otras, auxiliares de las francesas en el combate”.
También en documentos emitidos por la cancillería real
encontramos mención expresa a los relevantes servicios de armas de los
marinos palermos. Así, en una real provisión de 6 de mayo de
1477, dirigida a la ciudad de Sevilla, se ordena la saca de pan por el abastecimiento
de Palos, por “avernos mucho servido contra el adversario de Portugal”.
Igualmente, en otra real provisión dirigida a la misma ciudad, fechada
el 1 de agosto de 1478, los soberanos hacen constar “la gran
continuación que los vecinos de la dicha villa [de Palos] fasen por la
mar con sus navíos e fustas faciendo guerra al adversario de
Portugal”10.
Como corolario a todas estas actividades marítimas, a lo largo del siglo
XV, en un ambiente de creciente competencia y pugna entre Castilla y Portugal
por el dominio de las aguas y costas atlantico-africanas, los marinos
palermos adquirieron una experiencia y pericia marinera que les permitía
rivalizar con los excelentes navegantes portugueses en las navegaciones
oceanicas. Fue consecuencia de esa experiencia adquirida durante varias
generaciones lo que permitió a los marinos palermos conocer el
régimen de vientos y corrientes
al sur de las Canarias. A este respecto, como ya puso de relieve el insigne
medievalista SuarezFernandez, “la navegación a
Africa mas alla del Cabo Bojador, exigió un
perfeccionamiento técnico que solo parecen haber poseído en ese
tiempo los marinos de Palos y Puerto de Santa María, conocedores del
régimen de corrientes y vientos que en aquellos parajes
imperaban11”. Curiosamente los dos puertos que mas frecuentó
Cristóbal Colón antes de que los Reyes Católicos aceptaran
su proyecto.
El ya nombrado cronista Alonso de Palencia, también reconoce la
maestría de los palermos para navegar por aguas africanas:
“ Las embarcaciones que desde Cadiz navegan hasta Guinea se
deslizan como de bajada, pero para la vuelta necesitan fuerza de vela y vientos
muy favorables, porque, si sopla contrario, el retraso es tan considerable que
bastando la mas de las veces para las 7.000 millas de ida unos 20
días, en la vuelta suelen tardarse cuatro meses. Pocos practicos
los andaluces y vascongados en sortear estas dificultades, retrasan la salida,
temerosos de arrostrarlas, porque solo los de Palos conocían de antiguo
el mar de Guinea, como acostumbrados desde el principio de la guerra a combatir
a los portugueses y quitarles los esclavos adquiridos a cambio de viles
mercaderias”12.
Marítimamente, el Algarbe onubense y el portugués son una
continuidad geografica, y las interrelaciones económicas, humanas
y culturales son constantes. La experiencia y tradición marítima
portuguesa había servido de maestra a la marinería onubense, y
con ella a la palerma, pero pronto adquirieronplena autonomía y
maestría nautica que posibilitaría la expansión
atlantica castellana. Pese a los distintos tratados y bulas papales que
reconocían la supremacía portuguesa sobre las aguas
atlanticas al sur del
cabo Bojador, los portugueses no habían conseguido arrojar a los marinos
onubenses de aquellas aguas.
Es lógico pensar que Cristóbal Colón en sus ocho
años de residencia y navegación en tierras y naves portuguesas,
tuvo frecuentes noticias referentes a la villa y marinería de Palos;
villa que ademas tenía habituales relaciones comerciales con los
puertos lusitanos13.Igualmente, también eran frecuentes los marinos
onubenses que navegan en expediciones marítimas portuguesas y viceversa;
baste señalar el caso de Pero Vazquez de la Frontera. Este
célebre marino, que estuvo al servicio tanto de Portugal como de
Castilla, es quien mejor ejemplifica la “casta” de los marinos de
la costa suratlantica peninsular, que durante el siglo XV se forjaron al
fuego de la colaboración, la competencia o la lucha con los vecinos
portugueses, en un contexto histórico marcado por las exploraciones
oceanicas en busca de nuevos territorios y rutas, viables por las altas
cotas alcanzadas en el “arte de navegar”.
En síntesis, cuando Colón decidió proponer su plan
descubridor al los monarcas castellanos y recaló en la villa de Palos en
la primavera de 1485 —probablemente de forma intencionada—
tendría ya sobradas referencias sobre las cualidades y habilidades
nauticas de losmarinos palermos, cualidades que pudo corroborar
personalmente durante sus dos primeras estancias en la villa. Esta pues
lleno de lógica y coherencia, que durante las negociaciones con los
monarcas, el genovés propusiese y exigiese el puerto de Palos al
considerar a su marinería, si no la mas, si suficiente capaz y
apta para preparar y afrontar su expedición oceanica; pensamiento
con el que coincidirían plenamente los soberanos.
Porque ya tenía déllos algunos cognoscidos y amigos.
La segunda razón que apunta Las Casas se refiere a ciertos conocidos y
amigos que Colón tendría en la villa de Palos; desgraciadamente
no nos los concreta. No obstante, sabemos con certeza, que durante las dos
estancias de Colón en la villa anteriores a la partida de la
expedición colombina (primavera de 1485 y otoño de 1491), el
genovés entabló amistad con dos palermos: Pero Vazquez de
la Frontera, viejo y reputado marino; y Garcí Fernandez,
físico o médico, que ademas tenía conocimientos de
astronomía y, probablemente, alguna experiencia nautica.
Pero o Pedro Vazquez de la Frontera, conocido en otras fuentes por Pedro
Velasco, “que era hombre muy sabio en el arte de navegar”,
años antes había navegado como piloto al servicio del infante D.
Enrique de Portugal, participando en la expedición de Diego de Teive de
1452, en busca de la mítica isla Antilla, en pleno Atlantico. En
dicha expedición descubrieron la isla de Flores en el
archipiélago de las Azores.
Después continuaron latravesía llegando a una zona muy alejada,
“donde la mar era muy llana” de lo que dedujeron que hacia
occidente debía haber tierra que los abrigaba, no continuando la
navegación por miedo a que se les echara encima el invierno.
Así relata Las Casas este interesante episodio:
“Algunos salieron de Portogal a buscar esta isla, que, por común
vocablo, la llamaban Antilla, entre los cuales salió uno que se
decía Diego de Tiene, cuyo piloto que se llamó Pedro de Velasco,
vecino de Palos, afirmó al mismo Cristóbal Colón, en el
monasterio de Santa María de la Rabida, que habían partido
de la isla del Fayal, y anduvieron ciento y cincuenta leguas por el viento
lebechio, que es el viento Norueste, y a la vuelta descubrieron la isla de las
Flores, guiandose por muchas aves que veían volar hacia
alla, porque cognoscieron que eran aves de tierra y no de la mar, y
así juzgaron que debían de ir a dormir a alguna tierra.
Después diz que fueron por el Nordeste tanto camino, que se les quedaba el
Cabo de la Clara, que es en Ibernia, hacia el Leste, donde hallaron ventar muy
recio los vientos ponientes y la mar era muy llana, por lo cual creían
que debía ser por causa de tierra que por allí debía de
haber, que los abrigaba de la parte del Occidente; lo cual no prosiguieron
yendo para descubrilla, porque era ya por agosto y temieron el invierno.
Esto diz que fué cuarenta años antes que el Cristóbal
Colón descubriese nuestras Indias”14.
Es mas que probable que fray Antonio deMarchena, buen conocedor del
proyecto colombino de buscar tierras hacia el Occidente, tendría
también conocimiento de la expedición realizada por Pero
Vazquez de la Frontera años atras, siendo él quien,
consciente de la similitud de ambas expediciones, citaría al marino
palermo a una entrevista con el genovés; encuentro que tuvo lugar en el
convento, de acuerdo con lo narrado por Hernando Colón y Las Casas. En
ella, el marino de Palos, que obviamente hablaría perfectamente el
portugués, expondría con detalle y claridad al genovés su
experiencia en la búsqueda de nuevas tierras al Poniente, en pleno
océano, durante sus años de servicio a la corona portuguesa.
No cabe duda, que Colón mostraría gran interés en escuchar
la experiencia del marino palermo en la expedición que el Infante
Don Enrique, la cual constituía un claro antecedente de su proyecto. No
obstante, debió de sucederse mas de una reunión entre
ambos marinos, según se intuye de las declaraciones de algunos testigos
de los Pleitos Colombinos. Según declara Fernando Valiente:
“El dicho Cristóbal Colón, antes que fuese a negociar con
los Reyes Cathólicos sobrel dicho descubrimiento, vino a esta villa de
Palos a buscar favor e ayuda para yr el dicho viaje e posó en el
monesterio de La Rabida, e de allí venía algunas vezes a esta
Villa e hablava con un Pero Vasques de la Frontera, que hera onbre muy sabio en
el arte de la mar e avía ydo una ves a fazer el dicho descubrimiento con
el Ynfante de Portugal e estePero Vasques de la Frontera dava avisos al dicho
Colón e al dicho Martín Alonso Pinçon e animava a la gente
eles dezia publicamente que todos fuesen aquel biaje que avian de fallar tierra
muy rrica”15.
En el mismo sentido, el marino Alonso Gallego declara que “oyó
dezir a un Pedro Vasquez de la Frontera, vezino de la villa de Palos, al
tiempo quel dicho Colón vino a querer yr al dicho viaje, quel dicho
Colón venía a tomar lengua y aviso del dicho Pedro Vasquez
de la Frontera, como persona que avía sido criado del rey de Portogal y
tenía notiçia de la tierra de las dichas Yndias”16.
Según parece, Pero Vazquez de la Frontera había advertido
que siguieran adelante al llegar al 'mar de yerbas'17, admitiendo,
que la decisión de retornar en aquella zona era la que seguramente
había impedido el éxito de su expedición. Así lo
atestigua Alonso Vélez, alcaide de la villa de Palos, en los Pleitos
Colombinos:
“Quel dicho Martin Alonso llevo aviso de Pedro Vasques de la Frontera que
avia ydo a descubrir esta tierra con vn ynfante de Portogal y dezia que por cortos
la avian errado y se avian engañado por las yervas queavian hallado en
el golfo de la mar y dixo al dicho Martin Alonso que quando llegasen a las
dichas yervas y quel dicho Almirante quisiera bolverse de alli quel no lo
consintiese salvo que siguiesen la via derecha porque hera ynposible no dar en
la tierra y de nescesidad lo avian de hazer porquel dicho ynf ante de
Portogal por no hazerlo erro la dicha tierra yno llego alla y después de
venidos el dicho Martin Alonso y el dicho Colon del viaje se dixo por cosa
cierta quel dicho Almirante quando llego a las dichas yervas se quisiera bolver
y el dicho Martin Alonso por rrazon del aviso que llevava no lo consintio y
dixo que si el se quería bolver quel quería seguir la via que
llevava y ansi lo hizo y dende a quatro o cinco dias descubrió la
tierra”18.
De estos testimonios también podemos deducir, que por aquellos
días —me refiero a la segunda estancia— el proyecto e
intenciones de Cristóbal Colón eran ya “vox
pópuli” en la villa de Palos y su comarca. Igualmente, del mismo modo podemos
intuir que es muy probable, que el ligur conversara durante su estancia con
otros muchos marineros palermos. De hecho, son numerosos los testigos de los
pleitos colombinos que lo recordaban deambulando por las calles de la villa y
conocían los propósitos de su empresa.
Parece, a pesar de lo que afirman el cronista López de Gómara19 y
ciertos testigos de los Pleitos Colombinos20, que Colón no
entabló amistad con los Hermanos Pinzón hasta su tercera estancia
en Palos (mayo-agosto de 1492), una vez firmada las capitulaciones de Santa
Fe21. Posiblemente no hubo un contacto directo entonces. No obstante, sin duda,
es coherente pensar que durante sus dos primera estancias en Palos, a
través de sus platicas con los frailes rabideños, las
entrevistas que mantuvo con Pero Vazquez de la Frontera y García
Fernandez, o las frecuentes visitas quehacía a la villa,
habría tenido noticias y referencias del prestigio y pericia de estos
hermanos. De igual modo, que éstos, por las mismas vías u otras,
debían de conocer la existencia del
genovés en la villa y cuales eran sus osados planes.
En cuanto al físico García Fernandez, —García
Hernandez o Garcí Fernandez según las fuentes que
consultemos—, debemos situar su primer contacto con el ligur y, en
consecuencia, el inicio de la amistad entre ambos, a la segunda estancia de
Colón en Palos. Tras seis años de infructuosas negociaciones con
los Reyes Católicos, nuevamente con Juan II de Portugal, así
como, con los duques de Medina Sidonia y Medinaceli, Colón regresa a
Palos, hacia principios del otoño de 149122, desalentado y empobrecido.
Su intención sera dejar a su hijo Diego nuevamente a sus
cuñados, y esperar en el puerto de Palos a alguna nave que le traslade a
Francia con la idea de ofrecer el proyecto a Carlos VIII. No es de
extrañar, dada su delicada situación económica de extrema
pobreza, que acudiera de nuevo al cenobio rabideño en busca de alojo,
manutención y consuelo donde le recibira fray Juan Pérez,
encargado de la hospedería del
convento23.
Es ahora cuando entra en escena el físico García
Fernandez, testigo privilegiado de los hechos y buen conocedor de lo
acaecido. Gracias a la propia declaración del médico en los
Pleitos Colombinos, extractada también por Las Casas, conocemos los
principales detalles del encuentro entre ambos y de los sucesos querodearon la
segunda estancia de Colón en Palos. Por este significativo testimonio,
sabemos que fue fray Juan Pérez quién llamó a su amigo
García Fernandez al convento, apelando a sus conocimientos en
cosmografía, con el propósito de que juzgara y le sirviera de
“interprete” de las teorías que el genovés le
exponía y no acababa de entender. De esta forma, tuvo lugar la famosa
entrevista entre Colón, fray Juan Pérez y García
Fernandez.Veamos lo sucedido de la propia declaración de
físico según la redacción dada por Las Casas en su
Historia de las Indias24:
“Fué [Colón] a la villa de Palos con su hijo, o a tomar su
hijo, Diego Colón, niño, lo cual yo creo, y fuese al monasterio
de La Rabida, de la orden de San Francisco, que esta junto a
aquella villa, con intinción de pasar a la villa de Huelva a se ver con
un su concuño, casado, diz que con una hermana de su mujer, y de
allí pasar en Francia a proponer su negocio al rey, e si allí no
se le admitiese, ir al rey de Inglaterra, por saber también de su
hermano Bartolomé Colón, de quien hasta entonces no había
tenido alguna nueva. Salió un padre, que había nombre fray Juan
Pérez, que debía ser el guardian del monasterio, y
comenzó a hablar con él en cosas de la corte como supiese que
della venía, y Cristóbal Colón le dió larga cuenta
de todo lo que con los Reyes y con los duques le había ocurrido, del
poco crédito que le habían dado, de la poca estima que de negocio
tan grande hacían, y cómo lo tenían todos por cosavana y
de aire, y todos los de la corte, por la mayor parte, lo desfavorecían.
Haciendo alguna reflexión entre sí, el dicho padre, cerca de las
cosas que a Cristóbal Colón oía, quísose bien
informar de la materia y de las razones que ofrecía, y, porque algunas
veces Cristóbal Colón hablaba puntos y palabras de las alturas y
de astronomía y él no las entendía, hizo llamar a un
médico o físico, que se llamaba Garci Hernandez, su amigo,
que, como filósofo, de aquellas proposiciones, mas que él
entendía. Juntos todos tres platicando y confiriendo, agradó
mucho al Garci Hernandez, físico, y por consiguiente, al dicho
padre guardian, el cual diz que, o era confesor de la serenísima
Reina, o lo había sido, y con esta confianza rogó instensisamente
al dicho Cristóbal Colón que no se fuese, porque él
determinaba de escrebir a la Reina sobre ello, y que hasta que volviese la
respuesta se estuviese allí en el monasterio de La Rabida”.
Es evidente que fray Juan Pérez al conocer los detalles del plan de
Colón debió de mostrar un gran interés y curiosidad en
él; sin embargo, no entendiendo completamente las explicaciones y
teorías cosmograficas del extranjero, decide llamar a su amigo
García Fernandez que, ademas de físico, poseía
algunos conocimientos en el “arte de la astronómica”.
La respuesta de la reina Isabel a fray Juan Pérez, su antiguo confesor,
fue temprana. Según la declaración de García
Fernandez25, a los 14 días, hecho que corrobora Las Casas en su
Historia de LaIndias. En la contestación, la soberana agradece el
propósito del
fraile y requería su presencia en la Corte para tratar el asunto,
dejando a Colón en “seguridad de esperanza” hasta que la
soberana lo mandase llamar de nuevo. Y así se hizo, el fraile
partira inmediatamente hacia Santa Fé a lomos de una mula que
alquiló a Juan Rodríguez Cabezudo vecino de Moguer26.
La entrevista de fray Juan Peréz con la reina en el campamento granadino
debieron dar el resultado esperado por el franciscano, que no cabe duda
debió poseer gran poder de convicción, exponiéndole, tal
vez, no sólo la viabilidad del proyecto colombino y los beneficios que
acarrearía para los monarcas, sino también, las posibilidades
evangelizadoras que el hallazgo de aquellas nuevas tierras traería.
Doña Isabel no solo ordenó que Colón regresara a la Corte,
es mas, le envió 20.00027 maravedíes en florines para que
pudiese desplazarse y presentarse dignamente ante ellos.
Según la declaración referida, fue un tal Diego Prieto28, vecino
de la villa de Palos, el encargado de traer desde la vega granadina los 20.000
maravedíes concedidos, ademas de una carta de los soberanos
dirigida a Colón. Éste confió, seguramente siguiendo las
instrucciones de fray Juan Pérez, el subsidio y la misiva al mencionado
físico de Palos, hombre de confianza del franciscano, quien a su vez, las
entregó al genovés; era el 10 de diciembre de 1491.
Esta nueva intervención directa de García Fernandez en los
hechos narrados, nosdemuestra que el físico no solo era un hombre de
confianza del
franciscano, sino que, a lo largo de sus entrevistas con el genovés,
también había llegado a convertirse en un hombre de confianza de
éste; por lo tanto, en “un amigo”.
Los conocimientos de García Fernandez no se limitarían a
la medicina y cosmografía, también tendría ciertos
conocimientos nauticos y experiencia marítima, pues debió
participar en algunas expediciones oceanicas. Sabemos, con certeza, que
se enroló en 1499 en el viaje organizado por Vicente Yañez
Pinzón29. Viaje de gran transcendencia, puesto que durante el mismo se
descubrió Brasil y el Amazonas (26 de enero de 1500), así como, por los importantes
conocimientos geograficos que reportó para el conocimiento de las
recientes tierras descubiertas.
En síntesis, podemos identificar estos dos personajes con los
“amigos” a los que alude Las Casas. Pero Vazquez de la
Frontera, después de su experiencia en la armada portuguesa en un
proyecto, en esencia, similar al de Colón, de los consejos que dio sobre
el mar de los Sargazos y tras las entrevistas que mantuvo con el genovés,
creía firmemente en la viabilidad del plan colombino; y en consecuencia,
lo defendió ante los marinos palermos. Por su parte, sin el
asesoramiento de García Fernandez, fray Juan Pérez no
hubiese defendido y apoyado tan decididamente la empresa colombina. Sin duda,
el físico también creyó en el plan colombino, y así
se lo haría saber al franciscano. A pesar de que nadanuevo aportaron
estos “amigos” al proyecto de Cristóbal Colón, ya
suficientemente maduro, si podemos considerar que sus intervenciones, consejos
y apoyos, en momentos claves para el extranjero, resultaron trascendentales y
alentadores; circunstancias que, sin duda, tendría en mente el
genovés en el momento de decidir la elección del puerto de
partida.
Por el cognoscimiento y devoción que tenia y conversación y ayuda
con el dicho fray Juan Pérez
Como sabemos en el Monasterio de Santa María de La Rabida tuvo
Colón a sus mas devotos y fieles seguidores y protectores: fray
Juan Pérez y fray Antonio de Marchena. Omite Las Casas a Marchena,
posiblemente, no por desconocimiento de su existencia y trascendencia, que la
conocía sobradamente, sino por no vincularlo con el cenobio
rabideño. El propio Las Casas dira con respecto a este fraile que
nunca supo a que orden pertenecía. Ademas, pronto los cronistas
de Indias confundieron ambas figuras, unificandolas y creando un solo
fraile imaginario:“fray Juan de Marchena”, de Alejandro
Geraldini30, y “fray Juan Pérez de Marchena” o “fray
Juan Antonio Pérez de Marchena” de Gómara y Herrera.
Afortunadamente, desde finales del
siglo XIX, quedó demostrado que esos nombres pertenecían a
personajes ficticios, fruto de la fusión por error de los dos famosos
frailes rabideños, fray Antonio de Marchena y fray Juan Pérez31.
Todo ello, a pesar de que el propio Cristóbal Colón
diferenció a los dos frailes en sus escritos. No ha deextrañarnos
este yerro de algunos cronistas. Proceso similar ha ocurrido, como
ya he denunciado en otras ocasiones, con peor suerte dada su amplia
difusión, la invención del
topónimo “Palos de Moguer”, villa que jamas ha existido,
a pesar de lo cual algunos “historiadores” poco documentados, han
reiterado y continúan reiterando en la equivocación.
A ellos debe referirse Colón cuando dice en su Relación del
tercer viaje:
“En fin, Vuestras Altezas determinaron que esto se pusiese en obra.
Aquí mostraron el grande coraçón que siempre
fiçieron en toda cosa grande, porque todos los que avían
entendido en ello y oído esta platica, todos a una mano lo
tenían a burla, salvo dos frailes que siempre fueron
constantes”32.
Parece ser que fue fray Antonio de Marchena, quien probablemente ejercía
el cargo de guardian del
convento, el que trató con Colón en su primera visita al cenobio
franciscano. Según la teoría mas extendida, fray Juan
Pérez aún no se encontraba en La Rabida, pues en la segunda
visita de Colón en 1491, cuando Pérez lo recibe no lo
conocía, según se deduce de la declaración del físico de Palos, García
Fernandez, que fue testigo del
encuentro33. De Marchena son desgraciadamente escasísimos los datos que
poseemos sobre su vida y distintos cargos que ejerció en la Orden de San
Francisco, no existiendo aún entre los estudiosos un consenso claro al
respecto34.
A pesar de la escasez de fuentes documentales sobre Marchena, en lo que
sí coinciden todas lasexistentes, es en hacer público
reconocimiento de sus cualidades y reafirmar el apoyo constante que
prestó al genovés. Igualmente, de lo que no cabe duda, es que
fray Antonio de Marchena es el fraile astrólogo que refieren los
documentos colombinos, el mismo que apoya incondicionalmente el plan del
genovés en la corte de los Reyes Católicos. Estos aspectos los
conocemos por el testimonio de los propios monarcas, en las instrucciones que
el 5 de septiembre de 1493 dan al Almirante durante los preparativos del
segundo viaje al Nuevo Mundo:
“E platicando aca estas cosas, nos parece que sería bien
que llevasedes con vos un buen estrólogo; y nos paresció
que sería bueno para esto fray Antonio de Marchena, porque es buen
estrólogo, y siempre nos paresció que se conformaba con vuestro
parecer”35.
A él se refiere el padre Las Casas en su Historia de las Indias
resaltando el constante apoyo prestado al genovés para el convencimiento
de reina Isabel:
'Según parece por algunas cartas de Cristóbal Colón
escritas por su mano, que yo he tenido en las mías, a los Reyes desde
esta isla Española, un religioso que había de nombre fray Antonio
ale Marchena, no dice de qué orden, ni en qué, ni cuando,
fue el que mucho le ayudó a que la Reina se persuadiese y aceptase la
petición'36.
Igualmente a él se refiere claramente el propio Almirante, a manera de
gratitud pública, en una de estas cartas dirigida a los Reyes desde
Santo Domingo y que transcribe Las Casas así:
“Ya saben susVuestras Altezas que anduve siete años en su corte
importunandoles por esto; nunca en todo este tiempo se halló
piloto, ni marinero, ni filósofo, ni de otra ciencia que todos no
dijesen que mi empresa era falsa, que nunca yo hallé ayuda de nadie,
salvo de fray Antonio de Marchena, después de aquella Dios
eterno”.
En esta misma carta, un poco mas adelante, vuelve a reiterar su
afirmación diciendo que “no se halló persona que no lo
tuviese a burla, salvo aquel fraile fray Antonio de Marchena”37.
Marchena sería posiblemente la única persona, o una de las pocas,
a quien Colón revelaría, sin duda bajo confesión, las
verdaderas fuentes y detalles de su plan, el famoso secreto colombino38. En
este sentido López de Gómara narrara que Colón vino
a la villa de Palos donde habló con un “fraile francisco en la
Rabida, cosmógrafo y humanista, a quien en puridad
descubrió su corazón, el cual fraile lo esforzó mucho en
su demanda y empresa” 39. A Marchena también se refiere, en este
mismo sentido, Fernandez de Oviedo cuando, narrando la llegada de Colón
a La Rabida, narra que “este fraile fue la persona sola de aquesta
vida a quien Colón mas comunicó de sus secretos; e aun del
cual y de su sciencia se dice, hasta hoy, que él rescibió mucha
ayuda e buena obra, porque este religioso era grande cosmógrafo”40.
Por ello, no es de extrañar que sea este fraile, experto en
astrología y cosmografía, el constante e inquebrantable defensor
del genovés y su proyecto en la Corte, durantelos siete años que
duró las negociaciones. A las gestiones y empeño de este
franciscano debemos, con toda probabilidad, que en enero de 1486 los Reyes
reciban por primera vez al “extranjero pobremente vestido”; a
él también debemos que los Reyes ordenasen la constitución
de una comisión de expertos para examinar el proyecto colombino; y a él
también debemos, que Colón fuese recibido por los duques de
Medina Sidonia y Medinaceli41. Del mismo modo, también debió de
ser Marchena, buen conocedor del viaje de Pero Vazquez de la Frontera,
así como, del proyecto de Colón de buscar tierras hacia el occidente,
quien citaría al marino palermo a una entrevista con el genovés;
encuentro que tuvo lugar en el convento, de acuerdo con lo narrado por Hernando
Colón. Naturalmente, en esta entrevista, el marino expondría al
genovés su experiencia en la búsqueda de nuevas tierras al
Poniente, en pleno océano Atlantico, en los años que
estuvo al servicio de la corona portuguesa.
En los testimonios recogidos en los “Pleitos Colombinos”,
también encontramos muestras de reconocimiento del vital papel jugado
por Marchena en la defensa del proyecto colombino, así como, del
convencimiento de los Reyes para financiar y amparar la empresa del
genovés. Andrés del Corral, vecino de la villa de Puerto Real,
testigo directo de los acontecimientos, declara lo siguiente:
“Que este testigo estando en la corte de Madrid con el dicho Almirante al
tiempo que negociaba con sus Altezas la venida adescubrir, el dicho almirante
viendo como los del Consejo le eran contrarios dixera a sus altezas que
daría persona a quien creyesen, e entonces llegó un frayle de la
horden de Sant Francisco cuyo nombre no sabe el qual dixo a sus Altezas que era
verdad lo quel almirante decía e que entonces le despacharon e vino a
estas partes a descubrir”42.
Junto con las providenciales gestiones que Marchena realizó en la corte
de los Reyes Católicos, también resultaron decisivas sus acciones
para convencer a la marinería palerma sobre la viabilidad del proyecto
colombino, cuando la mayoría de los marineros se resistían a
embarcase en tan temeraria expedición, capitaneada ademas por un
marino extranjero sin ningún prestigio en la zona. Probablemente, sus
esfuerzos se concentrarían en el convencimiento del carismatico y
acreditado Martín Alonso Pinzón, sabedor de su gran influencia en
la marinería de la comarca, como los hechos posteriores demostraron. A
estas circunstancias se refiere Ferran Pérez Camacho cuando
declara:
“Que oyó decir al dicho Martín Alonso Pinçón,
que un frayle de Sant Francisco que hera guardian del monasterio de la
Rabida, questa junto a la dicha billa de Palos, le avía
ynformaclo e dicho que fuese a descubrir las Yndias e que placería a
Dios que avían de hallar la tierra e queste frayle hera muy grande
astrolago”43.
En cuanto a fray Juan Pérez debemos situarlo en escena, según la
creencia mas extendida, durante la segunda estancia del descubridor enla
villa de Palos. Como ya referimos, tras el fracaso de Colón en la corte
de los Reyes Católicos, regresa al cenobio rabideño, hacia
principios del otoño44 de 1491, desalentado y empobrecido, con la posible
intención de dejar a su hijo Diego nuevamente a sus cuñados, y
esperar en el puerto de Palos a alguna nave que le traslade a Francia, con la
idea de ofrecer el proyecto a Carlos VIII.
En La Rabida esta nuevamente Fray Antonio de Marchena, el fraile
astrólogo, con el cargo de guardian; pero quien le
recibira es fray Juan Pérez, encargado de la hospedería
del convento45. Quienes defienden esta afirmación se fundamentan en
varios testimonios de los Pleitos Colombinos, especialmente en la declaración
de Alonso Vélez, alcaide y alcalde mayor de la villa de Palos46. En su
testimonio diferencia de forma muy clara entre la existencia de un fraile
astrólogo guardian del monasterio, que recordemos tiene que ser
fray Antonio de Marchena, y un tal fray Juan que había servido siendo
mozo a la reina Isabel.
Por reveladora, transcribo aquí la declaración de Alonso
Vélez en los Pleitos Colombinos:
“Vido este testigo quel dicho almirante Colón estuvo en la villa
de Palos mucho tienpo publicando el descubrymiento de las Yndias e posó
en el monesterio de La Rabida, e comunicava la
negoçiaçión del descubrir con frayle estrólago que
ende estaba en el convento por guardian, e ansí mismo con un fray
Juan que avía servido, siendo moço, a la Reyna doña Ysabel
Católica, en ofiçiode contadores, el cual sabía la
negociación, fue al real de Granada, donde estavan entonçes los
Reyes Católicos, allí comonunicó la cosa con sus Altezas
en tal manera que mandaron llamar al almirante, e allí se dio asiento
como fuese el dicho Almirante a descubrir las dichas Yndias.”47.
Pero ¿Quién es fray Juan Pérez? Al igual que en el caso de
Marchena, las fuentes documentales que conocemos sobre este fraile son
escasísimos. A él se refiere claramente Cristóbal
Colón en una carta que envía a los Reyes en 1501:
“Yo me di en Barcelona a vuestras altezas sin desear de mi cosa, y
ansí como fue el anima, ansí fue la honra y la hacienda.
Fray Juan Pérez lo diría y el ama”48.
Igualmente, a este franciscano se refiere Colón en el documento conocido
como “memorial de los agravios”, cuando, en relación a la
firma de las Capitulaciones de Santa Fe relata “que al tiempo que
él vino a Sus Altezas con la impresa de las Indias, que él
demandaba por un memorial muchas cosas, y fray Juan Pérez y Mosen de
Coloma, los cuales entendían e esto por mandado de Sus Altezas, le
concertaron que le fiziesen su Almirante de las islas y tierra firme que
descobriesen en la mar Océana…”49.
Por las declaraciones de los testigos de los Pleitos Colombinos, en concreto la
del físico García Fernandez y el alcalde mayor Alonso
Vélez, ya trascritas, sabemos que fray Juan Pérez había
servido en su juventud en la Contaduría Real de Castilla y ejercido como
confesor de la reina Isabel. De lo que nopodemos dudar es que, durante la
segunda estancia colombina en la villa de Palos, su papel sera decisivo
para el destino del genovés.
Como hemos visto anteriormente fray Juan Pérez se entrevistó con
su amigo García Fernandez y con Colón, en el convento de
La Rabida, donde trataron sobre el proyecto colombino. Tras sus
conversaciones, también Pérez, al igual que Marchena,
creera firmemente en el proyecto colombino; por ello, aprovechara
su amistad con la reina Isabel para interceder ante ella, a la cual escribe una
carta rogandole que atienda de nuevo a Cristóbal Colón,
evitando con ello su marcha a Francia. Mientras esperaban la ansiada respuesta,
como refieren numerosos testimonios, el menesteroso Colón y,
probablemente su hijo, quedaron hospedados nuevamente en el convento.
La respuesta de la reina Isabel a fray Juan Pérez, su antiguo confesor,
fue temprana. Según la declaración de García
Fernandez50, a los 14 días, hecho que corrobora Las Casas en su
Historia de La Indias51. En la contestación, la soberana agradece el
propósito del fraile y requería su presencia en la Corte para tratar
el asunto, dejando a Colón en “seguridad de esperanza” hasta
que la soberana lo mandase llamar de nuevo. Y así se hizo, el fraile
partira inmediatamente hacia Santa Fé a lomos de una mula que
alquiló a Juan Rodríguez Cabezudo vecino de Moguer.
La entrevista de fray Juan Pérez con la reina en el campamento granadino
fue un éxito. El franciscano debió de poseer gran poder
deconvicción, exponiéndole no sólo la viabilidad del
proyecto colombino y los beneficios que acarrearía para los monarca,
sino también, las posibilidades evangelizadoras que el hallazgo de
aquellas nuevas tierras traería. Doña Isabel no solo
ordenó que Colón regresara a la Corte, es mas, le
envió 20.00052 maravedíes en florines para que pudiese
desplazarse y presentarse dignamente ante ellos. De vuelta a tierras palermas,
como veremos con mas detenimiento, el 23 de mayo de 1492, fray Juan
Pérez acompañara Cristóbal Colón a la
Iglesia San Jorge, donde sera testigo de la lectura la famosa real
provisión de los Reyes Católicos dirigida a la villa de Palos.
El caso es, que la acción de los frailes rabideños
resultara nuevamente providencial para Colón, pues consiguen
animarle en su desesperación y desaliento, convencerle para que no
marche para Francia y reanudar las conversaciones con los Reyes
Católicos. Para el colombinista Juan Manzano, esta tercera razón
apuntada por Las Casas, es la mas convincente y trascendente, y a este
respecto comenta:
“A estos buenos religiosos atribuimos nosotros, principalmente, la
elección del puerto de Palos como base de partida del primer viaje al
Nuevo Mundo. Ellos, y sobre todo fray Juan Pérez, pues fray Antonio no
debía de encontrarse entonces en la corte debieron ser los que
inclinaron el animo de Cristóbal Colón para preferir a
Palos sobre los restantes puertos de la costa de la mar de Andalucía.
Por el amor que sentían hacia latierra sobre la que el convento
extendía su benéfica influencia, es presumible que fray Juan y
fray Antonio desearan que fueran sus hombres, y no otros, los que se vieran
galardonados con los laureles de la inmortal hazaña. En un principio,
los Reyes Católicos, probablemente, no habían pensado siquiera en
el puerto del Tinto para organizar esta primera armada al Océano. A
Colón lo mas seguro es que le resultara completamente indiferente
el punto de partida de la expedición. En cambio, a fray Antonio y fray
Juan les debía de hacer felices la idea de que el ligur se sirviera de
los hombres y barcos de su comarca”53.
Sin embargo, sin menospreciar la influencia de los franciscanos sobre el animo
del genovés, debo discrepar totalmente en este punto con del docto
colombinista. Aunque es mas que probable que fray Juan y fray Antonio
aconsejaran a Colón sobre la capacidad y conveniencia del puerto y de
los marinos de la villa de Palos para la realización de su empresa
oceanica, no creo que fuese ese el elemento determinante que sopesase
Colón cuando opto por designar el puerto de salida. Hombre tan
calculador y pertinaz como lo fue, debió de tener, en sus siete años
de negociaciones en tierras castellanas, por autoconvencimiento, mas que
pensado el posible puerto de salida de su ecxpedición, mucho antes de la
firma de las Capitulaciones de Santa Fe. Mas que convencer al
genovés sobre la elección del puerto, los franciscanos
corroborarían el acierto de su elección. Colónno iba a
arriesgar su proyecto eligiendo el puerto de Palos por el simple hecho de
complacer a sus amigos franciscanos. En sí misma, la amistad franciscana
rabideña, no fue el motivo de la elección de la villa de Palos,
sino un aspecto a favor a tener en cuenta, especialmente en la posible ayuda
que prestarían en el convencimiento de la marinería local para el
enrolamiento de la tripulación. Igualmente debo discrepar, por las
razones que mas adelante expondré, en considerar que, en un
principio, los Reyes Católicos “no habían pensado siquiera
en el puerto del Tinto para organizar esta primera armada al
Océano”.
Dejando por el momento esta última cuestión, de lo que no cabe
duda, es que fray Antonio de Marchena y fray Juan Pérez fueron los
principales valedores de las ideas colombinas, especialmente en aquellos
momentos en los que el animo del desvalido genovés decaía.
Sus intervenciones jugaron un especial y providencial papel para el
éxito del plan colombino, de tal forma que podemos decir, sin temor a
equivocarnos, que sin la participación de los franciscanos
rabideños, el Descubrimiento de América no se habría
consumado con éxito en 1492. Metafóricamente, podemos decir que
durante aquellos años estos dos frailes actuaron como verdaderos
“angeles de la guarda” de Cristóbal Colón.
Porque a lo que yo tengo entendido, los Reyes tenían obligada la villa
de Palos.
La cuarta y última razón que refiere el padre Las Casas, la
sanción o condena que pesaba sobre lavilla de Palos, ha sido considerada
por muchos autores como la única o principal causa que motivó la
elección de la villa de Palos, afirmación con la que igualmente
discrepo, por los razonamientos que expondré a lo largo de las
próximas líneas.
Convencidos los Reyes Católicos tras arduas negociaciones y firmadas las
Capitulaciones de Santa Fe, en los términos exigidos por el
genovés, Colón, pletórico, con el favor real, decide
regresar a la villa Palos portando las provisiones y cédulas reales
otorgadas por los soberanos para el apresto de su armada. El 23 de mayo de
1492, se encontraba ya en la localidad palerma, donde se dirige en
compañía de fray Juan Pérez a la Iglesia San Jorge54,
portando la famosa real provisión de los Reyes Católicos55.
Colón presentara la real provisión y la entregara
al escribano Francisco Fernandez el cual la leera en voz alta a
los presentes. Tras su lectura exigira a las autoridades allí
reunidas su cumplimiento. Los alcaldes y regidores, manifestaran su
voluntad de obediencia y cumplimiento de la provisión. De esta forma
quedaron oficialmente los palermos informados de las órdenes de los
soberanos, noticia que correría rapidamente por toda la comarca.
De acuerdo con el documento, Cristóbal Colón era nombrado
capitan mayor de una armada de tres carabelas al servicio de los Reyes
Católicos, de las cuales la villa de Palos estaba obligada a aportar,
por “algunas cosas fechas e cometidas por vosotros en desserviçio
nuestro”, doscarabelas “armadas a vuestras propias costas e espensas”,
es decir, totalmente aparejadas, en las cuales han de servir durante dos meses
a las órdenes de Colón, para ir “ciertas partes de la mar
océano sobre algunas cosas que cunple a nuestro serviçio” y
“sigays la vía donde él de nuestra parte vos
mandare”.
Deliberadamente no se especifica el destino ni rumbo de la expedición,
por ser secreto y para evitar ademas posibles conflictos
diplomaticos con el reino luso. No obstante, se quiere dejar constancia
que se prohíbe ir “a la Mina y al trato de los que tiene el
serenísimo Rey de Portugal”, zona reservada al monarca luso desde
1479 por el tratado de Alcaçobas. Los soberanos otorgan a los palermos
un plazo de diez días para que tengan “adereçadas e prestas
a punto las dichas dos carabelas armadas”. De suerte para la villa que,
al menos, el sueldo de la tripulación corre a cargo de los monarcas, los
cuales mandan se paguen cuatro mensualidades completas.
Mucho se ha debatido sobre cuales fueron dichos
“deserviçios”. Presumiblemente, estarían relacionados
con algún incumplimiento del Tratado de Alcaçobas56, por el que
Castilla reconocía y cedía a Portugal la soberanía de las
costas y mares atlantico-africanos, lugares que hasta entonces, como
hemos visto, habían sido zonas tradicionales de pesca y comercio de los
marineros palermos. Las propias necesidades de supervivencia de la villa de
Palos, hicieron inevitable la reiterada inobservancia de dicho tratado.
Perosería una gran ingenuidad reducir las causas de la elección
del puerto y gente de Palos al cumplimiento de una sanción impuesta, la
cual simplemente fue un mero pretexto y treta legal. Si bien es cierto,
que las mermadas arcas de la corona castellana conseguían con ello
ahorrar el costo de armar y aparejar dos de las tres naves previstas
—unos 360.000 maravedíes57—, no tiene ningún sentido
que, existiendo otros puertos realengos disponibles, los Reyes Católicos
invirtieran en la compra de la mitad de la villa de Palos la colosal cantidad
de 16.400.000 maravedíes58, cantidad ocho veces superior al costo de la
propia expedición colombina que tanto había costado financiar y,
por otra parte, operación mucho mas compleja de haber elegido
otro puerto realengo.
Es totalmente coherente pensar —como hacen numerosos historiadores—
que la corona quería que la expedición saliera de un puerto
realengo, con el fin de que no hubiese ninguna duda de que la empresa era
promovida por la corona, garantizando con ello, que la soberanía y
privilegios sobre las nuevas tierras descubiertas, en ningún momento
pudiese ser cuestionada. Es cierto que en aquel momento la mayoría de
los puertos andaluces estaba en manos de la nobleza: El Puerto de Santa
María, a Medinaceli; Cadiz y Rota, a los Ponce de León;
Sanlúcar de Barrameda, Chipiona y Huelva, a Medina Sidonia; Moguer, a
los Portocarrero, etc. Pero no es menos cierto que también
existían algunos puertos pertenecientes a la corona eigualmente con
salida a la fachada atlantica. Me estoy refiriendo al gran puerto de
Sevilla que, aunque interior, estaba perfecta y mas que suficientemente capacitado
para el apresto de la expedición, como demostrara en los
sucesivos años durante la Carrera de Indias; y al puerto gaditano de
Puerto Real59, perfectamente situado en la Bahía de Cadiz, aunque
pequeño por entonces, contaba con capacidad suficiente para preparar la
modesta expedición colombina, estando muy próxima a otros de
importantes puertos y poblaciones; ademas, debemos de sopesar que se
encuentra a sólo media jornada de navegación de Palos, por lo que
facilmente la villa palerma podía haber trasladado allí
las carabelas, una vez estuviesen aparejadas, y con ello haber cumplido
igualmente con la sanción impuesta. De otro lado, debemos igualmente
sopesar, que los Reyes Católicos no compraron la totalidad de la villa
de Palos, sino solo su mitad, por lo que, al contrario del puerto de Sevilla y
Puerto Real, no era de su exclusiva propiedad60 y por tanto, la titularidad de
su puerto era poseído en “comunión” con los otros
señores locales.
De otro lado, es igualmente interesante mencionar que el interés de la
Corona por la compra de la villa de Palos se remonta 1480, con el fin de frenar
la influencia del poderoso Duque de Medina Sidonia en la zona, que un
año antes había comprado la doceava parte de la villa palerma a
Don Fernando de Zuñiga. A la muerte en 1469 de Alfonso de Silva, II
Conde deCifuentes, la mitad de la villa de Palos que le pertenecía quedo
dividida entre sus seis hijos. Sin embargo, desde 148061, se inicia un largo y
lento proceso —sutilmente tutelado por los Reyes Católicos—
de reunificación de la mitad de la villa de Palos pertenecientes a los
hermanos Silva, representada por Pedro de Silva, que ostentaba el cargo de
“Maestresala de los Reyes”. Proceso que culminara con la
compra de la mitad de la villa de Palos por los Reyes Católicos en 1492.
Lentamente, Pedro de Silva va consiguiendo los poderes necesarios de sus otros
cinco hermanos, para poder disponer libremente de los derechos de cada uno de
ellos sobre la villa.
Lo interesante es resaltar que este pausado proceso, practicamente
estancado desde 1487, se aceleró vertiginosamente a partir de la firma
de la real provisión dirigida a Palos, recordemos firmada el 30 de abril
de 1492. Si hasta esa fecha Don Pedro de Silva solo había conseguido
congregar los poderes de sus dos hermanas, a partir de entonces consigue reunir
los poderes de sus otros tres hermanos varones: Don Juan de Silva, Conde de
Cifuentes y titular del señorío, y Don Lope de Silva, lo hacen el
4 de junio; Don Alonso de Silva, Comendador de la Orden de Calatrava, el 20 de
junio. Solo cuatro días después de reunir todos los poderes, el
24 del mismo mes, el Conde de Cifuentes vendera la mitad la villa de
Palos a los Reyes, culminando de esta forma el proceso iniciado doce
años antes. Curiosamente desde el día 20 dejunio, antes de
formalizarse la venta, ya los Reyes habían enviado a sus
administradores, Juan de Cepeda y Francisco Pinelo, para que tomasen
posesión de la villa.
Existe pues un evidente esfuerzo, empeño y celeridad por parte de los
Reyes Católicos en adquirir la mitad de la villa de Palos una vez que se
ha decidido que sera el puerto de preparación y salida de la
expedición colombina. Existe un gran interés por parte de los
monarcas, no solo en que sea puerto realengo, sino sobre todo que sea este
puerto precisamente y no otro. Si algo había caracterizado la
personalidad de Cristóbal Colón, fue su obstinación y
exigencia en la consecución y negociación de su gran proyecto de
llegar a Oriente por Occidente; ahora, una vez firmadas las Capitulaciones de
Santa Fe, la elección del puerto y de la tripulación no fue algo
ni casual, ni apresurado, sino totalmente premeditado. Colón, tras sus
estancias en Palos había entrado en contacto con la experta y
prestigiosa marinería palerma, y sabía que sólo con hombres
como ésos sería capaz de llevar a cabo su proyecto. Contaba
ademas con el incondicional apoyo de los frailes rabideños
—fray Antonio de Marchena y fray Juan Pérez— y la amistad de
algunos hombres carismaticos de la villa —Pero Vazquez de la
Frontera y García Fernandez— ellos le ayudarían en el
convencimiento y reclutamiento de la marinería. Los Reyes aceptaron la
propuesta, pues corroboraban y ratificaban la elección convencidos de su
idoneidad, y por elloestan dispuestos a pagar por la mitad villa una
cantidad astronómica. No se trataba de complacer al genovés;
ambos, marino y Reyes, coincidieran en determinar el puerto de Palos como el
mas adecuado y apto para la temeraria expedición descubridora que
pretendían. Los acontecimientos posteriores, que ya todos conocemos,
demostraron el acierto en la elección del puerto palermo.
La sanción impuesta a la villa de Palos por los deservicios cometidos,
cualquiera fuesen, pudo ser una circunstancia aprovechable, pero nunca la
razón de su elección. Se trata de una argucia real tramada para
asegurarse la participación de los marinos palermos, cuya fama y pericia
los determinaban como los mas aptos y capacitados ante Cristóbal
Colon y los Reyes Católicos.
En definitva como hemos visto a lo largo de estas líneas podemos decir
que fueron un cumulo de circunstancias y factores los que se conjugaron para
que fuese este puerto y no otro el elegido y designado para dar a luz el mayor
descubrimeitno geografico y cultural de la Historia.La designación del
puerto de Palos por los Reyes Católicos, sin lugar a duda, a instancias
e interés personal de Colón, se convirtió en un elemento
clave del éxito de la empresa colombina. Pero Palos fue algo mas
que el lugar de partida, en estas tierras se forjó el descubrimiento del
Nuevo Mundo, y es por ello, con justa razón, que se conoce a Palos de la
Frontera como la Cuna del Descubrimiento de América.