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Alzheimer - ALIMENTACIÓN Y ALZHEIMER, La cruda realidad alimentaria, Actitudes y aprendizajes practicos, Factores de riesgo de la enfermedad
El cuidador principal de un enfermo de Alzheimer
suele ser en España una mujer (superan en proporción 4:1 a los
varones), hijas (60%) o cónyuge (30%) del enfermo (Crespo y cols, 2003),
que actúa generalmente en solitario ya que rara es la familia en la que
sus miembros trabajen realmente equitativamente 'en equipo' a la hora
de cuidar al enfermo (Sancho, 2002). Este cuidador principal va
asumiendo paulatinamente la mayor parte de las tareas del cuidar, hasta llegar realmente a no
hacer casi otra cosa en su vida personal sino dedicarse 24 horas al día
a esta labor.
ALIMENTACIÓN Y ALZHEIMER
La pérdida de peso y la desnutrición son habituales entre estos
enfermos, y se asocia a un aumento de la morbilidad y
la mortalidad.
El Alzheimer ya afecta en España a cerca de 3
millones de personas y el número crece cada año. Por eso, el reto común de asociaciones, investigadores y
familias que cuidan de los enfermos es el de contribuir a mejorar su calidad de
vida. En este contexto, la alimentación
juega un papel relevante, dado que la pérdida de peso y la
desnutrición son habituales y se asocian a un aumento de la morbilidad y
la mortalidad.
Los problemas inherentes a la enfermedad, como son la pérdida de la
independencia, la dificultad para orientarse, los desórdenes en el
comportamiento alimentario y la deambulación frecuente, influyen en el
adelgazamiento, que se incrementa con severidad a medida que va pasando el
tiempo y el mal va progresando. La información sobre el manejo
dietético y los problemas nutricionales esfundamental para los
profesionales de la salud y las familias.
La cruda realidad alimentaria
A pesar de que no hay evidencias que demuestren una relación
inseparable, sí suele asociarse la desnutrición a las personas
con Alzheimer.
En los 'Cuadernos del Cuidador', editados
por la Fundación Alzheimer España, se hace una descripción
muy clara y sencilla de cómo el deterioro de la memoria y del juicio puede
interferir en la vida alimentaria. No hay evidencias científicas
sólidas que vinculen los factores nutricionales a la causa de la
enfermedad de Alzheimer, pero la desnutrición y la pérdida de
peso son compañeras frecuentes de las personas que la padecen.
Según los autores de este documento, se llega a la
malnutrición-desnutrición por diversas razones; la pérdida
de memoria influye hasta el punto de olvidar cosas tan basicas como
hacer las compras, almacenar los alimentos en la despensa o en la heladera y
cocinar. Se dan cambios tan sutiles en los primeros estadios que ni siquiera la familia se da cuenta de que la persona con
Alzheimer no se esta alimentando bien. El olvido de las preferencias
alimenticias, y parece ser que hasta de los gustos, y la dificultad en percibir
los aromas y saborear un buen plato son algunas de las
causas por las que se pierde el apetito y se come menos. La atrofia de ciertas regiones cerebrales implicadas en la regulación de
la conducta alimentaria podría estar relacionada con la pérdida
de peso severa y la deficiencia de nutrientes -entre ellos las vitaminas B1, B9
y B12, y proteínascomo la albúmina-, derivada de la mala
alimentación, que, a su vez, incrementa el deterioro cognoscitivo.
Con el progreso de la enfermedad, aparecen la deambulación, la
agitación y la intranquilidad, responsables de un
gasto calórico de hasta 1.600 kilocalorías mas de lo
habitual para las características físicas del individuo. Si se come menos y se gasta
mas, el resultado es facil de predecir: se favorece la
pérdida de peso que puede ser la antesala de infecciones, enfermedades
oportunistas y complicaciones de salud, que lo único que hacen es
ensombrecer una calidad de vida de por sí ya muy reducida.
Actitudes y aprendizajes practicos
La Fundació Institut Català de l'Envelliment (Fundación
Instituto Catalan de Envejecimiento) ha editado una pequeña
guía practica, 'Alimentación y Alzheimer', que
informa de manera amena y muy próxima sobre el manejo de los problemas
nutricionales, el aporte de la ayuda necesaria a la hora de alimentarse y el
remedio a trastornos asociados a la enfermedad, como son la disfagia o
dificultad para tragar y la anorexia, entendida como pérdida de apetito.
Según Manuel Velasco Suarez, del Laboratorio de Nutrición
del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de
México, 'la anorexia puede darse en estadios avanzados de la
enfermedad y asociarse con la pérdida de peso y con la toma de
medicamentos como los opioides'. Por otro lado, 'la disfagia se ha
reconocido como
una causa de muerte inmediata en el 33% de los pacientes afectados por
Alzheimer', añade. Por este motivo, es
fundamentalentender el nexo tan importante entre la enfermedad y la
alimentación y, consecuentemente, ofrecer toda la información
posible a las personas responsables de los enfermos.
Olvidarse de uno de los cuidados fundamentales hacia uno mismo, como
es el de alimentarse, comporta todo un abanico de aspectos que se deben tener
en cuenta. Según Antoni Salvà y Joan Carles Rovira, autores de la
guía, conviene antes que nada evaluar hasta qué punto la persona
puede prepararse su propia comida.
Menús adaptados
Es muy útil elaborar una lista semanal de menús tipo equilibrados
y variados y organizar la lista de las compras y su posterior almacenamiento.
En esta tarea, la ayuda de la 'Guía Alimentación
según la edad y el tipo de trabajo', editada por el portal
español CONSUMER EROSKI, puede ser de gran utilidad. La atención
mas especial se debe dirigir al estado de conservación de los
alimentos, a la utilización de los objetos cortantes y afilados y, sobre
todo, a que las instalaciones de la cocina sean
seguras.
Cuando ya se han olvidado ejecuciones de actividades relacionadas con la comida
tan elementales como el uso de los cubiertos, hay soluciones sencillas que
pueden ayudar a ralentizar la pérdida de facultades. Las comidas
familiares ayudan a que el enfermo se sienta reconocido y pueden facilitar un mejor uso de la vajilla por imitación.
También resultan muy útiles en estos casos los cubiertos
adaptados, los platos irrompibles y los vasos antivuelco.
Ademas, se pueden cocinar alimentos que la persona pueda comer con la
mano,como
por ejemplo croquetas, emparedados, sandwiches, empanadas o barritas de
pescado, entre otros.
Al margen de las pequeñas y practicas
soluciones a cada problema, uno de los puntales en la ayuda a los enfermos es
una conducta flexible por parte de los cuidadores. Los trastornos del
comportamiento alimentario hacen de quienes padecen Alzheimer personas
completamente dependientes y, por eso, el respeto a su nuevo ritmo de vida y
las acciones encaminadas a preservar al maximo su independencia y
dignidad son la base de la relación.
LIPIDIDIET: últimos avances en nutrición y Alzheimer
El proyecto europeo LIPIDIDIET estudia el rol de los lípidos aportados
por la alimentación en la prevención y tratamiento o, por el
contrario, en la aceleración del Alzheimer.
Aunque las dietas con un alto contenido de grasas han
sido identificadas como
un factor de riesgo para el Alzheimer, también se ha demostrado que la
ingestión de una dosis específica de lípidos es
fundamental para la prevención de esta enfermedad.
El aporte suficiente de acidos grasos esenciales, de acidos
grasos Omega 3 (DHA y EPA) y ciertas vitaminas (B1, B6, B12) mantiene la
integridad estructural y funcional de las neuronas, células
especializadas del
Sistema Nervioso. Varias líneas de investigación sugieren que los
acidos grasos Omega 3, en concreto, pueden desempeñar un papel relevante en la fisiopatología, la terapia o
la prevención de esta enfermedad. Esto abre camino al
desarrollo de productos funcionales o de complementos nutricionales que puedan
servir deapoyo nutricional para preservar la función cognitiva.
Restricción calórica
Otro de los aspectos interesantes que rodea el nexo entre esta enfermedad y la
alimentación es el planteamiento de cómo afecta el tipo de dieta
a su aparición y desarrollo. Investigadores de la Facultad de
Medicina Monte Sinaí de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, han
informado en un estudio publicado en el Journal of Neurochemistry, que una
dieta hipocalórica restringida en hidratos de carbono podría
ayudar a prevenir el Alzheimer. Esto es gracias a la disminución de la
formación de la capa de péptidos beta-amiloides, sustancias
presentes en mayor cantidad en el cerebro de las personas que padecen esta
enfermedad. La disminución de calorías de la dieta podría
incrementar la expresión de una proteína llamada SIRT1, que se
sabe afecta positivamente al envejecimiento y que en esta investigación,
con primates, esta inversamente relacionada con los péptidos
beta-amiloides en el cerebro. Según Giulio Pasinetti, el director de la
investigación, con este trabajo se abre una puerta a que otros
investigadores indaguen mas profundamente sobre esta valiosa aproximación
a las causas de la enfermedad, con el objetivo de aclarar los mecanismos
biológicos que la rodean.
ALIMENTACIÓN Y ALZHEIMER
La pérdida de peso y la desnutrición son habituales entre estos
enfermos, y se asocia a un aumento de la morbilidad y
la mortalidad.
El Alzheimer ya afecta en España a cerca de 3
millones de personas y el número crece cada año. Por eso, el reto común deasociaciones, investigadores y
familias que cuidan de los enfermos es el de contribuir a mejorar su calidad de
vida. En este contexto, la alimentación
juega un papel relevante, dado que la pérdida de peso y la
desnutrición son habituales y se asocian a un aumento de la morbilidad y
la mortalidad.
Los problemas inherentes a la enfermedad, como son la pérdida de la
independencia, la dificultad para orientarse, los desórdenes en el
comportamiento alimentario y la deambulación frecuente, influyen en el
adelgazamiento, que se incrementa con severidad a medida que va pasando el
tiempo y el mal va progresando. La información sobre el manejo dietético
y los problemas nutricionales es fundamental para los profesionales de la salud
y las familias.
La cruda realidad alimentaria
A pesar de que no hay evidencias que demuestren una relación
inseparable, sí suele asociarse la desnutrición a las personas
con Alzheimer.
En los 'Cuadernos del Cuidador', editados
por la Fundación Alzheimer España, se hace una descripción
muy clara y sencilla de cómo el deterioro de la memoria y del juicio puede
interferir en la vida alimentaria. No hay evidencias científicas
sólidas que vinculen los factores nutricionales a la causa de la
enfermedad de Alzheimer, pero la desnutrición y la pérdida de
peso son compañeras frecuentes de las personas que la padecen.
Según los autores de este documento, se llega a la
malnutrición-desnutrición por diversas razones; la pérdida
de memoria influye hasta el punto de olvidar cosas tan basicas como
hacer lascompras, almacenar los alimentos en la despensa o en la heladera y
cocinar. Se dan cambios tan sutiles en los primeros estadios que ni siquiera la familia se da cuenta de que la persona con
Alzheimer no se esta alimentando bien. El olvido de las preferencias
alimenticias, y parece ser que hasta de los gustos, y la dificultad en percibir
los aromas y saborear un buen plato son algunas de las
causas por las que se pierde el apetito y se come menos.
La atrofia de ciertas regiones cerebrales implicadas en la regulación de
la conducta alimentaria podría estar relacionada con la pérdida
de peso severa y la deficiencia de nutrientes -entre ellos las vitaminas B1, B9
y B12, y proteínas como la albúmina-, derivada de la mala
alimentación, que, a su vez, incrementa el deterioro cognoscitivo.
Con el progreso de la enfermedad, aparecen la deambulación, la
agitación y la intranquilidad, responsables de un
gasto calórico de hasta 1.600 kilocalorías mas de lo
habitual para las características físicas del individuo. Si se come menos y se gasta
mas, el resultado es facil de predecir: se favorece la
pérdida de peso que puede ser la antesala de infecciones, enfermedades
oportunistas y complicaciones de salud, que lo único que hacen es
ensombrecer una calidad de vida de por sí ya muy reducida.
Actitudes y aprendizajes practicos
La Fundació Institut Català de l'Envelliment (Fundación
Instituto Catalan de Envejecimiento) ha editado una pequeña
guía practica, 'Alimentación y Alzheimer', que
informa de manera amena y muy próxima sobre elmanejo de los problemas
nutricionales, el aporte de la ayuda necesaria a la hora de alimentarse y el remedio
a trastornos asociados a la enfermedad, como son la disfagia o dificultad para
tragar y la anorexia, entendida como pérdida de apetito.
Según Manuel Velasco Suarez, del Laboratorio de Nutrición
del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía de
México, 'la anorexia puede darse en estadios avanzados de la
enfermedad y asociarse con la pérdida de peso y con la toma de
medicamentos como los opioides'. Por otro lado, 'la disfagia se ha
reconocido como
una causa de muerte inmediata en el 33% de los pacientes afectados por
Alzheimer', añade. Por este motivo, es
fundamental entender el nexo tan importante entre la enfermedad y la
alimentación y, consecuentemente, ofrecer toda la información
posible a las personas responsables de los enfermos.
Olvidarse de uno de los cuidados fundamentales hacia uno mismo, como
es el de alimentarse, comporta todo un abanico de aspectos que se deben tener
en cuenta. Según Antoni Salvà y Joan Carles Rovira, autores de la
guía, conviene antes que nada evaluar hasta qué punto la persona
puede prepararse su propia comida.
Menús adaptados
Es muy útil elaborar una lista semanal de menús tipo equilibrados
y variados y organizar la lista de las compras y su posterior almacenamiento.
En esta tarea, la ayuda de la 'Guía Alimentación
según la edad y el tipo de trabajo', editada por el portal
español CONSUMER EROSKI, puede ser de gran utilidad. La atención
mas especial se debe dirigir alestado de conservación de los
alimentos, a la utilización de los objetos cortantes y afilados y, sobre
todo, a que las instalaciones de la cocina sean
seguras.
Cuando ya se han olvidado ejecuciones de actividades relacionadas con la comida
tan elementales como el uso de los cubiertos, hay soluciones sencillas que
pueden ayudar a ralentizar la pérdida de facultades. Las comidas
familiares ayudan a que el enfermo se sienta reconocido y pueden facilitar un mejor uso de la vajilla por imitación.
También resultan muy útiles en estos casos los cubiertos
adaptados, los platos irrompibles y los vasos
antivuelco. Ademas, se pueden cocinar alimentos que la persona pueda
comer con la mano, como
por ejemplo croquetas, emparedados, sandwiches, empanadas o barritas de
pescado, entre otros.
Al margen de las pequeñas y practicas
soluciones a cada problema, uno de los puntales en la ayuda a los enfermos es
una conducta flexible por parte de los cuidadores. Los trastornos del
comportamiento alimentario hacen de quienes padecen Alzheimer personas
completamente dependientes y, por eso, el respeto a su nuevo ritmo de vida y
las acciones encaminadas a preservar al maximo su independencia y
dignidad son la base de la relación.
LIPIDIDIET: últimos avances en nutrición y Alzheimer
El proyecto europeo LIPIDIDIET estudia el rol de los lípidos aportados
por la alimentación en la prevención y tratamiento o, por el
contrario, en la aceleración del Alzheimer.
Aunque las dietas con un alto contenido de grasas han
sido identificadas como
un factor deriesgo para el Alzheimer, también se ha demostrado que la
ingestión de una dosis específica de lípidos es
fundamental para la prevención de esta enfermedad.
El aporte suficiente de acidos grasos esenciales, de acidos
grasos Omega 3 (DHA y EPA) y ciertas vitaminas (B1, B6, B12) mantiene la
integridad estructural y funcional de las neuronas, células
especializadas del
Sistema Nervioso. Varias líneas de investigación sugieren que los
acidos grasos Omega 3, en concreto, pueden desempeñar un papel relevante en la fisiopatología, la terapia o
la prevención de esta enfermedad. Esto abre camino al
desarrollo de productos funcionales o de complementos nutricionales que puedan
servir de apoyo nutricional para preservar la función cognitiva.
Restricción calórica
Otro de los aspectos interesantes que rodea el nexo entre esta enfermedad y la
alimentación es el planteamiento de cómo afecta el tipo de dieta
a su aparición y desarrollo. Investigadores de la Facultad de
Medicina Monte Sinaí de la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, han
informado en un estudio publicado en el Journal of Neurochemistry, que una
dieta hipocalórica restringida en hidratos de carbono podría
ayudar a prevenir el Alzheimer. Esto es gracias a la disminución de la
formación de la capa de péptidos beta-amiloides, sustancias
presentes en mayor cantidad en el cerebro de las personas que padecen esta
enfermedad. La disminución de calorías de la dieta podría
incrementar la expresión de una proteína llamada SIRT1, que se
sabe afecta positivamente al envejecimiento yque en esta investigación,
con primates, esta inversamente relacionada con los péptidos
beta-amiloides en el cerebro. Según Giulio Pasinetti, el director de la
investigación, con este trabajo se abre una puerta a que otros
investigadores indaguen mas profundamente sobre esta valiosa
aproximación a las causas de la enfermedad, con el objetivo de aclarar
los mecanismos biológicos que la rodean.
Foto archivo
Por: RCN La Radio
Investigadores del Instituto Nacional sobre el
Envejecimiento y la Asociación de Alzheimer de Estados Unidos
redefinieron la enfermedad del Alzheimer en tres etapas.
La primera etapa es identificada como la de la demencia; la
intermedia, donde los pacientes experimentan problemas leves, y la tercera, en
la que no hay síntomas evidentes, pero los cambios se manifiestan en el
cerebro.
En Colombia,
cerca de 250 mil personas sufren el mal de Alzheimer, aunque la cifra
podría ser superior de acuerdo a los datos de las Sociedades
Científicas. En el mundo, esta enfermedad, que
afecta al sistema nervioso y que provoca la degeneración de las neuronas
y de la mente, la padecen 30 millones de pacientes.
El neurólogo coordinador del Grupo de
Neurociencia de la Universidad de Antioquia, Francisco Lopera, informó
que Colombia
encabeza la lista de países con familias que padecen el Alzheimer
genético, es decir hereditario.
De otro lado, explicó que cerca del 5 por ciento de los casos de
Alzheimer en el mundo son genéticos. Y aseguró que el nuevo
estudio, donde se redefine la enfermedad, podríacontribuir a un mejor diagnóstico y a una posible cura de este
mal.
Texto copiado de www.rcnradio.com - Conozca el original en
https://www.rcnradio.com/noticias/19-04-11/el-alzheimer-se-puede-detectar-antes-que-aparezcan-los-s-ntomas#ixzz1KCgF2odv
. Factores de riesgo de la enfermedad
Lo que hasta el momento se conoce acerca de la etiología de la EA, es
que se trata probablemente de una enfermedad multifactorial, en la que
intervienen factores genéticos y otros factores ambientales aún
no bien caracterizados. El envejecimiento sería un
factor determinante. Los principales marcadores y factores de riesgo estudiados
que han mostrado alguna asociación con la EA son la edad avanzada, el
antecedente familiar de demencia y de síndrome de Down, el sexo
femenino, el genotipo ApoE, el traumatismo craneal, y quizas
también el nivel educativo bajo y la enfermedad cerebrovascular, que
poco expresan respecto a la causalidad necesaria.
Edad. Es el marcador de riesgo mejor
conocido. La asociación entre envejecimiento y EA es tan estrecha
que incluso algunos han llegado a pensar que el
límite entre envejecimiento normal y EA es sólo cuantitativo y la
EA sería simplemente un envejecimiento prematuro o exagerado. Sin
embargo del estudio
anatomopatológico de individuos centenarios se desprende que existen
cerebros libres de las lesiones degenerativas neuronales propias de la EA y por
tanto que la EA es una entidad diferenciada del proceso de envejecimiento normal.
Antecedente familiar de demencia. Alrededor del 40% de
los pacientes con EApresentan un acúmulo
familiar de demencia. En la mayoría de estudios caso-control se constata
que tener un familiar de primer grado afectado de EA
supone un riesgo relativo que oscila entre dos y siete. Asímismo algunos
estudios han descrito una mayor prevalencia de síndrome de Down en
familiares de sujetos con EA. Los propios individuos con trisomía 21
desarrollan con mucha frecuencia demencia en edades medias de su vida que se
asemeja clínica y patológicamente a la EA.
Sexo. La mayor parte de estudios encuentran una prevalencia dos veces superior
en las mujeres que en los hombres, que no parece que se deba únicamente
a la mayor supervivencia de aquellas. Un hallazgo que
se viene investigando en los últimos años es la capacidad
protectora de los estrógenos en las mujeres menopaúsicas. Estos
hallazgos han proporcionado la base para el desarrollo
de ensayos clínicos de terapia hormonal que se estan
desarrollando
Factores genéticos. El ser portador de al menos una copia del alelo e4 del
gen ApoE incrementa el riesgo de sufrir EA, aunque su valor predictivo es bajo
si se usa
aisladamente. Si se estudia en pacientes que reúnen determinados
criterios clínicos, puede mejorar la especificidad diagnóstica.
Se han demostrado mutaciones en los genes de diversas
proteinas (APP, Presenilina 1, presenilina 2, tau) y complejos
enzimaticos que en algunos casos son responsables de formas familiares
de la enfermedad. La EA es hereditaria entre un 1 al
5% de los casos, con transmisión autosómica dominante. Los casos
descritos se debena alteraciones en los cromosomas 1 (mutación STM-2),
14 (mutación s-128 21 (mutación de la
PPA) y 19.
Traumatismo craneal. El hecho de que se hubieran
descrito lesiones patológicas de la EA en cerebros de individuos con
demencia pugilística (por trauma craneal repetido), ha dado pie a
investigar el antecedente de traumatismo craneal como factor de riesgo de EA. No
todos los estudios lo han puesto de manifiesto. En
algunos como en el
estudio EURODEM fue positivo y en otros sólo en sujetos portadores del gen de la ApoE4.
Nivel educativo. En la mayor parte
de los estudios de prevalencia de EA se ha encontrado una asociación
entre nivel cultural bajo y demencia. Sin embargo todavía existen
reservas a la hora de considerar el bajo nivel cultural como factor de
riesgo de EA. Las personas que han realizado mayor trabajo intectual y que
mas han ejercitado su mente tendrían mas reserva funcional
y por lo tanto estarían mas protegidas. Si esto
fuera cierto, las implicaciones sociosanitarias serían de enorme
importancia.
La hipertensión arterial mantenida crónicamente, así como
otros factores de riesgo vascular (diabetes, arterioesclerosis) se asocian no
sólo con un mayor riesgo de demencia vascular sino también de EA.
Este hecho se ha puesto en evidencia en trabajos recientes. En el estudio
'Syst-Eur Vascular Dementia Project' se concluye que el tratamiento
activo de la hipertensión arterial sistólica en personas de edad
avanzada reduce la incidencia de demencia a la mitad. Esto ha dado pie a
plantear diversas hipótesisfisiopatogénicas de la EA, en cuanto
que la proteína b-amiloide podría aumentar la
concentración de calcio intracelular y por consiguiente favorecer la
vulnerabilidad neuronal frente a factores neurotóxicos. La posibilidad
de que los factores de riesgo vascular tengan que ver con la aparición
de EA puede tener importantes implicaciones sanitarias, pues cabría en este sentido suponer una prevención primaria.
Otros posibles factores de riesgo que se han investigado en la EA son la edad
de la madre en el momento del nacimiento, la dieta, el consumo de alcohol y de
tabaco, la exposición a tóxicos como el aluminio, o la
asociación con otras enfermedades sin asociaciones concluyentes. En este sentido se ha relacionado la historia previa de
depresión con la aparición de EA. Ninguno de tales estudios es
concluyente.
¿Es inexorable el incremento de casos de EA y otras demencias?
El pronóstico del
incremento de estos procesos debido al envejecimiento tampoco puede
considerarse como
evidente, dado que al desconocer los factores causales ciertos, no se puede
asegurar ni a favor ni en contra si se trata de un riesgo generacional que
corresponde manifestarse en nuestro tiempo y que, en consecuencia, puede o no
ser corregido en futuras generaciones.
Impacto social y económico
Se trata de una enfermedad degenerativa irreversible que condiciona el
comportamiento del
individuo, que crea incapacidad y dependencia, por lo que requiere de cuidados
instrumentales, de tipo personal, el manejo medicamentoso de los trastornos
delcomportamiento y la vigilancia constante.
A pesar de que los costes derivados de su atención son difíciles
de evaluar, todas las estimaciones concluyen en que el componente principal del coste es el imputable al
entorno cuidador, que lo sitúan en un 80% del total.
Por otro lado el ambiente o ambito en el que vive la
persona enferma es importante para determinar qué tipo de
atención recibe y quién la costea. La repercusión
de la EA se establece pues tanto a nivel del propio paciente, como de su familia y de la sociedad, de
acuerdo al siguiente esquema:
Costes directos: Son los relacionados directamente con los servicios sanitarios
y con los servicios sociales asistenciales. Entre los costes
directos de los servicios sanitarios para los casos leves, moderados y severos
se analizan los costes de consultas externas de Especializada (suponen una
primera consulta diagnóstica, habitualmente neurológica, pero
también de geriatría y de salud mental); los examenes
complementarios; y al menos 2 revisiones anuales. Respecto a los costes
de consultas de Atención Primaria no resulta facil determinar
cuantas consultas genera un paciente con EA
(visitas médicas, exploraciones con analisis,
radiografías, y otros); los costes del
tratamiento farmacológico que dependen de variables en función del farmaco utilizado y del material sanitario, pañales,
sillas de ruedas. Finalmente los costes hospitalarios, del ingreso a
consecuencia de la propia enfermedad o de consecuencias derivadas de la misma.
En los costes directos para los servic
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