Universidad de San Andrés
Marisa Vazquez Mazzini
Universidad de Buenos Aires
Introducción En este trabajo nos interesa
reflexionar acerca del
concepto de competencia y sus implicaciones para la practica de la
capacitación. Comenzaremos analizando las diferentes acepciones del
término, su importancia y, finalmente, las derivaciones para nuestro
campo profesional. ¿A qué llamamos competencia?
Como suele
ocurrir con algunos conceptos que emergen en el panorama empresario, la
noción de competencia no es unívoca. En una de
sus acepciones, designa aquellas capacidades de las organizaciones que resultan
relativamente estables para el negocio. La competencia para comprar,
para distribuir, para comunicarse con los clientes ejemplifican este primer significado del concepto. Como
podemos advertir, estamos considerando el término como un concepto
colectivo: no estamos hablando de personas, sino de organizaciones. La
capacidad para distribuir no es algo que sepan hacer las personas consideradas como individuos, sino las
organizaciones como
tales. Emparentada con esta primera acepción, podemos encontrar la noción
de competencia clave2. Una competencia clave es aquélla: • poco
común, poco extendida en el negocio; • valiosa para los clientes;
• difícil de imitar; • arraigada en un
contexto organizativo que la soporta a través de practicas de
management, sistemas, procesos y actividades. Así, no
cualquier competencia es clave. La capacidad para satisfacer necesidades
crediticias de los clientes puede constituir, eneste momento, una competencia
necesaria (un commodity) para el negocio bancario. Pero la capacidad para almacenar, procesar, consultar y emplear la
información relativa a los clientes puede constituir una competencia
clave. En una segunda acepción, el
término competencias no alude a capacidades de la organización,
sino a capacidades de las personas. Tal vez
ésta sea la manera mas usual de entender el concepto, al menos en
el ambito de Recursos Humanos en las organizaciones. El enfoque
de competencias como
rasgos individuales tiene una larga tradición tanto en la literatura
relacionada con rasgos, habilidades y disposiciones personales como en la ligada a los procesos cognitivos.
Así es posible encontrar el uso de la palabra competencia para hablar de
autoestima (rasgo individual), como de dominio del inglés
(habilidad) o de coeficiente intelectual (proceso cognitivo .
1
Presentado en el XI Congreso Nacional de Desarrollo y Capacitación,
organizado por la Asociación de Desarrollo y Capacitación de la
Argentina. Mar del Plata, 26 al 28 de octubre
de 1998. 2 Hamel, Gary
& Prahalad, C.K.: Compitiendo por el futuro. Buenos
Aires, Ed. Ariel, 1995
3
Una interesante descripción de la evolución del concepto de
competencia en K. Kamoche, 1996.
1
En la definición clasica, Boyatzisi describe una competencia como
una característica subyacente que esta causalmente relacionada
con una capacidad superior. Desde el punto de vista de este
especialista del
Grupo Hay, estamos frente a una competencia personal cuando sabemos hacer algo
mejor que los demas. Siguiendo con esta acepcióndel concepto de
competencia como
capacidad individual, podemos mencionar otras aproximaciones: • la que lo
emparienta con los valores y modelos mentales; • la que lo liga a
conocimientos y habilidades vinculadas con el trabajo; • la que lo
relaciona con habilidades propias de tareas no rutinarias. Como
todos estos atributos (modelos mentales, valores, habilidades) deberían
reflejarse necesariamente en conductas, las competencias también han sido caracterizadas como conjuntos de patrones de conductaii. De
esta manera, la competencia de un mozo puede ser definida como
“empatía con los clientes”, que luego se traduce en patrones
de conducta observables tales como “suele darse cuenta lo que el cliente
desea antes que lo pida”. Sintetizando: basicamente, podemos encontrar
en la bibliografía dos vertientes del concepto de competencia.
Según una de las vertientes, se trata de un
concepto organizacional. Según la otra –la
mas habitual en las practicas de R.R.H.H.–, remite a
capacidades de las personas. ¿Cual es la importancia del
concepto de competencia? Consideremos ahora qué
perspectivas de analisis y de acción nos ofrece la noción
de competencia en sus diferentes acepciones. Basicamente, vamos a
referirnos al “potencial” del concepto para: •
identificar capacidades de la organización; • modificar la manera
de entender a la empresa; • reconocer capacidades individuales clave
mas alla de los puestos de trabajo. 1- Capacidades y recursos: la
identificación de capacidades organizacionales. Hamel
y Prahalad nos invitan a pensar en los activos de la organización, es
decir, en susfortalezas. Los activos o fortalezas es todo aquello con lo
que cuenta la empresa: conocimientos, información, redes sociales, la
marca, los atributos de la firma, etc. Considerando la
totalidad de los activos, podemos efectuar una diferenciación entre
recursos y capacidades. Penroseiii llama recursos a
todos aquellos factores que constituyen potenciales servicios capaces de
generar valor. Los recursos de una organización no tienen
significado en sí mismos; deben ser evaluados necesariamente en
relación con la posibilidad de obtención de ganancia, desarrollo,
seguridad o autonomía que ellos permiten. Simétrico
al concepto de recurso esta el concepto de capacidad organizativa.
Designa lo que la empresa puede hacer con esos recursos: las practicas,
los procesos, los sistemas mas o menos
formalizados y las formas de relación que hacen posible la
actualización y “puesta en acción” de los recursos.
Así, un centro de distribución es un
recurso; la gestión del
centro de distribución es una capacidad organizativa.
2
El concepto de competencia integra capacidades y recursos. La
competencia se refiere tanto a los recursos organizativos como a las
capacidades que permiten el empleo efectivo de tales recursos. Sony es
competente en la miniaturización no sólo por su tecnología
de producción de avanzada, sino por su capacidad para hacer algo con ella. Así, la noción de
competencia en su acepción organizativa nos lleva a centrarnos en la
identificación de capacidades colectivas que permiten sacar provecho a
las marcas, los espacios, el prestigio, y otros recursos. Sin el reconocimiento de estascapacidades, una organización
difícilmente pueda ser competente. Podra contar con gente
formada, con pericias, con contactos o con redes valiosas. Pero
éstos, de por sí, no se traducen en ventajas competitivas si la
empresa no sabe que los tiene o no sabe cómo utilizarlos. 2- Una
nueva concepción: la empresa como cartera de competencias. Tal
vez estemos demasiado habituados a pensar las organizaciones en función
de sus recursos: el poder de la marca, la cobertura geografica de las
sucursales, el profesionalismo del personal, etc. El concepto de competencia nos ayuda a cambiar el foco de
analisis y a pensar la empresa en función de su capacidad para
operar sobre los recursos. La pregunta “¿cuales son
nuestras fortalezas?” puede ser reemplazada por “¿qué
sabemos hacer mejor que los demas? Al cambiar la pregunta, cambian los criterios para definir la
estrategia de la compañía. Señala
Kamocheiv que la pluralidad de los servicios productivos que una empresa puede
desarrollar a partir de sus recursos constituyen la mejor referencia para
comprender la identidad y los rasgos distintivos de cada organización.
Consecuentemente, es esta “identidad” lo que
constituye el punto de apoyo de la estrategia. Lo que sabemos o no
sabemos hacer –mas que lo que tenemos o no tenemos– resulta
una orientación mas fructífera para marcar el rumbo y las
necesidades de desarrollo. 3- Las capacidades individuales clave: mas
alla de los puestos. Recordemos que, en su acepción individual,
competencias designa modelos mentales, conocimientos, o habilidades vinculadas
con al trabajo. En las practicas habitualesde
R.R.H.H., el criterio para reconocer y agrupar pericias es el puesto de
trabajo. Dada una determinada función (jefe de
ventas, perfoverificador, productor de seguros o analista de sistemas),
procuramos identificar las habilidades que implica para poder luego
seleccionar, formar y compensar a quienes la desempeñen. La
dinamica del
mundo y de las organizaciones en particular, nos esta mostrando que el
puesto de trabajo puede no ser el mejor “paraguas” para agrupar
habilidades. El aumento de la competitividad4 genera
necesidad de cambio organizativo. En tanto la tasa de cambio
organizacional 5 se mantiene alta, los puestos de
trabajo cambian, se transforman o desaparecen; los conocimientos asociados a
los puestos, se modifican y obsolescen. El concepto
mas abarcativo de competencias –que no esta ligado a
puestos específicos, demasiado móviles– puede brindarnos
una orientación mas ajustada a la realidad de las empresas.
Novick, Miravalles y Senén Gonzalezv señalan que, a partir
del informe SCANS del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos en el
año 1992 –que se refiere a los saberes necesarios para poder
trabajar– se comienza a notar una transición. El foco deja de ser
el concepto rígido de calificación, asociado a un puesto de
trabajo especifico, para centrarse en la noción de competencia para
referirse a “un conjunto de propiedades en permanente modificación,
que se actualizan en la capacidad de resolución de problemas concretos
en
Con el solo objeto de evitar confusiones, utilizaremos la palabra
“competitividad” cuando nos refiramos a la puja por un mercado
yrestringiremos el uso de la palabra “competencia” para denominar
al tipo de conocimientos al que nos referimos en este trabajo. 5 Definida como
la cantidad de innovación (entropía) con relación a la
cantidad de estabilidad (redundancia), cualquiera se la forma en que
éstas sean medidas.
4
3
situaciones de trabajo con cierto margen de incertidumbre y complejidad
técnica”. vi La referencia a un conjunto de propiedades, la
consideración sobre el cambio constante de este conjunto de propiedades,
la alusión a la capacidad para resolver problemas relativamente
inciertos y complejos nos sitúa mas cerca de lo que las
organizaciones nos demandan a los profesionales de R.R.H.H. Nuevamente, el
concepto de competencia parece abrir líneas de analisis y de
acción promisorias. Explicitamos hasta aquí por qué la
noción de competencia –mas alla de las “modas
conceptuales”, o del mero reemplazo de unas palabras por otras–
constituye un “punto de apoyo” interesante para entender y operar
sobre las capacidades de la organización y de la gente. Intentemos ahora
precisar las implicaciones practicas del concepto para el rol del area de Capacitación. ¿Cuales son las implicaciones para
Capacitación? La capacitación y las competencias
individuales Decíamos en parrafos anteriores que la
competitividad y su impacto en los procesos de producción y servicios
generan constantes variaciones en los sistemas de puestos. Los
puestos de trabajo y las calificaciones necesarias para ocuparlos dejan de ser,
entonces, la referencia principal sobre que clase de conocimientos debe buscar
la organización y desarrollar enla gente. Las competencias,
entendidas como
conjuntos de propiedades que se modifican constantemente y que se aplican a la
resolución de problemas, parecen constituir una base mas firme.
Por esta razón algunas organizaciones han
encarado la enunciación de competencias sobre las cuales basar los
planes de capacitación. Si bien la identificación de competencias
individuales clave abre alternativas para pensar tanto la capacitación como
otras practicas de R.R.H.H., este procedimiento ha recibido
críticasvii. Se le cuestiona el riesgo de derivar en
extensos listados de conductas deseadas que aporten poco a los efectos
practicos. Las criticas resultan pertinentes
cuando lo que la empresa ha hecho es una compilación de
características personales y requerimientos de puestos de trabajo a los
que llaman competencias, y a los que usan mecanicamente para evaluar
personas y puestos. Así, características tales como
“liderazgo”, “habilidades analíticas”,
“sociabilidad” o enunciados de este tipo, estan incluidas en
cualquier listado de competencias independientemente de la organización
o del puesto. Ante tales casos, cabe hacernos algunas preguntas con
relación al significado de estas características: ¿a qué
se llama exactamente liderazgo?; la sociabilidad esperada de un gerente medio,
¿es similar a la esperada en una promotora, o es diferente?; ¿en
qué difieren y en qué se asemejan la capacidad analítica
que se requiere de alguien que detecta oportunidades comerciales de la que se
requiere de un analista de sistemas?. Si se trata de las mismas
capacidades para cualquier puesto en cualquierorganización,
¿cual es el “valor agregado” de estas
características a la hora de diseñar e implementar acciones de
capacitación? Las preguntas precedentes nos ponen de
manifiesto una paradoja. Por una parte, definir
competencias en forma global sin referencia a contenidos y contextos concretos
(liderazgo, capacidad para decidir o creatividad, consideradas “en
abstracto”) puede llevar a una generalización que impida
discernir. Por otra parte, centrar la atención sólo en
practicas puntuales (“capacidad para exhibir en góndola
asignando los mejores espacios a los productos
4
mas rentables”) entraña un doble
riesgo: las practicas pueden obsolescer rapidamente, o pueden
perder su valor estratégico por ser facilmente imitables. La
paradoja puede resolverse si encontramos la manera de definir las competencias
individuales de tal manera que quede claro cual
es la capacidad que nos interesa, y cual es el ambito
específico en el que tal capacidad debería manifestarse. Dicho de
otra forma, precisando el tipo de conducta y definiendo un
contexto de restricción para la conducta. La “capacidad para
trabajar en grupo” –por citar un
ejemplo– no necesariamente tenga el mismo significado cuando la tarea es
hacer repostería, cuando se trata de diseñar un logo, o cuando se
trata de operar un transbordador lunar. En un caso, el éxito del trabajo
grupal estara dado principalmente por la habilidad de las personas para
organizarse y dividirse las tareas; en otro, para escucharse e integrar
aportes; y en otro, para relacionar saberes específicos al servicio de
una capacidad colectiva y compleja.Volvamos a nuestro punto de partida:
cómo impacta el concepto de competencia individual en las
practicas de Capacitación. Podemos concluir que posibilita un cambio de foco. • Del foco en el aprendizaje para la tarea nos
lleva al aprendizaje transferible, es decir, al desarrollo de capacidades no
directamente vinculadas con una tarea en particular. • Del foco en el
tema (Liderazgo, Trabajo en Equipo, Pensamiento Creativo) nos lleva al tema
contextualizado, es decir, al problema (“liderazgo de equipos generadores
de constante innovación”, “trabajo en equipo con integrantes
de diferentes areas de la organización”,
“generación de soluciones innovadoras que permitan integrar
excelencia en la calidad y maxima restricción de recursos”,
etc.). Por otra parte, ya analizamos que el concepto de
competencia no se agota en el nivel individual. Competencia designa
también capacidades de la organización; competencias clave
refiere a aquellas capacidades organizativas que
resultan críticas para liderar el negocio, y que, por tanto, constituyen
las raíces de la competitividad. Las competencias organizativas clave
resignifican a las individuales, integrandolas al stock de conocimiento
colectivo que permite a la empresa brindar productos y servicios. La
capacitación y las competencias organizacionales Las competencias
individuales generan valor6 en tanto estén integradas a las competencias
centrales de la empresa. Este Último concepto es
totalmente compatible con el de aprendizaje organizacional viii El
desempeño eficiente de las personas adquiere verdadero sentido para la
empresa si redunda enbeneficio de la organización, produciendo ventajas
competitivas reconocibles por los clientes. Peter Drucker hace una
observación similar cuando señala que en la sociedad de
conocimientos, el trabajador de conocimientos necesita de una
organización para poner sus pericias en practica y que,
recíprocamente, las organizaciones no pueden utilizar su capital si no
es a través de estos profesionales. Por esto, competencias organizativas
centrales y competencias individuales se refuerzan mutuamente: las competencias
centrales permiten poner en acción y reforzar las competencias
individuales que, al ponerse en practica refuerzan a su vez las competencias
centrales. Sin embargo, la identificación de las
competencias organizativas centrales y su ligazón con las individuales
no son cuestiones que en todas las empresas se hayan encarado a fondo. El
6
Cabe destacar que no toda competencia individual, de por sí, genera
valor. Para eso debe ser escasa (difícil de imitar o sustituir), y
susceptible de ser retenida por la organización.
5
énfasis esta puesto, predominantemente, en el plano individual. El problema es que la dimensión individual, por sí
sola, es incompleta. Hamel y Prahalad enfatizan la
“potencia” de las competencias organizativas clave como fuente de las
ventajas competitivas. Como ejemplos citan a
Sony, líder en el mercado merced a su competencia en la
miniaturización; o a Apple, cuyo éxito residió durante
mucho tiempo en la habilidad para producir computadoras faciles de usar.
Notemos que “saber miniaturizar” o “saber producir computadoras
faciles de usar” son saberescolectivos. Estas competencias colectivas se desagregan en habilidades propias
de equipos, hasta llegar al nivel individual. Pero cada una de las
habilidades individuales sólo tiene sentido con referencia a la
competencia organizativa de la que se desprende. Para aclarar lo antedicho
pensemos, por ejemplo, en una orquesta de camara. Cada uno de los
integrantes tiene que contar con habilidades para trabajar en equipo, discutir
interpretaciones y, tal vez, liderar rotativamente.
Ademas, algunos tendran habilidades para tocar el cello y otros
la viola; algunos seran mas habiles en las relaciones con
la prensa, y otros en administrar el tiempo en los ensayos; algunos
seran diestros en elegir el repertorio de acuerdo con el estilo del
equipo, y otros en dar contención emocional a los demas antes de
los conciertos. Notemos que ninguna de las habilidades
individuales mencionadas tiene sentido completo. Cada una de estas
habilidades adquiere sentido en función del fin al que se
supedita: la música de camara. La competencia para interpretar
música de camara es una competencia colectiva, no individual;
incluye capacidades individuales, y también capacidades para
interrelacionar capacidades individuales. Ninguno de los violinistas, por sí
solo, puede interpretar un cuarteto; la
interpretación del
cuarteto es una capacidad grupal, a la cual contribuyen las habilidades de
varios. Así, la unidad de analisis no es las
personas sino la organización. Recordemos, por otra parte, que en
la sección anterior hicimos alusión a la necesidad de
contextualizar las capacidades individuales (capacidad pararesolver problemas,
capacidad para la crítica, etc.) definiendo ambitos de
restricción que les otorguen un sentido
mas completo. Las competencias organizativas clave
constituyen, precisamente, ambitos que acotan y circunscriben las
capacidades individuales. La relación entre competencias
individuales y organizativas es uno de los temas en los que Capacitación
podría ofrecer una verdadera contribución. Ayudaría a evitar que organizaciones que cuentan potencialmente con
los recursos para generar valor, no dispongan de las capacidades necesarias
para aprovecharlos. Al respecto, varios autoresix citan casos de empresas
inhabiles para emplear sus recursos en la generación de valor por
el hecho de que los conocimientos estan dispersos a lo
largo de diferentes areas organizativas o regiones geograficas. Por consiguiente, pueden mantener esquemas de conocimiento
fragmentado que dificultan al mismo tiempo el aprendizaje y la
constitución de competencias organizativas. Y
el conocimiento fragmentado genera no sólo pérdida de
oportunidades de negocio, sino también altos costos de
transacción7 en la compañía (costo de búsqueda de
información, de logro de acuerdos, de trabajo para el cumplimiento de
los acuerdos). Podemos, entonces, identificar dos
alternativas de ayuda de Capacitación con relación a las
competencias organizacionales. Por un lado, el
referente a la integración entre competencias organizativas clave y competencias
individuales valiosas. Por el otro, el “mantenimiento
según Douglass C. North, los costos de transacción representan el
esfuerzo económico que los agentes debenhacer para intervenir en un
mercado específico. Los costos de
transacción incluyen los costos de información, los costos de
negociación y decisión y los costos de vigilancia y
ejecución.
7
6
preventivo” de tales competencias a través de sistemas de
generación, difusión y utilización del conocimiento en
las diferentes areas y niveles de la empresa. Ambos cometidos nos
llevan, nuevamente, a un desplazamiento del foco. • Del aprendizaje del individuo al aprendizaje de la
organización. Los aprendizajes individuales que encaramos con programas
de capacitación adquieren, así, otro sentido al encuadrarse en un marco mas amplio. La pregunta
¿”qué tiene que aprender tal o cual grupo de gente para
desempeñarse efectivamente?” se reemplaza por
“¿qué tiene que aprender tal o cual grupo de gente, en
función de la competencia organizativa que queremos desarrollar? • De la enseñanza a la
generación de condiciones. La preocupación por los cursos o
programas destinados a enseñar temas se
amplía. El “conocimiento integrado” (opuesto al conocimiento
fragmentado) requiere no tanto de la implementación de programas
específicos como
de ambitos de conversación e intercambio. Compartir visiones de un problema, analizar experiencias, analizar colectivamente
el estado de las competencias centrales, entender la manera de trabajar de
otras areas o sectores son, desde esta perspectiva, requisitos
esenciales para integrar saberes. • Del aprendizaje adaptativo al aprendizaje
generativo. El aprendizaje adaptativo (aprendizaje para la solución de
problemas o para la mejora del desempeño), de por
sí, nobasta. Por cuanto la gestión de competencias clave supone
una continua revisión y actualización –ya que pueden
volverse rígidas, copiarse, tornarse obsoletas–, implica
necesariamente un tipo de aprendizaje disruptivo, de
cambio deliberado. Un tipo de aprendizaje generativo8
–que posibilite revisar y modificar la manera de trabajar, los criterios
y los saberes en uso– es el que da lugar al desarrollo y surgimiento de
competencias organizativas clave.
A modo de síntesis: competencias y capacitación Comenzamos
analizando el concepto de competencia, en sus acepciones organizacional e
individual. En ambos casos pusimos énfasis en la “potencia”
del concepto para abrir perspectivas de analisis: reconocer, entre los
“activos” de la organización, a las capacidades que permiten
poner en acción los recursos; entender a la empresa como conjunto de
competencias mas que como una marca posicionada en un mercado;
identificar aquellas capacidades transferibles de las personas mas
alla de los puestos de trabajo, Luego nos abocamos al impacto del concepto
en la practica de la capacitación. Nos referimos primero a la
relación entre Capacitación y competencias individuales.
Señalamos que, si las competencias pueden ser precisadas de tal manera que indiquen una capacidad y un ambito de
aplicación, pueden marcar direcciones promisorias en el diseño de
respuestas educativas. Aludimos finalmente a la contribución de
Capacitación a la gestión de competencias organizativas clave: la
relación entre aprendizajes individuales y organizacionales, y la
promoción de eventos que generen aprendizaje de doblecircuito.
¿Cual es el rol que cabe a un
departamento de Capacitación interesado en el desarrollo de competencias
de ambos tipos? Basicamente, podemos identificar tres
grandes cometidos. • Ayudar a la organización a gestionar
sus competencias clave. Esto supone generar
8
Argyris se refiere a esta tipo de aprendizaje como
“aprendizaje de doble circuito”. Este tipo de
aprendizaje posibilita
la revisión de las premisas y los supuestos basicos a partir de
los cuales se comporta la organización.
7
•
•
ambitos en los cuales, mas alla de las fronteras de los
diferentes sectores, los miembros de la empresa puedan acordar respuestas a
preguntas tales como:
qué sabemos hacer mejor que nuestros competidores
en qué debemos cambiar?, etc. Ayudar a las personas a
desarrollar las habilidades que contribuyen a las competencias de la
organización. Esto implica desagregar las competencias
organizativas en componentes grupales e individuales, y seleccionar
tematicas y actividades que respondan a ellos.
Ayudar a relacionar e integrar las capacidades individuales, de modo tal que no pierdan su caracter de componentes de las
competencias organizacionales que les otorgan sentido. Para
esto, es necesario construir “lecturas” de la realidad y criterios
de acción que superen las diferencias entre areas y
departamentos.
Hacemos referencia, por un lado, a las capacidades
individuales valiosas para la organización. Por el otro, a las
capacidades de las organizaciones, el know how que no reside en el individuo
sino en la organización. Y finalmente, a la ligazón entre ambos
tipos desaber. La función de Capacitación, así, no
restringe su alcance a la promoción del aprendizaje en
las personas. Adquiere un rol protagónico en la
promoción del aprendizaje
organizacional, merced
al cual la empresa podra en forma continua reconocer, mejorar, renovar y
adquirir las competencias clave que el negocio demanda.
8
Argyris,C. y Schön,D. (1978) Organizational
Learning, a theory of action approach, New
York: Adisson Wesley. Boyatzis,R.
(1982); The competent manager. New
York: Wiley. Gore E. (1994). ¿Qué
debería saber la gente para poder trabajar
Documento de Trabajo, Universidad de San Andrés: Buenos Aires. Gore, E.
(1996). La Educación en la Empresa. Buenos Aires: Granica. Kamoche, K. (1996). Strategic Human Resource Management within a resource-capability
view of the firm, Journal of Management Studies 33-2 March 1996, pag.
213-233. Penrose, E. (1959). The
Theory of the Growth of the Firm. Oxford:Blackwell.
i ii iii iv v
Boyatzis Woodruffe Penrose Kamoche M. Novick, M. Miravalles y C. Senén
Gonzalez: “Vinculaciones interfirmas y competencias laborales en
la Argentina.
Los casos de la industria automotriz y las telecomunicaciones”, en
Competitividad, redes productivas y competencias laborales. Marta
Novick y María A. Gallart, coordinadoras. Oficina Internacional del Trabajo Cinterfor.
vi vii viii ix
Al respecto, ver también Gore, 1994, 1996. Jacobs,
1989. (Argyris y Schˆn, 1978; Gore y Dunlap,
1988). Campbell, Andrew & Sommers Luchs, Kathleen (Editors): Core
Competency Based Strategy; UK,
International
Thomson Business Press, Cornwall,
1997.
9